Antes de una gran batalla hay un gran banquete, afirma Leonardo de la Sierra
GULA convoca a la gran comilona de las revoluciones
El grupo de gastrónomos llama a participar en el ágape a todos los que en algún momento han querido rebelarse
El propietario del Pasaguero lamenta ver dividida la izquierda nacional
Antes de cada hecho revolucionario hubo una comida. ¿Qué comieron o cómo ayunaron los ejércitos o quienes tomaron decisiones? ¿Qué bebieron y qué comieron los filósofos, los pintores, los dramaturgos, los científicos, los periodistas, los músicos, los políticos, los militares antes de sus batallas y sus obras? Es parte de lo que resume en su Manifiesto Comida de las Revoluciones el grupo Gastrónomos Unidos por la Libertad y Arte (GULA), como parte de su reunión-ágape culinario llamada Soberana Convención Gastronómica, que se realizará este sábado a partir de las 14 horas en el Bosque de Tlalpan.
Se trata de una gran comilona que este gremio de restauranteros organiza para conmemorar, más que un hecho de la historia de México, a "todas las revoluciones, a todos los que se han sentido aunque sea por un segundo revolucionarios, a que vengan con sus amigas, amigos o amantes, compañeros de una y mil batallas, a celebrar las revoluciones confesas e inconfesables, las que conocemos y las que llevamos dentro, las victoriosas y en las que hemos sido derrotados solos o colectivamente, a comer juntos de manera soberana para celebrar nuestra fecha revolucionaria".
Antes de pelear hay que comer
"Hasta la cocina siempre y por motivos de la revolución viva la degustación", afirma en nombre de su grupo Leonardo de la Sierra, miembro de GULA y propietario de Pasaguero. "Antes de cada gran batalla hay una gran comida. Si no se come no se puede estar listo para la guerra y no es que la queramos hacer, sino que unos queremos una que otra revolución, que no caería mal", asegura sobre este encuentro de tragaldabas que será amenizado por trovadores y por el grupo de salsa La Nueva Nostalgia, al que acudirá gente de izquierda y políticos como el jefe de Gobierno capitalino, Alejandro Encinas, y los candidatos del PRD a sucederlo, Marcelo Ebrad y Jesús Ortega.
Leonardo de la Sierra reveló el menú, pensado para mil personas: chicharrón (con un caldero de manteca haciéndolo al instante), quesadillas (de queso, papa, chorizo, flor, frijoles, choripán asado y a la leña; pollo a la sinaloense a las brasas; costillar de res; tacos árabes de res y cordero; ensaladas mixtas de verduras, postres como ates con queso; frutas; y para los de excelente diente, pozole guerrerense. Todo este banquete más la fiesta por 250 pesos por persona. Las bebidas, como vodka, ron, tequila y vinos, se cobrarán aparte, menos la de cortesía, una chela o refresco con el boleto de entrada.
-¿Cómo ve GULA a la izquierda hoy día en México? -se le cuestiona.
-Dividida. Esperamos que gane el mejor de nuestros candidatos. Dentro de nuestro grupo cada quien tiene a su favorito, pero el que no gane, que trabaje y vaya junto de la mano con el vencedor. Esperamos que no se fragmente más.
La izquierda ya no es tan de izquierda, porque eres o no lo eres. Sigues el lineamiento o te cambias de partido, porque la raíz y esencia ya no es lo que era antes.
De la Sierra dice que, como el 4 de diciembre son las elecciones internas del PRD, asistirán Marcelo Ebrard y Jesús Ortega, a quienes "no dejaremos coger los utensilios. A dos semanas de sus elecciones tienen que echarle aceite a la maquinaria para trabajar juntos pase lo que pase".
Por eso, grupo GULA (conformado por Tito Briz, de El Cardenal; Roberto González, de la Fonda San Angel; Mohammed Mazeh, de El Andaluz; Agustín Arroyo, de El Mesón del Cid; Osvaldo Caldú, de El Asado Argentino; Marco Rascón, de Peces, Chepina Peralta y Leonardo de la Sierra) asevera en su manifiesto que "México es el único lugar del mundo donde las revoluciones se institucionalizan, donde se exaltan en los discursos y se niegan en los hechos. La revolución es una palabra prohibida, pero sagrada, porque es solución profunda de nuestras aspiraciones. La revolución devino hoy en gradualismo o transición, caricatura del cambio, pero pese a eso, todo mexicano lleva un revolucionario dentro".
Por tal motivo "los esperamos con apetito atroz y revolucionario en el Bosque de Tlalpan, en este homenaje a: la revolución de Espartaco, a la de las mujeres, a la caída de los imperios, al Renacimiento, a Galileo, a los señalados como brujos por defender la razón, a los de la Revolución Francesa, a los Comuneros de París, a los anarquistas y socialistas utópicos, a la Revolución Mexicana, a la gran Revolución de Octubre, a los independentistas irlandeses y latinoamericanos, a los separatistas vascos, a todas las revoluciones africanas, a la revolución cultural China, a los judíos en resistencia contra el nazismo, a los vietnamitas, a la revolución de los claveles de Portugal, a los republicanos españoles, a la Revolución Cubana, a quienes lucharon contra las dictaduras militares en el cono sur, a las revoluciones científicas, las democráticas, las sexuales, a los hippies, los Beatles, los literatos, Shakespeare y Cervantes, a quienes defendieron sus tierras de los invasores, al pueblo iraquí, a los palestinos, a Gonzalo Guerrero contra los españoles en Yucatán, a todas las rebeliones indígenas por la restitución de sus derechos. A los alzamientos campesinos, de mineros y de proletarios en todo el mundo. No a los que ayudaron a los pobres, sino quienes los organizaron y los armaron de ideas para luchar por ellos mismos y por sus naciones (...)."
La cita para este reventón culinario es a las 14 horas en el estacionamiento de arriba del bosque, donde habrá unas lonas gigantes y todos los servicios. Impuesto revolucionario: 250 pesos. Se llega por Insurgentes Sur hasta el mercado de muebles de madera, vuelta en la calle Camino a Santa Teresa. Se pueden conseguir los boletos en Mesones 171, entre Jesús María y Cruces. Y en Madero 69 primer piso. O a los teléfonos: 5518-4798 y 5522-2528.