Preparan maniobra para hacer creer que la iniciativa foxista no pasará, y aprobarla
Mayoritea el PRIAN dictamen sobre una ley Bermúdez disfrazada
Dejan fuera al PRD, como hicieron en su intentona con el grillete económico al próximo gobierno
Mañana presentarán ante la Cámara un proyecto legislativo para consumar su artilugio
Las fracciones parlamentarias de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) presentarán mañana ante el pleno de la Cámara de Diputados un ''dictamen con proyecto de Ley de Desarrollo Cultural" que en apariencia remplaza la controvertida iniciativa presentada por el Ejecutivo, la llamada ley Bermúdez, pero en el fondo retoma sus planteamientos esenciales.
El proyecto de dictamen, del cual se marginó al Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue cabildeado por Alejandro Sandoval, asesor de la Comisión de Cultura de los diputados y enlace con el órgano correspondiente del Senado.
Ratificación de una alianza
Con este proyecto de dictamen se ratifica la alianza del PRI y el PAN en la actual legislatura y se repite una maniobra parecida a la que ayer -fallidamente- intentó poner un ''grillete económico" al próximo presidente de la República.
Aun cuando el mencionado proyecto expresa que no se modificarán las atribuciones de los institutos nacionales de Bellas Artes (INBA) y de Antropología e Historia (INAH), ni se reformarán sus respectivas leyes orgánicas, da reconocimiento legal a la existencia del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), lo sitúa como órgano desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública y lo dota de ''autonomía técnica, administrativa y operativa".
El objetivo fundamental del CNCA -dice el documento, una copia del cual obra en poder de La Jornada- ''es formular, conducir, coordinar y evaluar" la política cultural del Gobierno Federal mediante un Programa Nacional de Cultura.
Para ello, incluye entre sus nuevas atribuciones formular, gestionar y planear el ejercicio de su propio presupuesto.
En los hechos, este planteamiento retoma dos de los objetivos esenciales de la Iniciativa con Proyecto de Ley de Fomento y Difusión de la Cultura, suscrita por el presidente Vicente Fox, la llamada ley Bermúdez: formaliza la subordinación del INAH y del INBA al CNCA, y concede a éste autonomía absoluta en el uso de sus recursos.
Igual que la iniciativa de Fox, el nuevo proyecto faculta al presidente(a) del Consejo para ''presidir los órganos de gobierno de las estidades paraestatales del subsector cultura coordinadas por este órgano y también podrá proponer el nombramiento y remoción de los titulares de éstas y de los órganos desconcentrados bajo su coordinación".
En la presentación del Dictamen con Proyecto de Ley de Desarrollo Cultural, se reconoce que tiene como base tres iniciativas, todas de procedencia panista:
1) La ''Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se expide la Ley del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes", presentada en noviembre de 2002 por la diputada del PAN Celita Trinidad Alamialla Padrón.
2) La ''Iniciativa con proyecto de Decreto por el que se expide la Ley que crea el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes", suscrita por el diputado José Antonio Cabello Gil, también del PAN.
3) Y la propia ''Iniciativa con proyecto de Ley de Fomento y Difusión de la Cultura", promovida por Fox, la controvertida ley Bermúdez.
Según el proyecto de dictamen, la iniciativa presentada por Fox ''tiene la particularidad que contiene tanto elementos de tipo sustantivo como orgánico", razón por la cual se le utiliza como estructura base.
No obstante, el proyecto modifica dos términos de la ley Bermúdez que han resultado particularmente polémicos: ''industrias culturales" y ''propiedad intelectual"; se cambia ''industrias culturales" por ''empresas culturales"; y ''propiedad intelectual" por "derechos de autor".
Modificaciones cosméticas
De acuerdo con las críticas hechas a la iniciativa de Fox, ambos términos dejaban abiertas las puertas para que, disfrazadas de ''industrias culturales", se beneficiaran indebidamente la radio y televisión privadas, además de otros consorcios dedicados al entretenimiento más que a la cultura.
El proyecto de dictamen que se presentará mañana en la Cámara de Diputados, señala que ''a pesar de ser un término reconocido ya en todo el mundo, se cambia la denominación de 'industrias culturales' por el de 'empresas' básicamente para que sean consideradas en la Ley para el Desarrollo de la Competitividad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa".
Según esto, un ''aspecto relevante" de la definición de empresas culturales, ''es destacar el sentido social con que se deben orientar sus actividades para recibir apoyos por parte del gobierno federal".
Otra modificación que el proyecto de dictamen hace a la ley Bermúdez es la incorporación del concepto Observatorio Cultural, mecanismo de participación ciudadana en ''la formación de las política y programas culturales". Se plantea como una manera de reconocer el papel en el debate sobre cultura, de ''los diferentes grupos, organizaciones, asociaciones, artistas, creadores, ejecutantes, gremios, medios de comunicación y personas en general interesados".
El multicitado proyecto también garantiza la ''permanencia y continuidad" del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, cuya legitimidad se pone en entredicho cada vez con mayor énfasis en parte de la comunidad artística e intelectual.
Al respecto, el artículo vigésimo séptimo incluye una cláusula (la V) que puede ser motivo de renovada controversia, pues una parte de la misma propone ''promover las micro, pequeñas y medianas empresas culturales".
Interrogado sobre este proyecto de dictamen, el diputado del PRD y miembro de la Comisión de Cultura, Inti Muñoz, sostuvo que a pesar de los cambios a la ley Bermúdez, en el fondo se trata de lo mismo: ''Sólo son cambios cosméticos".