Apoya Norberto Rivera la tregua electoral navideña
El arzobispo primado de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera, lamentó ayer que todavía se cuestione en la vida política nacional la presencia de funcionarios públicos, inclui-do el presidente Vicente Fox Quesada, en actos organizados por la Iglesia católica.
"Dicen que lo que no es parejo es chipotudo y nada más critican a unos y no a otros", expresó el prelado, pero lo mismo han participado en foros católicos funcionarios emanados del PAN que del PRD o del PRI, "como parte de un derecho que tienen a expresar su opinión, y ante ello la Iglesia no se cierra".
Al término de su homilía en la Catedral Metropolitana, conminó a los políticos a desterrar pleitos, odios y "todo rencor", para que "la Nochebuena nos encuentre en paz".
"Si las naciones en guerra hacen treguas -añadió-, ojalá también aquí haya una", añadió.
Rivera Carrera mencionó que este llamado lo hace a todos los hombres de buena voluntad, y no únicamente como parte de la convocatoria que el Instituto Federal Electoral hizo al jefe del Ejecutivo, preocupado porque éste realice proselitismo político en favor del precandidato presidencial de Acción Nacional, Felipe Calderón Hinojosa.
El prelado insistió en el derecho que tienen los católicos a no ser discriminados de la presencia del Presidente de la República para asistir a una actividad organizada por obispos.
La misma tesis se planteó en el editorial del periódico del arzobispado, Desde la Fe, en el cual se apuntó que no hubo "nada extraño" en la presencia oficial de autoridades mexicanas -cuatro secretarios de Estado: Josefina Vázquez Mota, Carlos Abascal, Luis Ernesto Derbez y Francisco Xavier Salazar, además de Fox y otros políticos- durante el acto inaugural de la presentación en América del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia Católica.
Antes, durante su homilía en catedral, el cardenal Rivera Carrera llamó a continuar la lucha "contra la mentira, la falsedad, la hipocresía y la cultura de la muerte.
"Cuánto nos conmueve e indigna ver la muerte, la prostitución y el maltrato de pequeños inocentes, y fácilmente somos tentados a proclamar la venganza individual o social pidiendo la pena de muerte, sabiendo que la venganza engendra más violencia, en lugar de decidirnos a ser heraldos de la vida, de la vida humana en primer lugar, pero también en todas sus expresiones", expuso.
"Cuánta complicidad encierra seguir aplaudiendo los proyectos y programas contra la vida humana y cuánta complicidad pesará sobre nosotros si seguimos fomentando la difusión de la violencia. No nos asustemos de cosechar tempestades si estamos sembrando vientos", advirtió el cardenal.