Libres, los militares que asesinaron a un adolescente iraquí
Una corte marcial británica absolvió ayer a los siete paracaidistas acusados de la muerte de un joven civil iraquí por considerar que las pruebas en su contra eran insuficientes, informaron fuentes cercanas a la justicia militar.
Los siete miembros o ex miembros del tercer regimiento británico de paracaidistas estaban acusados de la muerte de Nadhem Abdula, de 18 años, en incidente ocurrido cerca de un puesto de control de carreteras en el sector de Al U'Zayra (sur), en mayo de 2003.
Sobre los militares también recaía la acusación de violencia y alteración del orden público. Según testigos, los militares golpearon a varios iraquíes usando "puños, botas, rifles y cascos" en Maysan, provincia al norte de Basora.
La sangre del fallecido fue encontrada en la culata del rifle de uno de los acusados, el soldado Samuel May.
Aun así, el juez, Jeff Blackett consideró que la evidencia era "demasiado débil y vaga", y aseguró que hubo muchos errores en la recolección de documentación en el hospital y la funeraria donde fue atendido Abdula.
El magistrado también consideró que las declaraciones de testigos no eran válidas, pues muchos de ellos recibieron viáticos para ir a declarar al juzgado, y que ello podía ser visto como pago por su testimonio.
La fiscalía afirmó que los acusados actuaron de forma "gratuita", "injustificada" y "no provocada". Tres de los acusados ya abandonaron el ejército.
Cinco de los soldados aseguraron ante el tribunal no recordar nada de lo sucedido, mientras que los otros dos se refirieron a ello brevemente.
Afp y The Independent