Recibió un Premio Oye en el Zócalo; A.B Quintanilla y Kumbia se llevaron cuatro
Estoicos, más de cien mil resistieron lluvia y frío para escuchar a Robbie Williams
Ampliar la imagen La muchedumbre disfrut�l playback de los cantantes que se presentaron FOTO Roberto Garc[ia Ortiz Foto: Roberto Garc[ia Ortiz
Ciento diez mil personas (cifra oficial de los organizadores) asistieron la noche del pasado sábado al Zócalo capitalino a la cuarta entrega de la estatuilla La Musa-Oye Premio Nacional a la Música Grabada, otorgada por la Academia Nacional de la Música en México (Anamusa), integrada por relacionados, directa o indirectamente, "con el mundo de la música".
A las seis de la tarde, ya miles se habían parado frente al escenario y soportaban con estoicismo una lluvia pertinaz. Aparecieron los vendedores de capas de hule, salvadoras. Para calentar el cuerpo, unos esquites, un atole, un café, algo caliente, de manos de cientos de vendedores. Media hora más, una hora, hora y media... el frío. La lluvia paró. Otros miles llegaron y ejercieron presión desde la parte de atrás.
A las ocho de la noche comenzó esa especie de concierto, que no lo fue a ciencia cierta, pues el playback o la voz sobre una pista fueron la gran pantomima. Más bien fue el relumbrón de algunos nombres.
El área de prensa frente al escenario fue el caos. El espacio se hizo pequeño, pues el área estuvo ocupada también por algunos "invitados", entre ellos niños y jovencitos. En medio de una algarabía se anunció que comenzaba el espectáculo. Llegó la celebridad del pop actual Robbie Williams. De calles que desembocan en la ilustre plancha los jóvenes apresuraron el paso.
Primeras notas de Feel
Se escucharon las primeras notas de Feel y fue la emoción colectiva. Robbie estaba allí, y gratis. Miles brincaron y el horizonte fue una masa contagiada por el ritmo de un éxito mundial. Prosiguió con Trippin. Acabada la pieza y cuando la mayoría esperaba otra famosa, hizo acto de presencia Adal Ramones. Llamó a Paulina Rubio, la chica dorada, quien dijo a Robbie: "I am Paulina. I love you". Besos. Y Robbie se fue. Sólo dos temas.
Según lo dispuesto, los periodistas tuvieron un área especial para las entrevistas y ruedas de prensa, pero estaba detrás del escenario y había que caminar un largo trecho. Los organizadores de la logística (del programa Dfiesta del gobierno del Distrito Federal) sólo tenían que cruzar a un lado del escenario para llegar a esa carpa-sala de prensa. O se esperaba ahí o se daba la vuelta para ver el show.
En una pantalla sin sonido se veía la actuación de Moderatto, que se llevó dos estatuillas, y luego de Paulina Rubio, Kabah. Algunos reporteros se quejaban de la tardanza en el inicio de las ruedas de prensa. En las pantallas mudas se vio a Patricia Manterola, quien resbaló pues el piso estaba mojado. Cayó. "Ya hay algo de que escribir", comentaron algunos.
Llegaron los de Moderatto, grupo polémico porque se asumen como roqueros, pero quienes han recibido críticas.
Homenaje a Rocío Dúrcal
En las pantallas silentes cantaban A.B. Quintanilla y Kumbia Kings. Interpretaban la movida Fuego. Llegó el dueto Lu para hablar con la prensa. Se rindió homenaje a Rocío Dúrcal.
Dulce, Aída Cuevas y Edith Márquez (Manterola no salió debido a su caída) cantaron una selección de temas que la española hizo éxitos.
En el escenario, el grupo Rebelde RBD cantaba Rebelde. El público le dio una gran respuesta. Prosiguió un homenaje a Banda El Recodo de Cruz Lizárraga.
Yair cantó No te apartes de mí. Así continuó la entrega de las musas.
Los premios fueron, entre otros, para Alejandro Fernández, mejor álbum del año, por A corazón abierto; Juanes y Moderatto (empate), canción del año, por La camisa negra y Muriendo lento, respectivamente; RBD, revelación del año; Coldplay, álbum del año inglés, por X&Y; Robbie Williams, canción del año inglés, por Radio. En total, 20 estatuillas.
El artista triunfador de la noche fue AB Quintanilla y Los Kumbia Kings, con cuatro premios. Al final, El Tri, de Alejandro Lora, cantó No somos piratas y varios de sus éxitos. Puso a brincar a la concurrencia con ADO.