Este año llovió poco y no hubo maíz de temporal, "se quedó chaparrito", dice diputado

Sequía atípica en seis estados afectará cultivos y casi 3 millones de animales

Legisladores y organizaciones campesinas demandan ayuda urgente a Fox y la Sagarpa

JUAN BALBOA

Un animal camina 10 kilómetros para beber en los abrevaderos, cinco más recorre una persona para encontrar agua en regiones azotadas por una sequía atípica en los estados de Durango, Zacatecas, Chihuahua, Aguascalientes, Michoacán y San Luis Potosí, donde, de mantenerse amenazará a más de 3 millones de animales y ocasionará pérdidas en más de 50 por ciento en los cultivos de frijol, avena, cebada, chile y maíz.

Las intensas lluvias en estados del sur oriente de México (Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Veracruz y Oaxaca) y la falta de agua en el norte (Chihuahua, Zacatecas, Durango, Aguascalientes, Michoacán y San Luis Potosí) provocará, según previsiones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), que en el presente año no se registre un crecimiento del producto interno bruto agropecuario.

La sequía atípica, la nula prevención de las autoridades (federales, estatales y municipales) y la falta de un plan de emergencia especial en apoyo a los agricultores y ganaderos que la sufren, afecta ya a por lo menos 600 mil agricultores de los estados del norte de México y está ocasionando daños a un millón y medio de hectáreas cultivadas, principalmente la cosecha de frijol en Zacatecas y Durango.

El nuevo mapa de la sequía atípica se ha extendido también a estados como Jalisco, Hidalgo y, sorpresivamente a regiones de Oaxaca y Veracruz. Es considerada por los productores como la peor de los últimos 20 años y la más aguda del reciente medio siglo, su impacto económico se conocerá en el primer semestre de 2006.

Los pronósticos no están lejos de la realidad, puesto que el vaticinio del Servicio Meteorológico Nacional de la Comisión Nacional del Agua es que los meses de noviembre y diciembre de 2005 "se caracterizarán por la escasez de lluvias, por debajo de la media histórica para ese periodo del año, y por temperaturas más o menos benignas", dado que las corrientes frías provenientes del polo quedarán emplazadas "muy al norte" del territorio nacional.

El diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por Durango Fernando Ulises Adame, miembro de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, alerta a las autoridades de una "catástrofe" en el campo por la sequía, pero la gobernadora perredista de Zacatecas, Amalia García, habla de "una tragedia".

Sobrevivir sin agua

En Durango los ganaderos y productores desesperados buscan agua por todas partes. Algunos excavan pozos -a unos 70 metros- para obtener el líquido, no sólo para mitigar la sed de los productores y sus familiares, sino también de los animales.

Fernando Ulises Adame señaló que las altas temperaturas y la falta de lluvias, son una amenaza constante para los cultivos y la ganadería en estados del norte y centro del país. "Este año es atípico, porque no se produjeron lluvias normales en los meses de agosto y septiembre, llovió poco, no hubo maíz de temporal -"no se dio, se quedó chaparrito"- y no tendremos ni grano ni forraje en los meses de enero y febrero del próximo año, considerados los más agudos de la sequía.

Esto ocasiona, agregó, que existan pocas posibilidades de forraje para los animales y habrá pérdidas millonarias por el bajo peso de éstos; se producirán problemas de fertilidad y, desde luego, habrá mortandad en por lo menos 3 millones de animales del hato ganadero.

"Ahora comerán cualquier cosa, pero después de ese tiempo se tendrá que comprar alfalfa, avena y grano. Se tendrá que invertir 50 pesos diarios para mantener viva y en peso a cada cabeza de ganado, las pérdidas serán millonarias", afirmó.

La sequía en Durango ha ocasionado daños en 40 por ciento de la superficie sembrada. Las autoridades federales y del estado reconocen que de las 535 mil hectáreas sembradas con frijol, maíz y avena, unas 181 mil están siniestradas.

La situación en Zacatecas es aún peor. La gobernadora ha confirmado que la sequía atípica que afecta a su estado causó ya siniestros parciales en un millón de hectáreas, 700 mil de éstas dedicadas al frijol. La Unión Estatal de Productores de Frijol prevé que tendrán pérdidas cercanas a los 800 millones de pesos por la contingencia climática. Medio millón de productores han resultado con pérdidas cuantiosas.

El senador de Zacatecas José Bonilla Robles dijo que la "grave situación es verdaderamente preocupante", porque la sequía atípica que sufren los productores del campo ya muestra sus efectos desastrosos.

El legislador asegura que un millón 200 mil hectáreas son de uso agropecuario, de éstas, 90 por ciento de temporal, que son las más afectadas por la sequía. La pérdida de cosechas, según ha dado testimonio en el Senado de la República, en por lo menos 950 mil hectáreas de diversos cultivos, representa 79 por ciento.

En Guanajuato han sido afectadas unas 600 mil hectáreas y se cree que más de la mitad de la cosecha quede siniestrada. Michoacán, según dirigentes de la Confederación Nacional Campesina, afectará a 21 mil hectáreas de cultivos, principalmente maíz, de los municipios de La Huacana, Buenavista Tomatlán, Churumuco, Apatzingán, Aguililla, Tumbiscatio, Puruándiro, Arteaga, Tuzantla, Tiquicheo y Tepalcatepec. La sequía afecta también la región norteña y de los Altos de Jalisco.

Fernando Ulises Adame, el senador José Bonilla Robles, así como una decena de organizaciones campesinas -Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas, Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, Coordinadora Nacional Plan de Ayala, Central Campesina Cardenista, Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas, Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y El Barzón- han insistido en que la Sagarpa declare la contingencia climatológica por sequía atípica en los municipios afectados y el gobierno del presidente Vicente Fox reasigne de forma urgente recursos suficientes -de los programas de fomento agrícola y de empleo temporal- para por lo menos mitigar los efectos devastadores del amplio mapa de la sequía en México.