Usted está aquí: martes 22 de noviembre de 2005 Política ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Cristo Rey

El presidente Sandoval Iñiguez

El secretarísimo Abascal (franco)

SON DOS FUERZAS DISTINTAS y un solo propósito electoral verdadero: la ultraderecha y el salinismo trabajando cada cual por su lado (ambos dos lados en pareja que por un milagro divino acabarán siendo el mismo lado: los caminos de la geometría política son inescrutables) con la intención de cerrarle el paso a quien consideran un hereje reformable no sólo a base de encuestas a gusto del cliente.

DE UN GOLPE HA CAIDO en el estadio Jalisco el embozo en forma de capirote. No más disfraces hipócritas a partir de este 20 de noviembre también expropiado (Hugo Chávez había trasladado a Caracas la celebración revolucionaria que Vicente Fox dejó en mero desfile de protocolo): en el futuro celebraréis esta fecha como el Día de los Beatos Cristeros, ordenaron allí las falanges de mi general Anacleto González, y nunca más como Día de la (difunta) Revolución Mexicana. Reivindicación histórica en la sede futbolística del Atlas y Guadalajara (irónicamente, no de los Tecos), convertida en templo máximo de las sublevaciones armadas a nombre de Dios, con un secretario de Gobernación que para asistir a esos actos de extremismo adujo ser un simple ciudadano y no funcionario público a pesar de la compañía de sus guardaespaldas pagados con fondos del erario.

MONSEÑOR ABASCAL que escuchó a reporteros pedirle que se adhiriera o se deslindara del lema derechista que reza (ruega, invoca, ora, adora) "Por Dios y por la patria", a lo que el personaje franco (de franqueza, no del Generalísimo) contestó con leves adecuaciones tal vez pensadas como generosa concesión al cargo: "Por mi patria y por mi Dios; por Dios y por mi patria", aunque eso sí, sin levantar el brazo derecho extendido al igual que la palma. Revuelo de Legionarios, de Opus Dei, de la Adoración Nocturna, de la Acción Católica, de los Caballeros de Malta, en una histórica sesión en la que se fundieron los poderes espiritual y político, representados ambos cuatro de manera plenipotenciaria por el presidente del México Ultraderechista, Juan Sandoval Iñiguez, a quien acompañaron algunos acólitos destacados como el antes mencionado secretarísimo Abascal; el santificado caballo negro, Alberto Cárdenas Jiménez (que ayer se anotó en Guadalajara como aspirante a una senaduría de compensación por haber participado penosamente en la contienda interna blanquiazul); el presidente municipal de la capital tapatía, Emilio González Márquez (que con dinero público elaboró un polémico libro de texto de primaria en que recompone la historia patria a conveniencia del conservadurismo); el diputado federal Fernando Guzmán, tejedor de ficciones redituables y reditables relativas a la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, y José Antonio Ortega, el abogado de Sandoval Iñiguez, quien gusta de disfrazarse de activísimo ciudadano indignado que organiza imparciales marchas por la inseguridad pública, sobre todo en el Distrito Federal.

EL BUEN VICENTE habría de aceptar informalmente el triunfo eclesial un día después de que más de 60 mil personas, y un ciudadano supuestamente despojado de su cargo secretarial, habían participado en esa ceremonia de asalto derechista al poder (virtuosa paciencia que permitió a esa derecha sobrellevar lo que va de administración foxista indecisa y contradictoria, hasta llegar al momento actual en que Dios y la Patria no pueden esperar más, en este tramo final en que alguien ha de hacerse cargo de gobernar). Ya nadie cantó, como una y otra vez lo habían hecho el domingo en el Jalisco, "Que viva mi Cristo, que viva mi Rey, que impere doquiera, triunfante su ley: ¡Viva Cristo Rey!", pues la sesión de ayer era la muy formal inauguración del Seminario Continental para América, que congregó a la elite religiosa: cardenales, arzobispos, obispos, monseñores, nuncios y demás nomenclatura, una especie de Cumbre Católica de las Américas, junto a representantes de El Yunque en el gobierno federal, como el secretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar (alias Capablanca), y el multimencionado secretarísimo Carlos Abascal Franco (de franqueza).

ALLI, ANTE ESA SOBERANIA popular reunida, el gran pecador de omisión, Fox de apellido, reconoció a la Iglesia como "un gran aliado" en la tarea de consolidar la democracia y en el despliegue de "una poderosa ofensiva de espiritualidad" (en León, por ejemplo, el órgano informativo de la diócesis, Gaudium, aseguró que el padre de Roberto Madrazo había participado con la agrupación de camisas rojas que habría perseguido a la Iglesia católica en los años 30, y, ante ello, con un tono elbista pero persignado, la guía escrita de la grey leonesa pregunta: "¿Queremos un presidente así? ¿Queremos repetir la historia? Yo no").

OTRO ARCANGEL DE NOMBRE Carlos peregrina difundiendo sus buenas nuevas, decidido a intervenir cada vez más abiertamente en el proceso electoral. Apoyado en el bastón llamado Fundación Solidaridad, ha vuelto al escenario de uno de sus mayores éxitos teatrales, la casa regiomontana donde 10 años atrás montó el espectáculo de una huelga de hambre que duró unas cuantas, pero intensas horas. Definido el campo de batalla (todos contra el peje, incluso peleando entre nosotros, PRI y PAN, para que de entre Felipe o Roberto salga el ganador, sería la tesis compartida), el jefe de jefes priístas critica los resultados económicos de Fox, a lo que el siempre reactivo Vicente ha contestado con una reunión de cinismo extremo con Elba Esther Gordillo, según eso para inculcar en los escolapios "la cultura de la legalidad" (¿legalidad, Elba Esther; legalidad en la actual Presidencia? Si el delito de disolución social estuviera vigente, habría que aplicarlo a los partícipes de esa gran burla).

EN ESE CONTEXTO de ultraderechismo al asalto del poder, y de salinismo desatado, los resultados de unas encuestas parciales no son más que engranes previsibles de una maquinaria puesta en marcha, cuyos gratos sonidos anteriores endulzaron oídos tabasqueños, que ahora protestan al detectar el cambio mecánico. ¡Uf, se acabó el espacio: hasta mañana!

* Fax: 5605-2099 * [email protected] *

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.