Pedirán explicaciones al director de servicios secretos
Senadores de EU exigen información acerca de supuestas cárceles secretas
Washington, 11 de noviembre. El Senado de Estados Unidos exigió información sobre las presuntas cárceles secretas erigidas en Europa del este y Asia, y a la vez aprobó una medida que impediría a los sospechosos de terrorismo apelar su detención ante cortes estadunidenses.
Para obtener datos sobre las cárceles secretas, los senadores requerirán la comparecencia a puerta cerrada del director nacional de los servicios secretos, John Negroponte. Por su parte, la cámara de diputados también abordará el tema, señaló el presidente de la Comisión de Inteligencia, Peter Hoekstra.
El gobierno estadunidense no confirmó ni negó la información publicada por el Washington Post sobre las cárceles secretas, obtenida de fuentes nacionales y extranjeras. Ante el revuelo que se levantó a nivel mundial, países de Europa del Este como Polonia y Rumania se vieron obligadas a desmentirlo públicamente.
En cuanto a la medida que afecta a los sospechosos de terrorismo, ésta anularía un decreto de la Corte Suprema del 28 de julio de 2004, que permitió que las cortes de Estados Unidos atendieran las apelaciones de extranjeros prisioneros como combatientes enemigos en Guantánamo.
Fue promovida por el senador republicano Lindsey Graham, y se convertiría en ley si es aceptada por ambas cámaras del Congreso.
De ocurrir esto, los prisioneros en Guantánamo no podrán recurrir a los tribunales, en un momento en que el trato dado por el gobierno a los prisioneros sospechosos de terrorismo es criticado por legisladores estadunidenses.
En tanto, el presidente George W. Bush defendió una vez más su decisión de invadir Irak en 2003, y rechazó las acusaciones del opositor Partido Demócrata de que el gobierno exageró intencionalmente la amenaza de Saddam Hussein para justificar el conflicto.
La violencia en Irak y el aumento del número de soldados estadunidenses muertos (que ya rebasó la simbólica cifra de 2 mil) opacó cualquier progreso político en Bagdad y contribuyó a llevar el índice de aprobación de Bush al peor nivel desde su toma de poder en 2000, pues en los sondeos ha obtenido menos de 40 por ciento de opiniones favorables.