Católicas
por Derecho a Decidir
Atentado contra el estado laico
En Católicas
por el Derecho a Decidir defendemos la legalidad y la libertad de conciencia
de las personas, es por ello que nos indignan las desafortunadas declaraciones
del cardenal Norberto Rivera Carrera, del secretario de Gobernación,
Carlos Abascal Carranza, y del director general de asociaciones religiosas
de la SG, registradas en diversos medios de comunicación entre
el 17 y el 24 de octubre, en relación con la iniciativa de ley
sobre la eutanasia que se está discutiendo en el DF. La rudeza
demostrada por los declarantes nos obliga a levantar nuestra voz de
manera clara y contundente:
1. El Estado debe garantizar la vigencia y el libre ejercicio de las
garantías individuales, entre las que se encuentra la libertad
de conciencia y por lo tanto el derecho a decidir sobre nuestras vidas.
Ningún funcionario público debe anteponer sus creencias
religiosas a las políticas nacionales por encima de la legalidad
establecida.
2. El Cardenal Rivera Carrera invade abiertamente ámbitos de competencia
que no le corresponden, al intentar impugnar iniciativas de ley de carácter
civil, contraponiendo argumentos de carácter religioso. Y de manera
alarmante llama a la desobediencia civil a leyes que según su
criterio van en contra de los derechos humanos. Es importante destacar
que la feligresía católica mexicana no piensa lo mismo
que el Cardenal. Datos de la Encuesta de Opinión Católica
realizada en México en el 2003, revelan que el 62% de la población
católica de este país cree que a un médico debe
permitírsele ayudar a morir a una persona que ha tomado esta decisión
en pleno uso de sus facultades mentales, y que padece una enfermedad
terminal y dolorosa. Además, el 93% de católicas y católicos
opina que las creencias religiosas de los gobernantes no deben influir
en su función pública de gobierno; y el 80% afirma que
no debe permitirse a la Iglesia Católica influir en el diseño
de políticas públicas del gobierno mexicano.
3. Como una de las manifestaciones más graves de su cruzada moral
conservadora, la jerarquía de la Iglesia Católica está constriñendo
cada vez más la libertad de conciencia de funcionarios, políticos
y legisladores que profesan esta fe. En el año 2002, el Vaticano
emitió la Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al
compromiso y la conducta de los católicos en la vida política
en la que se les exige abiertamente que en su labor legislativa o en
la elaboración de políticas públicas, no sigan los
dictados de su conciencia en torno a temas como el aborto, la eutanasia
y los derechos de lesbianas y homosexuales. Este llamado a la desobediencia
civil, es un complemento a la Nota Doctrinal, pues ahora se dirige a
toda la feligresía para que no siga las leyes civiles, ni los
dictados de su conciencia.
En Católicas por el Derecho a Decidir respetamos profundamente
la objeción de conciencia, en tanto forma parte del ejercicio
pleno de la libertad de conciencia y es un derecho íntimo de todas
las personas, pero que no debe ser usado como pretexto por la jerarquía
católica para promover el incumplimiento de las normas civiles
que rigen a un Estado Laico. Confiamos en la autoridad moral de las personas
para tomar decisiones acerca de todos los aspectos de sus vidas; defendemos
el derecho de las personas a morir dignamente; defendemos el derecho
a decidir como una manifestación clara de la libertad de conciencia
garantizada por nuestra Constitución.
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