Heasting
Raúl Gatica
La calle Heasting es mucho más que un continente:
Huele a lo que huele el pueblo allá lejos: al tuyo, al mío, al de todos.
Apesta tanto como el odio del gobierno que administra el asco.
A Heasting la recorro diario para no olvidar su rostro
Marcó mis pasos lentos por su vestido:
Quiero verla siempre a lo largo y ancho del cuerpo
Sentada, calladita la boca, esperando que le hable o que le cierre el ojo
Nunca dice nada pero está alerta.
Le grito a su rostro ajado de marihuana y crack,
Perdido entre sueños de coca y paraísos de heroína que no son suyos.
¡Ey! Heasting, escándalo de todos
Nadie puede llamarse inocente de lo que pasa,
Pueden decir que no han visto, pero ninguno decir que no sabe
¿Heasting, por qué sigues siendo el lugar de los olvidos?
Santuario de condenados y asesinados por las reglas,
Por leyes y normas en una despensa de fud bank,
Por limosna del Welfer, boleto de bus, lounch de filántropos
Botín de narcos y funcionarios que administran vicio y miseria.
Vidas tiradas en agujas por la coladera:
Espanto saliendo en pus,
Olor a mierda, a desesperación, compasión, desenfreno...
Y en algún modo, nunca por descuido, a ternura.
En Heasting las estadísticas no dan una vuelta, ni visitan sus esquinas
A mis hermanos indígenas de dolor y sangre que busque por todos lados
Los topé en sus aceras y no me conocieron:
Tener segura la siguiente dosis era su lucha y su futuro.
Mis conocidos arrastran podridos sus colores y rostros y pieles
No importa el sexo, ni la edad, ni los años que ha parido su cuerpo
Y se cotizan, sin saberlo, al precio de una porción de droga barata y asesina
Aquí los perros no ladran, lloran de dolor por ellos.
Para quienes quieren adivinar porque no nos rendimos,
Heastings es, después de todo, una fortaleza de coraje,
Memoria que da fuerzas a la dignidad apuñalada
Camino para decir el futuro que no quiero
Horizonte contra el que tengo armada mi fuerza.
Basta, si todos moriremos, no más silencio a cuestas,
Que se rebele la triste pobreza
Porque nada es gratuito y habrá sobredosis para limpiar la calle,
El año de las olimpiadas nos mira desde la esquina de business
Heasting no es la tumba de la esperanza,
Es para que no olvidemos,
Y porque no decirlo, es el color del miedo y mi vergüenza.
Vancouver, Canadá, primero de noviembre de 2005
Raúl Gatica, escritor y dirigente del Consejo Indígena Popular Oaxaqueño Ricardo Flores Magón (cipo-rfm), debió abandonar el país en fechas recientes, ante las agresiones y amenazas que ha estado recibiendo por parte del gobierno oaxaqueño. Este texto fue escrito, pues, en el exilio.
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