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14 de noviembre de 2005 | ||||||||||||||||||||
Ronald Buchanan EMBARAZADA, PERO POQUITO
No hay duda, como dijo hace poco Luis Ramírez Corzo, director general de Pemex, que el tema de restitución de reservas es el de mayor importancia estratégica para la empresa. También para el país y para los aspirantes a la presidencia de la República. Sin las reservas suficientes para mantener el nivel actual de exportaciones, habría que cambiar totalmente el actual modelo económico (para bien, dirían algunos, pero eso es otra historia). Si extrae Pemex más que lo que descubre, en pocos años se va a evaporar el petróleo que tiene. Lástima, entonces, que Pemex no base sus estimaciones de restitución en lo que el Presidente Fox suele llamar datos duros. El año pasado, dice la empresa, los nuevos descubrimientos reemplazaron 57 por ciento de lo extraído. No es muy alentadora la cifra, pero va en aumento. Sin embargo, a diferencia de casi todas las otras petroleras, Pemex basa su cálculo en las reservas totales, o sea, las probadas, probables y posibles. Se trata de una lógica parecida a la de la muchacha que anuncia a sus papás que se encuentra un poquito embarazada. LAS RESERVAS PROBADAS DE PEMEX
(Cifras de fin de año, miles de millones de barriles de petróleo y equivalente; billones de pies cúbicos de gas)
*El "petróleo equivalente" es la suma de las reservas de petróleo, más las de gas, convertidas en su equivalente en barriles de petróleo según una fórmula aceptada internacionalmente. Fuente: Pemex
Lo que pasa es que la extracción viene de las reservas probadas, cuya existencia está físicamente comprobada y cuya explotación es rentable. Por eso, las demás petroleras cuentan su tasa de restitución sobre la base de la cantidad de hidrocarburos extraída contra las reservas probadas. Es lo que cuenta, el dato duro. Las cifras de las reservas probadas de Pemex (ver tabla) muestran una baja abrupta entre 2001 y 2002. Eso porque la comisión de valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) no aceptaba como probadas la mayor parte de las reservas de Chicontepec, anunciadas con bombo y platillo por Jorge Díaz Serrano hace más de un cuarto de siglo. El razonamiento de la SEC era que, por no haber desarrollado las reservas, Pemex tácitamente aceptaba que no eran rentables. (Ahora Pemex está trabajando en Chicontepec para probarlas.) Después se notan unas mermas menores en las reservas de gas natural entre 2002 y 2004. Gracias al descubrimiento de Lankahuasa y otros campos, Pemex está reemplazando cada año casi la totalidad de las reservas probadas de gas. Sin embargo, ese no es el caso, --y por mucho-- de las reservas de petróleo. De 15.1 miles de millones de barriles a finales de 2002, pasaron a 12.9 miles de millones al término del año pasado. En los últimos dos años, la restitución de las reservas se ha acercado a cero. El año pasado, por ejemplo, la caída en las reservas probadas era de 1.23 miles de millones de barriles, apenas unos 10 millones menos que lo que se había extraído. Así que la tasa de restitución de reservas era de menos de 1 por ciento. Las demás petroleras logran alrededor de 100 por ciento, a veces más. Un dato duro § |