Usted está aquí: viernes 4 de noviembre de 2005 Política ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Ridículo

Procuración de injusticias

Mafias a la defensiva

Una bolsita de mano

EL CASO GANO fama porque una de las involucradas es suegra de uno de los principales publicistas de la campaña electoral de Vicente Fox en 2000. Pero, como ése, hay infinidad de expedientes armados a partir de la impunidad criminal con que en México es manejado el aparato de dizque procuración de justicia. Esa estructura de ataque jurídico y policial contra la mayor parte del pueblo mexicano actúa por consignas y se basa en la corrupción, de manera que diariamente produce gran cantidad de agravios sociales que se van sumando a la insatisfacción política y a la angustia económica. Pero no hay castigo para nadie, aunque meses o años más tarde los jueces declaren injustas esas detenciones, torturas y procesamientos. Los presidentes, los gobernadores, los procuradores federales o estatales, los jefes policiales de los tres niveles de gobierno y de las distintas corporaciones, o los partidos y sus adalides, ensayan y renuevan discursos de esperanza y de mejoría, pero la realidad avasallante es la que ayer exhibió el caso de Artemisa Aguilar y 19 personas más, un botón de muestra que por lo menos expone al menosprecio público (al ridículo) a una institución: la Procuraduría General de la República, y a un funcionario, el subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos.

TAMBIEN PARECERIAN ridículas, en su acepción de extrañas, irregulares o extravagantes, las posturas asumidas por bancadas partidistas que se esmeran en proteger a compañeros de andanzas políticas involucrados en hechos indefendibles. Los priístas, tanto el presidente y el vocero del Comité Ejecutivo Nacional, como líderes de senadores y diputados federales, pretenden cumplir a pie juntillas con la promesa tipo mafia hecha al acribillado Arturo Montiel para que dejara el camino libre al jefe Madrazo. Nada de investigaciones sobre malos manejos del erario del estado de México: protección al abatido que era cabeza del cártel inmobiliario atlacomulquense, porque así se cumplen los tratos de sangre en esa Familia. Los panistas andan en las mismas: tratan de impedir que se conozca a profundidad el manoteo habido en los fondos para prevención de desastres naturales, y también hacen cuanto pueden para evitar que se avance en la indagación de los filiales negocios bribonescos.

EL COORDINADOR DE financiamiento de las redes ciudadanas lopezobradoristas, Federico Arreola, ha enviado una carta para continuar con los episodios de la telenovela cibernética denominada Calenturas de Internet: "Estimado Julio, te hicieron quedar en ridículo", dice el también estimado Federico, amparándose en la pose asumida por el responsable de una bitácora cibernética que publicó los resultados obtenidos por un lector no identificado (ulni) respecto al origen de la adulterada página electrónica de recaudaciones en favor del aspirante tabasqueño. El responsable de esa bitácora no deshace ninguno de los hechos y argumentos expuestos aquí en anterior entrega, pero asegura que no fueron ni él ni su sección las fuentes inspirativas -aunque los datos informativos allí publicados sean ciertos y las interpretaciones hechas tuvieran consistencia- para el tejido de confabulaciones presentado por Arreola a la opinión pública en días pasados. De allí coligen ambos personajes, Arreola y el encargado de la bitácora mencionada, que este tecleador ha sido puesto en ridículo.

PENSAR EN TERMINOS de ridiculización es una forma demasiado egocéntrica y frívola de abordar un asunto tan serio, como fue una denuncia pública de Arreola que hablaba de amenazas de muerte contra López Obrador, de guerra sucia del sector más conservador del PAN contra el perredista, y del involucramiento de apellidos centrales del foxismo en ese supuesto compló cibernético. Este tecleador ha estado siempre dispuesto a reconocer cuando se equivoca, sin detenerse siquiera a pensar en el tal ridículo (ridículo, por cierto, era el nombre de una bolsa manual, pendiente de unos cordones, en la que las damas llevaban su pañuelo "y otras menudencias", según la Real Academia Española, por lo que este columnista se pregunta si recurrir a esos conceptos no esconde una concepción cosmética, ornamental, casi de salón de belleza, del periodismo y la política).

Y HABRA DE perdonar el par de usuarios de la bolsa de mano llamada ridículo, pero el autor de estas líneas no hizo más que documentar el hecho real, incontestado hasta ahora, de que sin sustento alguno, de una manera irresponsable, y forzando datos menores, fue armada por el encargado de la recaudación telefónica lopezobradorista una acusación aventurera sobre amenazas de muerte, intrigas guanajuatenses y conspiraciones de la extrema derecha. Si este redactor hubiera cometido la ligereza de haber denunciado todo lo anterior, y no lo pudiera probar, estaría hoy en estas mismas líneas reconociéndolo con absoluta honestidad y ofreciendo disculpas a lectores e involucrados en el caso. Pero el astillado mecanógrafo sólo ha demostrado que no había razón para esos alegatos, y que se corren riesgos de saturación e incredulidad cuando se abusa de la imaginación y se está no en el ámbito literario, sino en el de la dirección política de una delicada campaña electoral que tiene muchos riesgos y amenazas, y que, por ello, reclama sobriedad, precisión y cuidados declarativos. Ridículo hará el que haya acusado y no pueda probar, el que haya fantaseado y ahora no pueda aterrizar: ¿Amenazas de muerte? ¿Conspiraciones de la ultraderecha? ¿Elite foxista involucrada? ¿Quién queda en ridículo? ¡Chin: ya extravíe mi bolsita de mano llamada ridículo: qué pena!

Y, MIENTRAS Leonel Cota anuncia que el PRD buscará que Cuauhtémoc Cárdenas sea su candidato, pero a un cargo legislativo, y mientras Roberto Campa anuncia este lunes su tan telegrafiada renuncia al PRI, ¡feliz fin de semana, con la novedad de que, por instrucciones de los señores diputados, ahora los chavos deberán entrarle al ejercicio físico desde primaria!

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