El dueño de Kojo, Joe Robertson, creador del Centro Industrial de Readaptación
Diseña empresario programa para dar empleo a reclusos y sus familiares
Se considera que 80% de los ex reos vuelven a delinquir por la falta de una ocupación
Ampliar la imagen Taller en el Centro de Readaptaci�ocial en Chetumal, Quintana Roo FOTO Gobierno de Quintana Roo Foto: Gobierno de Quintana Roo
Un empresario estadunidense nacionalizado mexicano echó a andar un plan para instalar talleres de maquila de ropa en centros de reclusión de Quintana Roo, que darán empleo a reos con la condición de que sus cónyuges también trabajen en sus casas para la misma cadena.
El proyecto lanzado por el empresario Joe Robertson es llamado "plantas gemelas". Es decir, se instala un taller dentro y otro fuera de los centros de readaptación social en los que se ofrece empleo tanto al reo como a su esposa. Un requisito para integrarse al programa, que ya comenzó a funcionar en septiembre en Quintana Roo, en el sureste del país, es estar casado.
El empresario busca tener mano de obra cautiva -nunca mejor dicho- y segura.
La empresa se llama Kojo y por lo pronto está dedicada a la fabricación de sábanas, colchas y toallas para hoteles. Y eso le da sentido que se instalara en Quintana Roo, el estado que con Cancún aporta más de la mitad de los ingresos por turismo en el país.
Empezó como un puesto de colchas en un tianguis de las calles de San Diego, California. Después se ha convertido en una empresa mayor, que tiene entre sus clientes a varias de las cadenas hoteleras más grandes del mundo, entre ellas Marriot.
Robertson describe su empresa como un "emporio" donde "la basura de un hombre es la riqueza de otro", al recordar sus inicios cuando adquirió una compañía en quiebra dedicada al diseño de interiores y con la que entró al negocio de maquilar blancos para pequeños hoteles.
Para cumplir con los contratos adquiridos, el empresario ha puesto en marcha el Centro Industrial de Readaptación (Ceinre), que consiste en construir plantas gemelas en cada uno de los estados de la República.
Una planta de producción estaría instalada dentro del Centro de Readaptación Social (Cereso) y la otra fuera de éste, ahí trabajarían esposas de los reclusos que decidieran afiliarse al programa voluntariamente.
El motivo principal para pensar en esta posibilidad es que 80 por ciento de los reclusos vuelven a delinquir en cuanto dejan la cárcel, pero "si antes de quedar en libertad tienen un trabajo, su situación puede cambiar", consideró.
Al respecto, el entrevistado aceptó que esta es una manera de abastecerse de mano de obra barata y cautiva, "porque esto es un negocio, pero al mismo tiempo estaría colaborando con los gobiernos locales en la readaptación de sus presos, pues en México el sistema carcelario es poco efectivo".
Ceinre tendría la capacidad de generar hasta 200 mil empleos, en los que no sólo se haría la maquila para Kojo, ya que cualquier otra empresa que requiera de este tipo de servicios podrá contratarlos y satisfacer sus necesidades de producción.
Robertson considera que con este proyecto se estará dotando a los reos de una "forma honesta" de vida, además de dar empleo a sus esposas, "pues en muchos de los casos también ellas tienen que delinquir para mantener a los hijos y el hogar".
Dentro de los penales los presos que deciden trabajar cobran un salario mínimo dividido en tres partes: una para la familia, otra se queda dentro del penal para cubrir los gastos del delito cometido y la última que va a dar a un fondo de ahorro para cuando quede en libertad; además de que no tienen que cubrir las cuotas obrero patronales de seguro social e Infonavit debido a que los reclusos quedan suspendidos de estos derechos por su calidad de delincuentes.
Los requisitos para inscribirse al programa de empresas gemelas son: haber sido procesado por delito menor, tener una fecha pronta de liberación y ser casados con hijos.
El pasado 16 de septiembre se puso en marcha la primera planta productora en Chetumal, donde se fabrican productos textiles y ya se encuentran avanzados los trabajos para inaugurar una más en Isla Mujeres y la meta inmediata es generar tan sólo en Chihuahua 2 mil empleos con una inversión de 5 millones de dólares.
Joe Robertson tiene en mente dedicarse no sólo a la fabricación de toallas, cortinas, sábanas y colchas, hace unos días acaba de obtener el permiso para producir colchones y pronto pondrá en marcha dos plantas dedicadas a la producción de muebles de madera, con esto estaría concretando su proyecto "Rommer Box", para que sus clientes encuentren todo en la misma compañía.