Fuerzas armadas mexicanas rechazaron invitación para sumarse al esfuerzo
Ejércitos de 19 países se unen en la lucha contra el sida
La educación sexual, parte fundamental de la estrategia para cumplir con el objetivo
San Salvador, 12 de noviembre. "A los militares brasileños responsables del programa de sida no les pasa por la mente qué tipo de uso le darán los soldados al condón. Lo que sí piensan es que al dar condones a los conscriptos contribuyen a que ese elemento no adquiera el VIH o que no lo transmita, sea una dama o un caballero con quien ejerzan su sexualidad", explicó el almirante brasileño Nelson Martins da Silva durante el tercer Foro Latinoamericano y del Caribe en VIH/sida/ITS que se llevó a cabo la semana pasada en esta ciudad.
Junto con militares responsables de los programas de prevención del VIH/sida en 19 países de América Latina, ratificó el compromiso en la lucha contra el sida dentrro de las fuerzas armadas de los países miembros, al tiempo que fue testigo, junto con funcionarios representantes del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/sida (Onusida), de la integración de El Salvador al Comité de Prevención y Control del VIH/sida de las Fuerzas Armadas y Policías de América Latina y el Caribe (Coprecos-LAC).
En entrevista con La Jornada, el almirante, quien se ha distinguido por tener una visión vanguardista de la sexualidad, lamentó que el Ejército Mexicano no haya respondido a la invitación que le extendió el Coprecos para asistir a la reunión e integrarse a este esfuerzo militar por combatir el VIH/sida en las instituciones castrenses.
Explicó que los países miembros de Coprecos han vencido retos que se impusieron desde 1995 cuando esta organización comenzó sus operaciones en las fuerzas armadas de Perú y que con los años se ha ido expandiendo a los países de todo el continente. "Hemos logrado bajar la prevalencia de infección del VIH/sida en los ejércitos de los 19 países miembros, gracias a las estrategias abiertas y sinceras de quienes conocen la realidad militar", aseguró.
Entre los propósitos de Coprecos destaca reducir la vulnerabilidad a la infección de los militares y mejorar la calidad de atención en los servicios de salud del personal militar y la población beneficiaria. Para ello, explicó Da Silva, "se adoptan estrategias de educación sexual con perspectiva de género, privilegiando los derechos sexuales y reproductivos del personal militar y policiaco, así como de los derechohabientes".
El Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea Mexicana y la Secretaría de Marina tienen en la Ley del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) que los rige, artículos que violan los derechos de los militares que viven con VIH/sida al "discriminar legalmente", como ha declarado reiteradamente el licenciado Pedro Morales Aché, a los conscriptos que resultan seropositivos, que son expulsados cuando se les detecta el mal. Dichas leyes han sido aprobadas por el presidente Vicente Fox en 2003 y 2005 sin que el Congreso de la Unión haya opuesto resistencia a la imposición de leyes discriminatorias del jefe supremo de las fuerzas armadas mexicanas.
En este sentido, Hulf Kristoferson, responsable del proyecto ante Onusida, comentó que uno de los grandes propósitos de Coprecos y el organismo que representa es que los ejércitos y policías nacionales reflexionen sobre sus políticas institucionales y cambien aquellas leyes que violen los derechos de sus miembros.
Vulnerabilidad de conscriptos
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y el mismo Onusida, los militares y marinos entre 18 y 29 años de edad son de tres a cinco veces más vulnerables a adquirir el VIH/sida que la población civil del mismo rango de edad. Ello responde a que se desplaza constantemente de lugar, aunque también influye la construcción cultural de la masculinidad, la valentía y el riesgo en los militares, actitudes que, según el sicoterapeuta y sexólogo David Barrios, "trasladan a su vida sexual".
Las organizaciones mundiales han detectado en sus estudios que el desapego obligatorio al núcleo familiar de los militares y la facilidad de acceder al consumo de alcohol y droga son otros factores que contribuyen al riesgo, además de que en las inmediaciones de las zonas militares siempre se asientan lugares de consumo de comercio sexual y ligue homosexual, dos de los sectores donde se registra la mayor prevalencia de la infección.
Por lo anterior, el trabajo de Coprecos se ha centrado en la prevención a través de la educación sexual. Así lo expresó el general Otto Alejandro Orellena, ministro de Defensa de El Salvador, quien con un lenguaje poco común en los altos mandos militares asumió el compromiso de "combatir el flagelo del sida en la población militar de El Salvador, y promover los derechos sexuales y reproductivos desde una perspectiva de género".
A pesar de que el Ejército Mexicano no envió a ningún responsable del área a dicha reunión, el señor Hulf Kristoferson ratificó a NotieSe, como ha hecho desde hace tres años en diversos Foros y Congresos internacionales, que seguirán buscando el acercamiento con las autoridades militares mexicanas para que se sensibilicen y reflexionen sobre los beneficios humanos y materiales de prevención y atención del VIH/sida en el personal militar.
Sin dar fecha, comentó que habrá una reunión en México sobre el tema, con el propósito de que las instituciones militares del país se integren a este esfuerzo latinoamericano y reflexionen sobre lo positivo de conocer las directrices planteadas por Coprecos y Onusida. "México ha hecho un buen trabajo en la lucha contra el sida a nivel latinoamericano. Su Ejército no puede estar distante de los avances que ha llevado a cabo con la población civil", finalizó.