Ciencia auxiliar en sicología, pedagogía, siquiatría y en investigación judicial

La grafología permite conocer a las personas con casi 90% de certeza

En México ha cobrado auge apenas desde hace una década, señala Víctor Piña Arregín

Aunque se intente distorsionar, la letra es reveladora de rasgos de carácter y comportamiento

CAROLINA GOMEZ MENA

"Dime cómo escribes y te diré quién eres" es la máxima que maneja la grafología, disciplina que en las últimas décadas ha logrado situarse como ciencia auxiliar en diversas áreas, como sicología, pedagogía, siquiatría y en materia judicial. Según algunos expertos intentar "disfrazar la escritura es tan difícil como querer disimular el carácter"; de ahí su capacidad de dar luz acerca de la personalidad e inclinaciones de una persona.

Aunque se quieran camuflar algunos rasgos de la letra, siempre existe similitud en ciertos aspectos que denotan que fue escrita por la misma persona, según estudios realizados en la Universidad de Jena, Alemania, los cuales consistieron en que individuos escribieran con la mano derecha, con la izquierda e inclusive con el pie.

La grafología se basa en la relación entre la escritura y el cerebro, tanto así que la primera sería una especie de fotografía de los impulsos cerebrales; por lo tanto, se la concibe como la suma de expresiones emanadas del cerebro, ya que entre este órgano y los gestos existe estrecha relación, pues todos los músculos ejecutan las órdenes que emite el cerebro por medio del sistema nervioso.

En México esta "ciencia apenas está despegando", pero en otras partes del mundo cuenta con más de cien años. En 1871 el abate francés Juan Hipólito Michón, considerado padre de la grafología, acuñó el término, que viene del griego: grafo, trazo, y logos, ciencia. Ese mismo año fundó la Sociedad Francesa de Grafología.

En México, apenas hace poco "más de una década" la grafología empezó a tener "auge", señaló Víctor Pina Arreguín, presidente de la Sociedad Sicografoanalítica de México. Aseguró que "diversos estudios siquiátricos de expertos como Mauricio Xandró y Augusto Vels avalan que la construcción gráfica de la escritura está en el cerebro", aunque no se sabe con exactitud en qué parte.

Funciones

En el hemisferio izquierdo residen las funciones de la comunicación y en él estarían presentes las del habla y la escritura, pero también se cree que esta última es resultado de la conexión de diversas áreas de éste órgano, especialmente de las cortezas asociativas.

Según La enciclopedia del lenguaje, de David Cristal, de la Universidad de Cambridge, las áreas propuestas para el procesamiento del habla, la escucha, la lectura, la escritura y el lenguaje de los signos se localizan principalmente en las cisuras de Silvio y de Rolando o en torno a ellas. Asimismo, dado que el área frente a la cisura de Rolando participa en el funcionamiento motor, tiene importancia para el estudio del habla y la escritura. Pero también considera que otra área hacia la parte posterior del lóbulo frontal, conocida como centro de Exner, puede estar involucrada en el control motor de la escritura.

La grafología, mediante el análisis de la escritura, permite conocer la personalidad de un individuo, puede determinar características generales del carácter y aspectos de comportamiento, e inclusive se asegura que puede dar luces sobre el equilibrio mental y fisiológico y tipo de inteligencia, así como las aptitudes profesionales y la naturaleza de las emociones.

Se dice que un grafólogo altamente experimentado es capaz de alcanzar porcentajes de exactitud en sus diagnósticos que van de 87 a 95 por ciento, lo cual ni siquiera es posible en caracterología y en sicología.

Puntos de análisis

Son ocho los aspectos fundamentales que se analizan en una escritura: orden, tamaño, dirección, inclinación, presión, rapidez, continuidad y forma. Dentro de sus campos de aplicación existen cuatro áreas básicas: grafología infantil (paidografía), laboral, forense y sicosomática.

En lo que se refiere al orden, un grafólogo analiza el ordenamiento del texto en la hoja de papel, esto es, la distancia entre palabra y palabra, entre reglón y renglón y entre letra y letra. La presión es la fuerza que el sujeto imprime en la hoja, y la continuidad se relaciona con el grado de unión o separación entre las letras de las palabras.

En entrevista con La Jornada, Piña Arreguín precisó que en el análisis se toma lo que se llama "muestra grafológica", esto es, un escrito libre en una hoja en blanco, sin renglones, en la cual debe ir el nombre completo, fecha y firma.

El especialista precisó que actualmente muchas empresas realizan estos grafoanálisis para determinar si una persona es apta o no para ocupar puestos de gran responsabilidad y honestidad.

Además, explicó, a ella recurren jueces y magistrados a fin de tener una definición mental de los acusados. También se realizan peritajes grafológicos para determinar la autenticidad de firmas dudosas en documentos importantes tales cheques o contratos de diversa índole, así como en anónimos para determinar la peligrosidad de quien los envía.

En el caso de los niños, su escritura y dibujos dan a padres y maestros pistas sobre el ambiente que rodea al menor, así como sobre problemas de aprendizaje, de carácter o conflictos.

Algunos casos

Piña Arreguín indicó que, inclusive, mediante la escritura y dibujos de un niño(a) es posible determinar si hay maltrato o abuso sexual, y agregó que este será uno de los temas que se tratarán en el cuarto Congreso Internacional de Grafología, que se efectuará el 19 de noviembre en la ciudad de México.

En un seminario virtual de grafología forense dictado por la Universidad Autónoma de Barcelona se cita el ejemplo de una menor que fue víctima de abuso sexual por su padre. El análisis grafológico de un dibujo realizado por la niña de ocho años "expresa una relación de amor idealizado, una devoción fuera de lugar hacia el progenitor". La imagen presenta a ambos (a ella y a su padre) unidos por una flor y coronados por un corazón. Esta actitud contrasta con la respuesta de "rechazo persistente" que la niña tiene hacia el padre.

Según los grafólogos, también la deshonestidad (inclusive la tendencia hacia la infidelidad) puede plasmarse en un escrito. El experto indicó que existan más de "120 rasgos" que indican inclinación hacia la deshonestidad; algunos son la escritura "pastosa" (sucia), los ganchos (rasgos curvos) y nudos en los óvalos y variaciones en el tamaño, forma y presión.

Pero el hecho de tener algunas de estas características no necesariamente es signo inequívoco de ser deshonesto o infiel, pues también, destaca, hay que analizar la relación existente entre los rasgos.

Explicó que para analizar a priori una escritura se debe estudiar grafología de 2 a 3 años. La mayoría de los grafólogos también son sicólogos; de hecho esta ciencia está íntimamente ligada con teorías de Sigmund Freud y Carl Gustav Jung.

En lo que se refiere a la grafología forense, es útil en la identificación de la violencia de género, malos tratos en la infancia, la autopsia sicológica, y la identificación y corroboración de la existencia de asesinos en serie y de terroristas.

Son numerosos los perfiles grafosicológicos que se han elaborado sobre asesinos en serie. Uno es el de Ted Bundy, nativo de Vermont, con estudios de sicología y derecho. En 1973 asesinó 30 mujeres. En su conducta figuraba la lectura de revistas y libros pornográficos, así como películas de ese corte. Era un alcohólico que violaba y asesinaba haciendo realidad fantasías aterradoras (sadismo y necrofilia). En 1989 fue ejecutado en la silla eléctrica.

El análisis arrojó que la "obsesividad que lo invadía se centraba en ensoñaciones y fantasías pornográficas. Las expresiones gráficas denotaban violencia y avasallamiento destructivo".

España, Italia, Francia y Alemania son los países donde la grafología se encuentra en auge y son numerosas las universidades que la imparten como disciplina auxiliar, realizan estudios en este rubro o cuentan con expertos en el tema, tales como la Autónoma de Barcelona, la de Iowa y Harvard, entre otras.