Conclusiones del foro sobre la industria editorial mexicana
Urgen ley del libro y exención fiscal
La urgencia de una ley del libro, la necesidad de exenciones fiscales, el fomento a la lectura, los estragos de la piratería y el reto de las nuevas tecnologías fueron algunos de los temas que mayor interés generaron durante el Foro de Reflexión sobre la Industria Editorial Mexicana.
Al finalizar los trabajos del foro -realizado del 8 al 9 de noviembre- los representantes del gremio concluyeron que entre las acciones necesarias e inclusive urgentes para fortalecer la industria están la promulgación de la Ley de Fomento al Libro y la Lectura, actualmente en manos del Senado; el otorgamiento de apoyos y exenciones fiscales para autores y editores así como un mayor apoyo a la promoción del libro mexicano en el extranjero; que se modifique la legislación penal para que ''el delito de piratería se persiga de oficio".
Una de las acciones expresadas, que causará polémica en otros ámbitos de la vida pública, es la petición del retiro del Estado de la actividad editorial.
Otro tema de interés fue los apoyos estatales a la industria editorial. Quedó claro que las industrias editoriales más fuertes o boyantes son aquellas de países en los que el Estado destina apoyos económicos y define políticas públicas para el ramo.
Sobresalieron los casos de España y Canadá. En cuanto al primero, según datos de Ricardo Nudelman, gerente general del Fondo de Cultura Económica, los apoyos son diversos: financiamiento de las delegaciones españolas de editores, libreros, distribuidores y escritores para promocionar el libro español en otros países (de América Latina principalmente).
España también asigna recursos del Estado para promover actividades culturales que indirectamente favorecen la promoción del libro. Un ejemplo: se destinaron 33 millones de euros a los festejos conmemorativos de los 400 años del Quijote.
Recientemente, el Ministerio de Cultura convocó a empresas editoriales para que presenten proyectos cuyo objetivo sea el fomento del libro español en América. Se incluye prioritariamente a los hispanoparlantes que viven en Estados Unidos.
Piratería digitalizada
Del caso canadiense habló Pascal Assan-thiany, director de la editorial de Quebec Editions du Boréal: hace 30 años la industria editorial canadiense era prácticamente inexistente. En 1977 ese mercado movía cerca de 400 millones de dólares; hoy cuenta con 200 grandes editoriales y la venta de libros suma más de 140 millones de dólares estadunidenses.
''Podemos decir -explicó- que el desarrollo de esa industria editorial se debe a un conjunto de políticas públicas canadienses y quebequenses que actuaron, ya sea por medio de apoyos financieros, o a traés de leyes y reglamentos.
''Es importante subrayar que esas políticas públicas canadienses nunca tuvieron como meta bloquear o penalizar las empresas editoriales extranjeras, sino apoyar a las nacionales y regionales."
De acuerdo con Assanthy, específicamente en Quebec, la ayuda a las editoriales consiste en la exención de impuestos a una parte de las ventas de libros. Asimismo, se creó una Sociedad de Desarrollo de Empresas Culturales que apoya económicamente a libreros y editores 100 por ciento quebequenses.
En el tema de la piratería, Gerardo Gally, fundador y actual presidente del Centro Mexicano de Protección y Fomento a los Derechos de Autor (Cempro), ofreció un panorama muy preocupante para la industria.
Señaló que la tendencia de la piratería de libros está pasando del papel a los discos compactos y dvd. Enciclopedias enteras se venden ahora en discos, a un precio mucho menor que la versión en papel.
Gally narró el caso de una vendedora de este tipo de materiales en las inmediaciones de Ciudad Universitaria, que ofrece en un disco la bibliografía básica para cursar algunas de las carreras.
Asimismo, refirió la experiencia de un editor que acababa de publicar un libro cuyo precio en portada era de 140 pesos. Lo encontró en versión digitalizada a 40 pesos.
No obstante, otro editor asistente al foro señalaba la evidente y compleja contradicción que hay al manifestarse, por un lado, en favor del fomento a la lectura y, por otro, condenar a la piratería que de algún modo fomenta a la primera.
El foro fue clausurado la noche del jueves con una especie de relatoría-conferencia a cargo del escritor Enrique Serna y con las palabras finales del presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, José Angel Quintanilla.