El uruguayo Tabaré Vázquez pedía esperar los resultados de las pláticas en la OMC

Subsidios al agro, lo que trabó relanzar acuerdos sobre el ALCA

Asegura el canciller Luis Ernesto Derbez que "el problema de los países no estaba en rechazar completamente el acuerdo"

Brasil no operó el repudio al tratado comercial

ROSA ELVIRA VARGAS Y STELLA CALLONI ENVIADA Y CORRESPONSAL

Mar del Plata, Arg., 6 de noviembre. En la última sesión de la cuarta Cumbre de las Américas las discusiones fueron tensas, difíciles. El grupo de 29 países que insistía en relanzar las discusiones para alcanzar un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) no logró persuadir al Mercado Común del Sur (Mercosur) y a Venezuela de adelantar el compromiso, independientemente de los resultados que logre la Organización Mundial de Comercio (OMC) en el tema de los subsidios al agro.

Porque la discusión en la OMC de diciembre próximo fue básicamente el argumento esgrimido por el uruguayo Tabaré Vázquez, presidente pro témpore del Mercosur, para mantener el rechazo de su bloque para acordar algún compromiso hacia el ALCA en la declaratoria final de la Cumbre.

El fracaso en la iniciativa planteada desde el inicio de la Cumbre por el presidente Fox dejó a toda la delegación mexicana con la convicción de que fue Brasil, a través de su poderosa cancillería Itamaratí y su titular, Celso Amorim, el operador de toda la estrategia de rechazo al relanzamiento del ALCA.

Con todo, México considera haber ganado al impulsar una "discusión abierta'' sobre el tema y no descarta que se concrete una iniciativa de Colombia para, ante la persistencia del rechazo del Mercosur, iniciar conversaciones, sólo con los 29 países interesados en el ALCA, en abril del año próximo.

A bordo del avión presidencial TP-01, después de que en un último esfuerzo de persuasión el presidente Vicente Fox demoró cuatro horas su regreso a México, un canciller Derbez más resignado que molesto -en contraste con la vehemencia de un colaborador cercano al mandatario, quien usó expresiones altisonantes para referirse a la conducción de los trabajos por parte del anfitrión Néstor Kirchner- puso en perspectiva el clima que privó en la última sesión.

Por un lado, Panamá y su denodado esfuerzo por presentar una redacción que salvara el tema del acuerdo continental de Comercio; por otro, Uruguay con la insistencia de la falta de condiciones para retomar la negociación.

Comentó Derbez que en ese debate el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, casi no intervino, pero cuando usó el micrófono ofreció eliminar los subsidios agrícolas y reconocer las asimetrías económicas de los distintos países que entrarían al ALCA.

De ese modo, describió, "lo que se fue dando a lo largo de esa discusión es una conceptualización de qué representa un Tratado de Libre Comercio de las Américas y cuáles deberían ser sus características. Y quedó muy claro que el grupo no podía tener una definición, porque ésta no existía. En gran medida ello se debe a que la negociación de la parte agropecuaria se tiene que dar o se va a dar en la reunión de la OMC programada para diciembre''.

La discusión en el hotel Costa Galana -sede de la Cumbre- se prolongó. Hubo dos recesos y tras el primero Panamá sometió una propuesta de redacción sobre lo que debería entenderse por las condiciones mínimas para negociar el ALCA y tener como resultado un acuerdo "equilibrado y justo", y ahí destaca, sobre todo, el reconocimiento de las asimetrías en el desarrollo económico y la vulnerabilidad de las naciones pequeñas, sobre todo de El Caribe, América Central y algunas otras de Sudamérica.

Luis Ernesto Derbez añadió que tras esa propuesta vino una discusión fuerte para resaltar que además de asumir esas condiciones también debe considerarse la eliminación de los subsidios a la agricultura en los países que los otorguen tanto en producción como en distribución, y toda una serie de temas sobre la equidad social, entre otros.

Al regresar, continuó el funcionario, "el Mercosur repitió que no había consenso porque éste tiene que ser unánime y ellos mantenían la preocupación, válida por lo demás, de que si no hay posición ya definida en materia de subsidios agropecuarios entonces todavía no están dadas las condiciones'' para el ALCA.

El entrampamiento continuó no obstante las diversas intervenciones de los mandatarios, incluidos Vicente Fox, el canadiense Paul Martin, el venezolano Hugo Chávez, el chileno Ricardo Lagos y el anfitrión Kirchner, entre otros. Finalmente, quiso enfatizar Derbez, "el problema de los países no estaba en rechazar completamente el ALCA. Realmente había mucha coincidencia. El propio Ricardo Lagos mencionó en un momento que había prácticamente identidad en esa definición, tanto en el grupo Mercosur-Venezuela como en el resto de los 39 países''.

En ese ambiente llegó el momento en que el presidente Bush se había retirado porque tenía una reunión en Brasil, el mandatario Lula había salido antes para recibirlo allá y el gobernante Tabaré Vázquez "de pronto dijo 'señores, yo tengo compromisos en Uruguay y entonces me retiro'. Y así él, que había estado llevando la batuta como representante del Mercosur, se retiró y en ese momento se desgranó la mazorca y nos empezamos a salir todos''.

Sin embargo, contra la iniciativa hecha pública por el presidente Fox de relanzar las negociaciones del ALCA sólo con 29 países, Derbez Bautista insistió en la necesaria participación de las 34 naciones convocadas. "Y en el proceso de privilegiar el consenso, en un momento dado incluso se discutió en la mesa que el único consenso que tenemos es que estamos en disenso.''

La insistencia mexicana es que ALCA debe negociarse independientemente de si la Ronda de Doha resolverá o no el tema de los subsidios agrícolas. Esto es, "si en Doha se da la negociación eso se incorporaría simplemente en la negociación del ALCA. Si no, entonces tendríamos que usar ALCA para el proceso de negociación agrícola".

En resumen, hay un grupo de países que dice: "entremos a la negociación ya, y hay otro que pide esperar a ver qué pasa en Doha y después decidir si se reanuda la negociación.

Y de ahí no se movieron.