Supo conjugar meditación con palabra y acción, subraya Raúl Carrancá y Rivas
Deja Burgoa Orihuela profunda huella con su obra y sus discípulos, destacan
Lanzan goyas en el homenaje póstumo al maestro emérito; sus restos fueron cremados
Ampliar la imagen El constitucionalista Ignacio Burgoa Orihuela, fallecido el domingo pasado, recibi�menaje de cuerpo presente en la Facultad de Derecho de la UNAM, al que acudieron alumnos, profesores y directivos de ese centro FOTO Cristina Rodr�ez Foto: Cristina Rodr�ez
Académicos, juristas y universitarios rindieron ayer homenaje de cuerpo presente al constitucionalista Ignacio Burgoa Orihuela, quien falleció el domingo en su domicilio por un padecimiento cardiaco.
Durante la ceremonia luctuosa -a la que acudieron familiares y amigos del jurista- cientos de estudiantes de derecho aplaudieron y gritaron goyas cuando arribó el féretro con los restos de quien hasta la semana pasada continuaba dando clases en la Universidad Nacional Autónoma Metropolitana (UNAM).
Distinguidos juristas y ex funcionarios montaron guardia por varios minutos en un evento que se efectuó en la Facultad de Derecho de la máxima casa de estudios.
El cortejo fúnebre que acompañó los restos de Burgoa llegó a la universidad minutos antes de las 10 horas. El féretro permaneció ahí una hora. Después el cuerpo del jurista fue regresado a la funeraria Gayosso de Félix Cuevas; de ahí lo trasladaron al panteón Español, donde fue incinerado.
Las cenizas -informó a La Jornada Pilar Burgoa, una de las hijas del maestro emérito de la UNAM- permanecerán hasta el próximo jueves en un altar instalado en la biblioteca del jurista. Ese día serán depositadas en un nicho de la iglesia de Santo Tomás Moro, junto a las de la madre del constitucionalista.
Al final del homenaje -al que asistieron unas mil personas, entre ellas el ex presidente Miguel de la Madrid-, el también constitucionalista Raúl Carrancá y el director de la Facultad de Derecho de la UNAM, Fernando Serrano, justificaron
la ausencia del rector Juan Ramón de la Fuente, quien tenía que estar en otro lugar a la misma hora para entregar los premios Universidad Nacional 2005.
En el contexto de la ceremonia de entrega de galardones, De la Fuente expresó en entrevista que Burgoa fue un gran profesor, un hombre controvertido, un gran jurista, pero muy universitario.
"Lo sentimos muchísimo (el deceso) porque fue formador de muchas generaciones, pero nos queda la tranquilidad de que ahí están su obra y sus discípulos, que se pueden contar por decenas, y eso es lo maravilloso de la UNAM, que puede apagarse una vida, pero, lejos de ser éste un factor que limite a la institución, la hace crecer, porque quedan los alumnos, la obra y el legado."
Los presentes
Luego de hacer una guardia de honor ante el féretro en el aula magna Jacinto Pallares en Ciudad Universitaria, el ex presidente De la Madrid opinó que quien fue su profesor en 1954 deja "una profunda huella con sus textos, sus libros, sus cátedras y sus estudios, que son un legado para las siguientes generaciones".
Agregó que Burgoa fue un luchador y defensor incansable del derecho, que siempre dio cabida al análisis jurídico y nunca claudicó en su intención de defender el estado de derecho.
Cientos de juristas, abogados y profesores también rindieron homenaje al máximo exponente del amparo en la historia reciente de nuestro país.
Raúl Carrancá y Rivas, colega y amigo del desaparecido constitucionalista, dio la "bienvenida a la inmortalidad" a quien "supo conjugar la meditación con la palabra y la acción".
Dijo que Burgoa Orihuela supo ser crítico, con valor y respeto hacia las instituciones, y nunca se apartó de los valores universales del derecho, además de que siempre defendió las causas justas.
Agregó: "no venimos a enterrar un hombre, sino a dar testimonio de la apertura de una puerta hacia la inmortalidad de un alma ardiente que permanecerá junto a su obra jurista".
A Ignacio Burgoa le sobreviven sus hijos Carmen, Ignacio, Pilar y María Isabel Burgoa Llano.