Ofreció concierto en el Anfiteatro Simón Bolívar

Promueve Margie Bermejo Al compás de un tango como despedida

ARTURO CRUZ BARCENAS

La cantante Margie Bermejo ofreció el antepenúltimo concierto (oficial) de su carrera, el fin de semana pasado, en el Anfiteatro Simón Bolívar. Se despide de los escenarios, pero no de la música, manifestación que promueve y desarrollará como docente, sobre todo vinculada al teatro.

En entrevista, precisó que seguros sólo están dos conciertos para el próximo año, en lo que ha denominado Despedida musical. Habrá algunas presentaciones, "en algunos festivales. Pienso en hacer una función última en el Teatro de la Ciudad.

"Allí haré un recorrido por todos los géneros, con invitados; será por abril o mayo, como lo anuncié hace dos años. Antes daré un concierto con orquesta de cámara en la sala Blas Galindo, del Centro Nacional de las Artes, el 25 de febrero."

El tiempo pasa, pero Margie toma las cosas con calma. "Lo pensé como una decisión de vida, así como en hacer una despedida satisfactoria y feliz, porque esto es un cambio de giro. No podría renunciar al canto ni a mi vida artística. He sido una artista todo este tiempo.

"Me parece adecuado tener un tiempo para desarrollar cosas por las que he tenido mucha inquietud. Mi proyecto es crear un centro dedicado a la técnica vocal, pero más enfocado a los actores y a la voz hablada, que a la cantada.

"He detectado que esto no existe en México. Dentro de ese sitio propondría experimentos vocales con los estudiantes y con los actores; daría asesorías a actores profesionales y a puestas en escena."

Hará algo de teatro, "pero no como actriz, sino de teatro dentro del teatro. Quiero apartarme de esta vida de dependencia de los conciertos, de presentaciones continuas. Haré, quizá, sólo cosas especiales".

Ahora promueve en sus despedidas los temas del disco Al compás de un tango (Ediciones Pentagrama), con Dimitri Dudin al piano. "El tango ha resurgido mundialmente. "Tengo raíces argentinas y en este momento -tras 40 años de trayectoria- un amigo argentino, radicado en México, me comentó que el tango no se puede cantar por cantar. Requiere mucha vida y muchos recuerdos. Antes no me hubiera atrevido.

"No me atrevía porque la que cantaba era mi mamá -Luz-. Este lo dediqué a mi madre y a mi tía Nelly, quien murió el año pasado, y al tío Alberto Suárez Villanueva, que a su vez fue un compositor de tangos. Al compás de un tango es de él".

Todos los demás tangos son los que le escuchaba a su madre, como Hambre, Las cuarenta, Melodía de arrabal...

"Prefiero hacer el tango con la parte que me corresponde. Hay quien dice que hay contacto entre la música mexicana y el tango, pero yo no lo creo. Es otro género, con otro sentimiento, otra forma de armonizarse."

Opta por los que cuentan historias

A ella le gusta, "me duelen", muchos tangos, pero opta por los que cuentan historias, "los más pasionales. Me agrada Niebla del riachuelo, El corazón al sur y Naranjo al sur. Este programa lo siento, lo disfruto. Ha despertado un emoción nueva en mí".

-¿Cómo toca el piano Dimitri Dudin?

-Es extraordinario. Es un buen músico que puede tocar cualquier ritmo o género, pero el tango particularmente... hay algo que siente, que lo mueve. Tal vez sea que es un ruso, y los rusos también son muy pasionales. Se mete mucho en el tango.

-¿Hará otro disco?

-No lo sé. No lo tengo planeado. Este es el disco número 13 y aclaro que no soy para nada supersticiosa. Para algunos es de suerte y me ha ido bien con los tangos. Mucha gente me pregunta por qué me voy. Les digo que no me voy para nunca más volver. Estaré en el escenario de otra manera.