Usted está aquí: domingo 4 de diciembre de 2005 Cultura El integrismo islámico, "una peste": el autor iraquí Jabbar Yassin Hussin

Deplora la censura a escritores en el mundo árabe

El integrismo islámico, "una peste": el autor iraquí Jabbar Yassin Hussin

ERICKA MONTAÑO GARFIAS ENVIADA

Guadalajara, Jal., 3 de diciembre. El escritor Jabbar Yassin Hussin vivió en el exilio durante 27 años; en 2003 fue el primer intelectual iraquí en regresar a su país tras la caída de Bagdad, y se presentó este viernes en el ciclo Los continentes de la palabra, dentro de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

El conflicto real provocado por las guerras, expuso, no son éstas en sí mismas o lo que vemos en televisión, sino "el destino de los seres, es la pequeña historia de los amigos que van al frente y no regresan, la historia de las mujeres que esperan el regreso de los hombres que nunca llegará, es la de los niños que esperan a sus padres y es mi propia historia.

"Para mí el conflicto, la represión, es algo que me parece antinatural porque es increíble que se pueda prohibir a una madre ver crecer a su hijo, y con qué derecho se impide a un hijo ver a su madre envejecer. Personalmente dejé a mi madre y cuando la vi por última vez era más joven que yo hoy en día; en mi mente sigue siendo una mujer joven, pero al mismo tiempo se me hace algo antinatural; entonces este conflicto que es antinatural es vivido por todos los seres. A las personas se les debería dejar vivir algo agradable, que a fin de cuentas la vida es muy corta".

Jabbar Yassin Hussin ha escrito unos 10 títulos, los más recientes son El último exiliado y El lector de Bagdad, traducidos al castellano.

En su conferencia el autor de Adieu l'enfant se refirió también al papel de los intelectuales, tanto en su país como en América Latina. En ambas regiones, señaló, los problemas son culturales.

"No es un problema político, tenemos que hacer un esfuerzo cultural para forjar nuestra identidad, para equilibrar el realismo, crear un realismo mágico. Hay muchas similitudes entre el mundo árabe y Latinoamérica; diría que tenemos el mismo destino, los intelectuales, los artistas y su lugar es muy importante en nuestras sociedades; tenemos problemas de identidad; nuestras culturas fueron forjadas por el mestizaje."

La situación de los intelectuales en el mundo árabe es complicada porque el poder golpea a los artistas y pensadores al considerar que son un peligro, agregó. En Irak "los intelectuales pagaron un precio muy alto durante todos los años de dictadura de Saddam Hussein, muchos se exiliaron, casi todos los escritores e intelectuales vivieron en el exilio durante más de 25 años; muchos han regresado y están creando una esperanza, intentando reparar el alma de los iraquíes.

"Los políticos tal vez pueden organizar las estructuras artificiales del Estado, pero el verdadero trabajo en nuestra sociedad es el trabajo de los intelectuales; hace un siglo tal vez era el de los maestros, ahora nuestros problemas son más complejos y necesitamos la voz de los intelectuales, de los artistas, para que nos den ideas, nos formen y para que nos den valor y una cierta tranquilidad o seguridad."

Uno de los elementos a los que hay que poner atención en el mundo árabe, subrayó, es el integrismo islámico, que "es una peste, una maldición, no viene de un problema económico, porque países como Arabia Saudita no tienen problemas económicos, son países ricos, entonces ¿por qué exportar petróleo y terrorismo? El problema ahí está, es un problema del papel de los intelectuales, del papel de la cultura y necesitamos forjar nuestra cultura".

En el caso de América Latina el problema es que se necesita forjar una identidad, formar parte de una gran civilización, afirmó. Aquí el problema es que los estadunidenses están a un lado; de tal manera que los latinoamericanos necesitan formar mejor su identidad y cerrarla sobre todo.

Hoy en el mundo árabe, abundó, existe una fuerte actividad literaria. "Los árabes son habladores y les gusta narrar. Sí hay una literatura árabe en Irak, en Siria, en Marruecos. También sufrimos el fenómeno de globalización, cada vez más la poesía está dejando su lugar a la novela; creo hoy la literatura árabe va en buen camino, el problema, como decía, es la falta de libertad, es decir, los escritores árabes tienen en la cabeza un policía. El problema de la censura es doble: la del Estado y la del escritor mismo, nunca hemos vivido en la historia censuras como las que se viven hoy en el mundo árabe, la mayoría de los libros son prohibidos, imaginen los cuentos de Las mil y una noches, ya van dos o tres veces que lo prohíben. Cada año hay cinco o seis demandas contra escritores por violación de los valores y ese es el problema; entonces tenemos el fenómeno del exilio el escritor árabe para poder producir con toda libertad debe vivir en otro lado que no sea el mundo árabe, y es una gran contradicción, excepto en Irak, que es el único país ocupado por los estadunidenses y donde la censura no existe".

 
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