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PAGINA DEL CONSUMIDOR / sobrecito [email protected]
EN EL OJO DE LA ESPECULACION 14 de noviembre de 2005

Un grupo de la Profeco se queda cuando todos buscan irse. Se trata de un equipo especial que actúa en los lugares donde ocurre un huracán o tormenta. Su tarea es evitar que la especulación de comerciantes agregue dificultades a las que ya de por sí causan los meteoros.

cazaHPresencia familiar en las poblaciones afectadas por ciclones. Siguen la pista a cada meteoro que amenaza las costas del océano Pacífico y el Golfo de México: estudian su evolución, tratan de predecir su trayectoria e identificar dónde impactarán con mayor fuerza.

Quedar aislados por un deslave o una inundación, cruzar los ríos crecidos con sogas, dormir a la intemperie o en refugios improvisados son algunos de los riesgos de su oficio, el cual los ubica en la ruta de los fenómenos naturales. Son los cazahuracanes.

Aunque el nombre lo sugiera, no se trata de personajes de ciencia ficción en guerra contra las fuerzas de la naturaleza; sin embargo, sí combaten algunos de sus efectos. Los cazahuracanes son verificadores de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) que, desde el embate del huracán Gilberto (1988), se han especializado en la prevención de abusos al consumidor en situaciones de emergencia.

Su tarea es impedir que, durante la crisis de abasto generada por un huracán, los proveedores de bienes y servicios acaparen alimentos y productos de primera necesidad y especulen con ellos, vendiéndolos con sobreprecio o condicionando su adquisición a los consumidores.

Durante el resto del año cumplen funciones normales de inspección y verificación de precios y prácticas comerciales. Pero al comenzar la temporada de huracanes se coordinan con la Dirección General de Protección Civil y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) para vigilar la aparición de los meteoros, seguir sus rutas y determinar potenciales zonas de emergencia.

Uniformados y organizados en brigadas, los cazahuracanes llegan a los lugares por donde pasará el meteoro y, en coordinación con los medios de información locales, aplican un operativo para evitar abusos como: acaparamiento y ocultamiento de productos, alza injustificada de precios, ventas condicionadas, negativa de venta y especulación de alimentos y otros bienes de primera necesidad.

"Llegan con 48 o 72 horas de anticipación para detectar abusos a los consumidores y deben permanecer hasta que el abasto se restablece", explicó el subprocurador de Verificación de la Profeco, José Rodrigo Roque Díaz.

Por ello, precisó el funcionario, todavía permanece en Cancún parte del equipo de 60 verificadores que se desplegó en Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Veracruz ante la presencia de los huracanes Stan y Wilma.

"Sólo estamos esperando que los últimos monitoreos nos indiquen que podemos tener confianza en que la situación ya se normalizó", dijo.

Procedimientos

El operativo especial de contingencia y reacción inmediata de la Profeco incluye la difusión de mensajes por los medios de información locales ­antes y después del ciclón­, exhortando a proveedores y consumidores a actuar con equidad.

Las brigadas también vigilan que no haya alteración de precios, hacen recorridos de verificación, reciben quejas de los consumidores y, al detectar abusos, inician los procedimientos administrativos de sanción previstos en la ley Federal de Protección al Consumidor.

En Chiapas, por ejemplo, los cazahuracanes encontraron que comerciantes de mercados públicos vendían una pieza de pollo en 60 pesos, debiendo costar entre 17 y 20 pesos el kilo; rejillas de huevo, que se vendían en 70 pesos frente a un precio de 20 pesos el kilo.

En tortillerías encontraron faltantes de hasta 380 gramos por kilo, y en Cancún, en la verificación de cilindros de gas portátiles, de 20 a 30 kilos, detectaron alteraciones de hasta cinco kilos.

No ejecutan clausuras en el momento, porque el procedimiento para hacerlo lleva más tiempo, pero imponen sellos de advertencia para no dejar al consumidor indefenso mientras el proceso de sanción sigue su curso, y mantienen la supervisión hasta que se regularizan los niveles de comportamiento comercial, destacó Roque Díaz.

Para desarrollar su trabajo en una situación de emergencia, los cazahuracanes se capacitan en la Dirección General de Protección Civil y el Cenapred, ya que al encontrarse en zonas de riesgo enfrentan las mismas dificultades que la población afectada, precisó.

Resultados

Aunque es difícil cuantificar los resultados del trabajo de los cazahuracanes, Roque Díaz considera que sí hacen una diferencia en las zonas de desastre, diferencia que se manifiesta, asegura, en el restablecimiento del abasto y la regularización de las prácticas comerciales.

En Chiapas, por ejemplo, los verificadores efectuaron casi 2 mil monitoreos; entregaron 473 exhortos a proveedores de productos básicos; colocaron indicadores de precios en 306 establecimientos, para dar certeza a los consumidores y realizaron 180 procedimientos de verificación, haciendo observaciones de irregularidades en 96.

En Cancún, los cazahuracanes encontraron 106 establecimientos donde se condicionaba o negaba la venta de productos básicos, no se exhibían los precios, había faltantes en el contenido neto de los paquetes, las básculas estaban mal calibradas y se vendían productos lácteos ya caducos.

Creemos que sí hacemos una diferencia en beneficio de los consumidores, asegura el funcionario  §   

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