Clave, la acción de los universitarios
La participación de universitarios en el combate a grupos porriles que pretenden generar condiciones de inseguridad y violencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) debe ser un ejercicio de "civilidad" en el que se privilegie el diálogo y la pluralidad, "valores que siempre ha defendido esta institución", afirmaron catedráticos de la máxima casa de estudios. Especialistas del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM señalaron que la violencia no sólo "daña la vida académica de la universidad, también lástima el entorno y la autoestima de la comunidad, en particular, de los estudiantes, quienes se sienten más vulnerables".
Víctor Manuel Durand Ponte, catedrático del IIS, indicó que el reciente movimiento estudiantil contra el porrismo, que mantiene tomadas las direcciones de los planteles 5 y 6 de la Escuela Nacional Preparatoria desde el pasado 10 de noviembre, demostró que "alumnos organizados pueden impulsar una acción determinada, como tomar la dirección de su plantel y obligar a las autoridades a actuar en contra de aquellos que los agreden".
Es evidente, insistió, que este proceso funcionó y ahora los porros "tienen claro que no es tan fácil ir a la Preparatoria 6 porque puede haber consecuencias muy serias". Esto permitiría, afirmó, que en otros planteles universitarios donde el porrismo ha sido un mal de muchos años, "se sumen esfuerzos y se reconozca que sí existen caminos para enfrentar al porrismo, porque lo que hemos visto en los últimos días es que son los jóvenes universitarios quienes están sacando la cara contra los grupos porriles".
Por su parte, en entrevista por separado, René Jiménez Ornelas, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas y especialista en el análisis de la violencia urbana, afirmó que pese a tener una historia reciente en donde los movimientos estudiantiles se radicalizaron, "podemos esperar un aprendizaje y la apropiación por parte de los alumnos de procesos de participación y organización no violenta, con los cuales contrarrestar ese otro sistema de represión que representan los grupos porriles".
Si bien reconoció que aún existen "muchos riesgos de polarización" de los grupos estudiantiles organizados, "hasta el momento podemos percibir una organización en donde no existe aparentemente una mano que organiza, sino alumnos preocupados por restablecer condiciones para llevar a cabo su vida académica sin temor ni violencia".
Laura Poy Solano