Critica a quienes "con gran meopía piensan que la solución es encerrarse en sí mismos"

Pese a todo, Vicente Fox confirma su fe en las bondades del libre comercio

El proteccionismo "va en contra del camino exitoso de la globalización", dice el Presidente

Afirma en Coahuila que lo "moderno y competitivo" es desarrollar empresas "TLC"

ROSA ELVIRA VARGAS Y LEOPOLDO RAMOS ENVIADA Y CORRESPONSAL

Ramos Arizpe, Coah., 15 de noviembre. Feliz por la aprobación a su iniciativa presupuestal para 2006, diseñada "como una buena ama de casa" para gastar sólo lo que el gobierno reciba de ingresos, el presidente Vicente Fox no ocultó, sin embargo, su interés por mantenerse involucrado en el debate por el conflicto con Venezuela, y en una nueva profesión de fe hacia los tratados de libre comercio arremetió contra aquellos que "con gran meopía piensan que la solución es encerrarse más en sí mismos, que la solución es no entrar a competir en los mercados''.

Si bien temprano su vocero Rubén Aguilar había dicho "caso cerrado" respecto a la crisis México-Venezuela, el jefe del Ejecutivo no sólo mantuvo las alusiones indirectas al país sudamericano y a las posiciones de su presidente, Hugo Chávez, sobre el tema del libre comercio, sino que, conmovido, se dejó ovacionar largamente en el paraninfo del Ateneo Fuente.

El gobernador Enrique Martínez y Martínez había exaltado la "actitud valiente y digna" del presidente Fox en defensa de los principios de México en materia de política exterior, y el aludido respondió con aplausos, luego enrojeció, se puso de pie y se apretó las manos en señal de agradecimiento.

No esquivaba, pues, el tema de Venezuela. Porque tampoco lo había hecho muy temprano, cuando en la empresa transnacional Moll dijo que toda visión de nacionalismo, de economía cerrada y de proteccionismo "va en contra del camino exitoso de la globalización y de las economías que progresan".

Por eso, abundó, lo "moderno y competitivo'' es configurar empresas 'TLC' que aprovechan las ventajas de cada país -México, Estados Unidos y Canadá-". Entonces, con ese mismo entusiasmo, decidió modificar las categorías clásicas en la esfera laboral y más tarde pidió a los empleados de Whirlpool considerarse "asociados" de "una de las mejores empresas del mundo".

Refutó a aquellos "que dicen que el pez grande se come al pequeño", y les dijo que este año México cerrará con un superávit comercial de 80 mil millones de dólares con Estados Unidos, lo cual, aseguró, es más que las exportaciones individuales de cualquier país de Latinoamérica. De ese modo, motivos no faltaban hoy al mandatario para sentirse eufórico. Las autoridades locales -Martínez entrega el gobierno estatal dentro de 15 días- prodigaron elogios a su gestión. El correspondió ubicando a Coahuila como entidad "que marca pauta''.

La noticia sobre la aprobación -esta madrugada- del Presupuesto de Egresos, despertaba más su entusiasmo. Felicitaba al Congreso porque permitirá contar con los recursos suficientes para ampliar el Seguro Popular, instalar más pizarrones electrónicos, construir 750 mil viviendas el próximo año, y todo sin empeñar el futuro del país ni endeudar a las siguientes generaciones.

Y no perdía tampoco la oportunidad de vincular el manejo económico de su administración con la responsabilidad "y mucha información" que, dijo, deberán allegarse los ciudadanos el próximo año al acudir a las urnas. "Los mexicanos tenemos memoria: no queremos más quebrantos económicos, devaluaciones o crisis financieras; no queremos más autoritarismo y corrupción; no queremos más demagogia y populismo."

Insistía en continuar "el paso que dure y no el trote que canse", en no dejarse guiar "por el canto de las sirenas" ni por aquellos que ofrecerán "el oro y el moro", y con esa misma filosofía sacada del refranero popular decía a la gente: "Más vale pájaro en mano" y resultados que ilusiones vanas "de que va a haber muchas otras cosas".

Fox, en definitiva, estaba metido a celebrar la buena negociación con las bancadas del Legislativo que votaron en favor de su propuesta presupuestal, que es "fuerte" y permitirá "continuar trabajando por México". Y esto, resaltó, sin haber logrado en estos cinco años las reformas estructurales "de segunda generación" que requiere el país.

Pero no podía evitar las puyas para "aquellos acelerados que se ponen a gastar en presupuesto y endeudan a la nación; no llegan muy lejos y, en pretendido apoyo a quienes menos tienen, resultan un verdadero fiasco".

En esa misma tónica también entraba a la orientación electoral: a los universitarios de Coahuila les pedía no dejarse arrebatar el futuro el año entrante y construirlo, tomar en sus manos su destino. "La responsabilidad es muy, pero muy importante, y es lo que se va a requerir de parte de cada ciudadano el próximo año al ir a votar", expresó.