Usted está aquí: lunes 28 de noviembre de 2005 Estados Exigen queretanos aclarar asesinato de un joven

A un año del crimen no hay detenidos; el principal sospechoso fue exculpado por la PGJE

Exigen queretanos aclarar asesinato de un joven

MARIANA CHAVEZ CORRESPONSAL

Querétaro, Qro., 27 de noviembre. Al cumplirse hoy un año del asesinato del joven Marco Antonio Hernández Galván, unas 40 personas se manifestaron frente a Palacio de Gobierno para exigir que el crimen no quede impune, debido a que el principal sospechoso del homicidio, Federico Ruiz Lomelí, hijo de un prominente empresario queretano, fue exonerado por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) con la justificación de que no encontró elementos para consignarlo.

Algunos participantes vestidos de negro llevaban pancartas donde se leía: "Para los pobres amenazas; para los ricos, impunidad y "(Francisco) Garrido, el pueblo está ofendido". Recorrieron algunas calles aledañas a la plaza de armas, donde se ubica el palacio de gobierno, y colocaron lo que simulaba un féretro.

El escritor y "palabrero" -como se define- Julio Figueroa, señaló que el plantón que inició el viernes pasado, después de permanecer 20 minutos desnudo , con los brazos hacia arriba, y la manifestación de este domingo, son producto de una "lucha colectiva por la democracia y la justicia y en contra de la impunidad del poder en todas sus formas". Reiteró que levantará el plantón cuando haya un careo entre Miguel Rivera Alcántar, principal testigo del asesinato de Hernández Galván, y Federico Ruiz Lomelí.

El 27 de noviembre de 2004 Hernández Galván, de 18 años de edad, y cuatro de sus amigos circulaban en la avenida Pasteur de esta ciudad, en un vehículo Tsuru color blanco, cuando una camioneta BMW modelo X5 color negra y sin placas, les cerró el paso.

Rivera Alcántar, principal testigo, aseguró, al comparer ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos el 4 de abril de 2005, tras la queja que interpuso junto con sus abogados por la parcialidad de la PGJE en este caso, que al bajarse del vehículo se enfrascó en una discusión con Ruiz Lomelí, quien conducía la BMW, le apuntó con una pistola y lo golpeó con ésta en la cabeza.

Al percatarse de lo sucedido, Marco Antonio se bajó del Tsuru para auxiliarlo, pero al forcejear con Federico recibió un impacto de bala que le quitó la vida.

Cuando policías detuvieron a Ruiz Lomelí, su esposa y una pareja de amigos, que iban escoltados por una camioneta Dodge Durango color gris, Gamaliel Rivera y Juan Cumplido -amigos de Marco Antonio que iban en el Tsuru- no identificaron a Ruiz Lomelí como al agresor de su amigo.

De esta forma, el comandante de la Dirección de Seguridad Pública del Estado dependiente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Fernando Oropeza Martínez, dio la orden para que los dejaran en libertad y no aseguraran el vehículo, según consta en la recomendación 035/2005 que emitió la CNDH por este caso.

A un año del asesinato, aún no existen responsables. El principal sospechoso fue exonerado el 14 de abril por la PGJE, en medio de irregularidades en la integración de la averiguación previa.

Los abogados de Rivera Alcántar, principal testigo; Eduardo Guerrero Patiño, Gerardo Alcocer Murguía y José Alfonso Rodríguez señalaron que prefieren que el caso quede sin resolverse si la PGJE pretende culpar a un inocente.

 
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