Usted está aquí: domingo 27 de noviembre de 2005 Opinión LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

José Agustín Ortiz Pinchetti

A ras de tierra

LAS GIRAS PRELIMINARES de Andrés Manuel López Obrador se ajustan a un programa estricto: cuatro días a la semana. Cuatro mítines al día más algunos saludos. Un promedio de 20 actos por semana. En cada mitin un discurso de 50 minutos sobre un templete sin gente, adornado por la bandera nacional. Al final el Himno y luego la despedida: decenas de admiradores tienden las manos para saludar al candidato, acercarle cartas y pequeños regalos y, de viva voz, hacerle innumerables peticiones, desde la solución a problemas personales hasta la eliminación del horario de verano.

LA COMITIVA ES PEQUEÑA. Un convoy de cuatro camionetas blancas o amarillas y una Van para periodistas. Como los tiempos son justos, hacen el recorrido a gran velocidad. A veces por carreteras malas o congestionadas. AMLO va en el vehículo delantero, en el asiento del copiloto, oyendo música tropical y boleros, fumando o tomando café. Observa el paisaje cambiante y hace bromas en tabasqueño con su gente.

EN LA PRIMERA GIRA visitó 50 ciudades grandes y en la segunda llegará a otras 300. Ha visitado todas las regiones del país. Se ha acercado a multitudes variopintas. Desde los sombríos indígenas de las sierras hasta los criollos del norte.

EN RARA OCASION LO ESPERAN POCOS. En general son multitudes las que acuden sin más incentivo que conocerlo. AMLO no sólo es popular en la capital, lo es en todo el país. Como algunas giras son entre semana, la gente hace sacrificios para verlo. Pese a su obsesión por llegar a tiempo, los actos se "cuelgan". La gente espera a veces bajo la lluvia y el solazo.

AMLO SE VE TOSTADO, un poco más grueso. Muchas veces tiene que sobreponerse al cansancio y otras se le ve fresco, y a pesar del esfuerzo sobrehumano no se ha producido ningún incidente desagradable. Ningún intento de atacarlo o de ofenderlo.

YO ACOMPAÑE A Cuauhtémoc Cárdenas en sus giras. También fui a actos de campaña de Clouthier y Fox y a muchos del PRI. Nunca he visto un entusiasmo semejante al que despierta Andrés Ma-nuel. Supongo que la gente ve en él la esperanza de que la dura vida de estos duros años se transforme en algo mejor. Confían en él. Recuerdan el desafuero. Siguieron todo aquel absurdo proceso como un drama colectivo en entregas diarias. Les impresiona lo que hizo en la capital. Creen que puede hacer un buen gobierno en el resto del país. Muchos no pertenecen a ningún partido. Son su voto duro.

AMLO SE ACERCA A ELLOS en reciprocidad afectiva. Probablemente en la respuesta está el alimento sicológico que él necesita para mantener este duro ritmo. En 15 días terminará su precampaña, en la ciudad de México. Se habrá acercado a 1.5 millones de personas. Hasta hoy no ha empleado los medios electrónicos para promoverse. Ha retado al estilo tecnológico de hacer política. Está por verse si puede mantener su popularidad con el recurso de su campaña a ras de tierra.

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