Usted está aquí: viernes 4 de noviembre de 2005 Opinión CIUDAD PERDIDA

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Las contradicciones médicas de Acción Nacional

En la ALDF el PRD no marcha bien

Barrales y los trogloditas

ERA TAN simple como no dar crédito a lo que se escuchaba. El Partido Acción Nacional propuso, en la Asamblea Legislativa, modificar el Código Penal del Distrito Federal para castigar la negligencia médica con cárcel y multa.

SIN DATOS precisos que respalden la iniciativa, pero bajo la advertencia de que la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), "cuya organización, fines, medios y modo de operar aún no constituye una garantía para el paciente afectado ni para sus familiares", los panistas se lanzaron al ruedo para atacar a un gremio que, al paso del tiempo, se ha convertido en intocable.

SEGUN LAS cuentas de la Conamed, en el primer trimestre de este año se recibieron hasta 63 quejas por día, y esa cifra aumentó 10.8 por ciento en el segundo semestre.

NO QUEREMOS decir con esto que todas las quejas presentadas fueron bien fundadas, no existe un dato preciso que indique en cuántos de esos casos se responsabilizó al médico ni cuáles fueron las sanciones impuestas.

DE CUALQUIER forma, según los panistas, la comisión no es una garantía de que se haga justicia en caso de que un enfermo sea perjudicado por el profesional de la salud que lo atiende.

LO CURIOSO del asunto es que los gobiernos defensores del libre mercado, que han estado en el poder desde hace más de dos décadas, entre ellos el que hoy padecemos, han animado la práctica de la medicina privada.

EL EJERCICIO de esa medicina, como se ha documentado una y otra vez, se ha convertido en negocio de millonarios. Los gobiernos de corte neoliberal, desde Miguel de la Madrid, se han encargado de golpear con presupuestos cada día menos importantes a las instituciones de salud pública.

EL RESULTADO de esa práctica ha marginado a millones de personas de muy escasos recursos, de la responsabilidad del Estado de brindar salud a sus ciudadanos, y transformó la medicina en otro artículo de mercado. La salud no será de gorra, dictaría el clásico.

TOTAL, QUE esta iniciativa podría plantearse como una contradicción entre el pensamiento neoliberal del gobierno y los diputados locales panistas, lo que parece increíble. Por eso, hay que dar tiempo a la propuesta, no sea que traiga cola y resulte una jugarreta para conceder a El Yunque o a otra de las sectas azules, otro beneficio para limitar, a final de cuentas, alguna otra libertad.

PERO COMO en la Asamblea Legislativa todo está desquiciado, también todo es posible. Por eso ahora resulta que el PRD se lanza a tratar de "regular" las marchas en la ciudad. Se trata, dice un grupo de ese partido, no de limitar el derecho a la libre expresión de los ciudadanos, sino de hacer que se porten bien.

PARA ESE grupo, que apoya a Jesús Ortega en sus aspiraciones por el gobierno del DF, no se permitirá a los manifestantes, por ejemplo, cerrar calles, es decir, se vale gritar, pero no presionar.

PORQUE, SE quiera o no, por muy mal que nos parezca, quien sale a la calle a recibir las mentadas de los automovilistas que se quedan varados, son gente desesperada, en la mayor parte de las veces, porque algún acto injusto les perjudica y no hay otra forma de impedir que la injusticia se consume.

QUE SE grite todo lo que se quiera, dirán esos perredistas, total, siempre habrá alguien que ni los vea ni los oiga y en muy poco tiempo la protesta callejera pasará a la historia por ineficaz. Bien por ellos.

Y YA que estamos en ese asunto, sería bueno mirar de cerca la propuesta de la diputada Alejandra Barrales, quien busca, por medio de una ley, impedir que los trogloditas del futbol sigan haciendo de las suyas con total impunidad.

LA DIPUTADA quiere, también, que además de regular a las porras se proteja a quienes asisten a los estadios. La iniciativa no suena mal, es más, parece tan buena que a lo mejor la desechan.

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