"Había personas con rasgos orientales"
"Lo que sucedió en Ixtayopan se pudo evitar", dice tajante la única policía que durante dos horas se interpuso entre la turba y los tres agentes de la Policía Federal Preventiva.
Gloria Hernández, quien entonces era conocida como jefa Mixquic, recuerda con dolor las palabras de Víctor Mireles, uno de los agentes encubiertos: "No me deje aquí, jefa, no me deje", mientras algunos pobladores le arrebataban los cuerpos tras voltear el auto que los protegía.
"Los trataba de tranquilizar y les decía que la ayuda no tardaba, pero no sucedió". "Recibí muchos golpes, unos iban dirigidos a ellos y otros a mí y a mi Z10 (su pareja de patrulla)."
Gloria Hernández dice que entre el tumulto había por lo menos cinco personas con rasgos orientales, barba de chivo, sudadera y gorra en la cabeza que, de acuerdo con su experiencia policiaca, tenían algún tipo de entrenamiento especial, pues uno de ellos, relata, saltó de un solo movimiento del piso al toldo de un auto.
También reconoce que una mujer lideraba a la turba, al grado de que si la voz ordenaba que se callaran, la mayoría obedecía, pero como transcurrió mucho tiempo y no veían que llegará una autoridad mayor, decidieron llevárselos para quemarlos.
"Yo oía por la radio que (Gabriel) Regino preguntaba una y otra vez si ya estaba listo un campo para aterrizar, pero el tumulto, los golpes y los intentos para cubrir a los oficiales, no me permitieron contestar."
Todo ha sido muy difícil de superar, dice. Sin embargo, con apoyo, eso se pudo evitar.