Captar más consumidores y mayor participación en el mercado, los objetivos
Pequeñas y medianas empresas buscan modernizar redes de comercialización
La estrategia planea beneficiar a productores de arroz, algodón y ganado, entre otros
Ampliar la imagen El control del mercado mexicano lo tienen productores de pa�s como Estados Unidos, que lograron penetrar a trav�de empresas comercializadoras como Wal-Mart FOTO Archivo Foto: Archivo
En la disputa del mercado interno, de unos 50 millones de consumidores, pequeñas y medianas empresas así como organizaciones campesinas apuestan a transformar y modernizar las redes de comercialización del país, lo cual incluye adquirir y rehabilitar centrales de abasto, para hacer frente a los supermercados que en lugar de comprar productos mexicanos, optan por grandes importaciones.
Las cadenas de hipermercados como Sam's, Soriana o Wal-Mart, impulsados desde la Secretaría de Hacienda y la Bolsa Mexicana de Valores, han desplazado paulatinamente a los productores nacionales de los mercados regionales y a la vez propician descensos en la producción agrícola nacional, advirtió Margarito Montes Parra, dirigente de la Unión General Obrera, Campesina y Popular (UGOCP), cuyo séptimo congreso, a celebrarse a partir de este lunes, estará enfocado a la recuperación del mercado interno.
El control del mercado mexicano lo tienen los productores de países como Estados Unidos y se ha realizado en dos etapas: primero se asociaron con empresarios y funcionarios corruptos para realizar importaciones masivas de diversos productos y luego penetraron a través de empresas comercializadoras de gran consumo, como Wal-Mart, o firmas de comida rápida, como Mc Donalds.
Hay cultivos, advirtió el dirigente, que de plano han desaparecido en el país, como son los casos del arroz, henequen y algodón, en tanto que los productores nacionales han reducido en 40 por ciento su participación en el mercado de los granos, en más de 97 por ciento en los jugos frescos, en 93 por ciento en el hule natural, alrededor de 30 por ciento de la carne de bovino y en todo el país se registra un descenso de más de 5 millones de cabezas de ganado y de 10 millones de aves en la producción avícola.
Señaló que durante las dos décadas recientes, las autoridades federales han efectuado una política deliberada para la destrucción productiva del campo mexicano con el encarecimiento del agua, las semillas mejoradas o los fertilizantes, pero también con la eliminación de los organismos de comercialización. Ha habido un retroceso de la producción en más de 5 millones de hectáreas de riego y la destrucción parcial de casi 30 por ciento de la estructura hidroagrícola nacional.
La situación se agravará para el año 2008, cuando entre en vigor en su totalidad el Tratado de Libre Comercio, y por ello "la única manera de que el campo y los productores nacionales vuelvan a tener viabilidad es que participen en mercados crecientes, tengan mayor volumen de producción y venta de carne, granos, vegetales porque la contradicción que existe es que los productores y campesinos mexicanos llegamos a tener sobreproducción, pero no hay a quien venderle porque carecemos de redes de comercialización, ya que están paralizadas las centrales de abasto y los hipermercados ocupan las plazas regionales".
La estrategia para reactivar la productividad del campo mexicano, que a la vez sirva para el combate a la pobreza y frene los altos índices de migración, es recuperar tiendas urbanas y rurales o comprar centrales de abasto y bodegas que hagan frente a los hipermercados, pues más de 80 o 90 por ciento se realiza por vías indirectas, como mercados municipales o las tiendas de barrio, "por eso tenemos que pelear por restablecer las cadenas de comercialización tradicionales pero modernizándolas y hacerlas competitivas, como las centrales de abasto", que ya por lo menos la UGOCP ya empezó a comprar en Veracruz.
Tan sólo con un millón de consumidores, ejemplificó Montes Parra, la producción de arroz nacional podría reactivarse pues bastaría para vender toda la producción de Veracruz, Campeche y Oaxaca y beneficiaría a una amplia gama de agroindustrias como molinos de arroz, enlatadoras o plantas procesadoras de alimentos que se encuentran paralizadas y arrinconadas por las importaciones.