La
historia del VIH/sida cambia vertiginosamente. En el curso de dos décadas
se ha transformado, sin dejar de ser una amenaza de proporciones epidémicas,
de infección mortal a crónica, gracias a los avances científicos
y médicos.
La diferencia entre la vida con calidad y la muerte en pacientes con VIH
está en el tratamiento integral. Las crisis más agudas de
la pandemia se dan en los países pobres, donde la mayoría
de los afectados no tienen acceso a medicamentos antirretrovirales. Por
esto, es importante contar con herramientas que unifiquen criterios de
atención médica en países que, como México,
presentan desigualdades, tanto en desarrollo económico, como en
infraestructura y capacitación médica.
La Guía de Manejo Antirretroviral de las Personas que Viven con
el VIH/sida es el instrumento mexicano que establece los criterios mínimos
para tratar médicamente a las personas con VIH/sida. Hace casi un
año, el 12 de noviembre de 2004, esta Guía se convirtió en
norma obligatoria para todo médico tratante. Hace algunas semanas
fue presentada la segunda edición del documento, que actualiza e
incluye los últimos avances y fármacos disponibles en México.
La Guía, elaborada por los grupos de trabajo del Comité de
Atención Integral del Conasida y por médicos especialistas
del Sector Salud, considera desde la elaboración de la historia
clínica, hasta los criterios indicados para decidir el inicio de
tratamiento antirretroviral con base en los resultados de los estudios
de carga viral (el nivel del virus en la sangre) y el conteo de linfocitos
CD4 (células que permiten valorar el estado del sistema inmunológico).
La Guía ofrece la lista detallada de los fármacos antirretrovirales
con sus características, contraindicaciones y posibilidades de combinación.
También hace un estimado del costo general del tratamiento a partir
del precio de cada uno de los medicamentos.
Aun cuando la información manejada por la Guía es estrictamente
médica, su disponibilidad en la página de Internet de Censida
(www.salud.gob.mx/conasida) puede
ayudar a las personas con VIH/sida a seguir paso a paso su propio tratamiento
y, así, estar en condiciones
de dialogar con su médico sobre las mejores opciones para mantener
su salud.
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