Asegura especialista que el proyecto reduciría los efectos de desastres naturales
México carece del proyecto sobre cambio climático que exige el Protocolo de Kyoto
Aunque el gobierno mexicano ratificó el Protocolo de Kyoto aún no se ha puesto en marcha el Programa Nacional de Cambio Climático, cuya finalidad es definir medidas para mitigar los desastres naturales. Rodolfo Lazy, director adjunto del Centro Mario Molina, aseguró que si el plan existiera los efectos negativos de los huracanes Stan y Wilma se habrían podido prevenir.
En el foro México en el mundo, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana, el investigador puntualizó que el retraso del gobierno en la aplicación de este esquema se debe a que el tema no está incluido en la agenda nacional. Incluso, dijo, el asunto ha sido relegado y se ha dado prioridad a otros rubros, como agua y bosques.
Precisó que México se encuentra en la fase de elaboración de la estrategia nacional. Luego vendrá la elaboración de un programa nacional de cambio climático, en el cual se fijarán metas y acciones para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
"Estamos contrarreloj, porque el protocolo tiene como horizonte de reducción para los países del anexo uno (desarrollados) el año 2010", agregó.
Señaló que ni Petróleos Mexicanos ni la Comisión Federal de Electricidad tienen metas para reducir el bióxido de carbono que generan, y tampoco participan en iniciativas internacionales de investigación para desarrollar tecnologías que mejorarían su desempeño ambiental.
En entrevista, Lazy aseveró que no existe un plazo para que México cuente con el Programa Nacional de Cambio Climático; sin embargo, existen oportunidades de negocios y desarrollos tecnológicos a los que debe sumarse, pues si no lo hace perderá la oportunidad de adquirir tecnología para enfrentar el cambio climático.
Consideró que el retraso en la aplicación del proyecto se debe a "la falta de una política de Estado en materia de calidad del aire. Es un tema que no está dentro de la agenda de prioridades nacionales; es relativamente lejano en la agenda ambiental, porque no parece ser tan grave como el agua o la desaparición de bosques.
"Entonces se posterga y no se da prioridad, aunque con la devastación que dejaron los huracanes pensamos que es tiempo de que se defina una política de calidad del aire y cambio climático", indicó.
Si el plan existiera, añadió, se podrían mitigar los efectos de los desastres naturales con mayor facilidad, porque un línea de las estrategias es la adaptabilidad o defensa de la población.
"En adelante estos fenómenos van a ser más frecuentes, más intensos, y no deberíamos concentrar población e infraestructura en zonas vulnerables, a menos que fuera necesario, como ocurre con la explotación de petróleo en la sonda de Campeche."
Reiteró que hace falta mayor inversión en investigación y desarrollo tecnológico entre las naciones en vías de desarrollo, pues cuando venga la "ola de negocios ambientales" para el manejo eficiente de la energía, sólo los países del Anexo uno van a ser los beneficiados.
Aseguró que hasta el momento la comunidad científica no tiene evidencia de que fenómenos como Stan y Wilma tengan relación con el cambio climático, aunque recopilan información para un análisis más profundo.