ANDANZAS
Revaloran el INBA y la UAM a Miguel Covarrubias
Entregaron el sábado premio con el nombre del célebre mexicano
Ampliar la imagen El joven Miguel Covarrubias
NUNCA ES SUFICIENTE remover la memoria un tanto desprestigiada de los mexicanos, a quienes en ocasiones se les ha llamado "pueblo sin memoria", ya que es evidente que las nuevas y ni tan nuevas generaciones parecen, en algunos casos, haber olvidado hasta el himno nacional y la elemental gesta revolucionaria "que nos diera libertad", e "independencia", así como los grandes pilares, raíces, tradiciones, o como usted quiera llamar, que han forjado nuestra cultura.
ANTE EL ATERRADOR, soporífero, conveniente y lamentable enfoque del siglo XXI, no sólo para América Latina, sino para el mundo en general, perpetrado por los príncipes del dinero, el rescate de quienes hicieron bien su trabajo aportando y reafirmando nuestra maltrecha memoria colectiva, es de gran importancia. En este sentido el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) decidieron usar el nombre de don Miguel Covarrubias para retiquetar su famoso premio a la danza contemporánea, denominado ahora 26 Premio Miguel Covarrubias INBA-UAM, y su famoso concurso de creación coreográfica.
AUN TENIENDO DOS teatros con su nombre, varias exposiciones de su obra gráfica, alguno que otro cortometraje sobre su vida y obra, así como la edición de algunos libros sobre su trabajo y su pensamiento sobre la danza, no parece ser suficiente para que el recuerdo y ejemplo de Miguel Covarrubias en el terreno artístico no se hundan en la marea del olvido. Ya quisiéramos, en honor a la justicia, que los nombres de Waldeen y las hermanas Campobello se hubieran cimentado de forma paralela a sus méritos en la memoria del gremio, sobre todo, de las nuevas generaciones.
ALUMNAS Y ALUMNOS DE esas grandes mujeres, con mínimos méritos, pero "de moda" o bien ubicados en la grilla cultural del país, lograron esa permanencia en la memoria usando sus nombres para salones, teatros o premios, haciéndose acreedores al mérito primigénio de quienes hicieron una danza nacional antes que ellos. Es por eso que el caso de ahora es loable, pues Miguel Covarrubias, hombre de gran cultura y talento, censurado y hasta presionado en cierta forma por los prejuicios de la época merece con creces su constante revalorización para que no se olvide una importantísima veta de la cultura dancística, sobre todo ahora que todo parece indicar que seremos devorados sin piedad por la oscura vorágine de un mundo "globalizado", del cual parece no poder escaparse nadie en este vuelco peligrosísimo que la humanidad debe padecer. Fue bajo su dirección artística, sin olvidar el nombre de Santos Balmori en el departamento de danza del INBA en aquellos años 50 y pico, que la presencia de una danza plasmada en pocas, pero consistentes obras, con la mano maestra de José Limón, el célebre coreógrafo y bailarín afincado en Estados Unidos, realizaran el ballet Tonanzintla.
AFORTUNADAMENTE, LA DECISION de revivir la obra en manos de sus intérpretes originales, bailarinas inolvidables de excepcional talento y carisma, resulta un acto de justicia y rescate invaluable para el bagaje cultural de nuestra danza que hace muchos años debería haberse logrado.
DE ESTE MODO Rocío Sagaón, Martha y Valentina Castro han armado una obra llamada Memorias de Tonanzintla, que fue presentada el sábado 19 de noviembre en el Palacio de Bellas Artes, como colofón a este concurso premio Miguel Covarrubias, que incluyó las obras de los finalistas y la ceremonia de premiación.
SOBRA MENCIONAR UNA vez más el acierto del coordinador de danza del INBA, Marco Antonio Silva, y los jefes de este instituto y de la Universidad Autónoma Metropolitana. Ojalá realicen el acariciado proyecto de grabar, guardar, atesorar toda obra importante del repertorio de la danza nacional en aquello de la "videoteca nacional de danza", aunque con el presupuesto negado a cultura, soñar no cuesta nada.