Usted está aquí: jueves 3 de noviembre de 2005 Cultura No creo personajes perfectos, porque tendrían vida de santos: Poniatowska

Convirtió una incipiente biografía sobre Demetrio Vallejo en su nueva novela

No creo personajes perfectos, porque tendrían vida de santos: Poniatowska

El tren pasa primero incluye muchas historias de amor y acostones, dice la escritora

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Poniatowska junto a un cuadro en el que plasm�l pintar el jard�y los �oles, la idea de la felicidad que le transmiti� madre, Paulette Amor FOTO Carlos Cisneros Foto: Carlos Cisneros

Una historia de amor plagada de ''acostones" y cachondas travesías en ferrocarril, protagonizada por un líder sindical que no tiene nada de santo y que para de cabeza al país, se hilvana en la reciente novela de Elena Poniatowska, El tren pasa primero (Alfaguara).

En entrevista con La Jornada, la escritora y colaboradora de este diario explica que primero quiso hacer una biografía de Demetrio Vallejo, dirigente ferrocarrilero que en 1959 prácticamente paralizó Mexico al estallar una huelga, pero ese relato no funcionó.

''Le leía los capítulos al propio Vallejo para hacer más exacta la biografía, pero levantaba la vista y lo veía dormido. Entonces decidí guardar el texto. Creo que para él fue una decepción. Le di una copia, encuadernada, de toda la entrevista, como un regalo para que lo conservara y ya no hice nada. Esto fue en los años 70.

''Esa copia la encontró Begoña Hernández, quien está haciendo una verdadera y gran biografía de Vallejo. El texto estaba en el Sindicato de Trabajadores de la Cooperativa Pascual. Begoña me dijo que todos suponían que era mía, y es que ni siquiera la firmé.

''Un día le pregunté a un estudiante si sabía quién era Demetrio Vallejo y me contestó muy despectivamente: 'ni idea'. ¿Cómo es posible que se olvide a los personajes populares? Por eso retomé el tema del movimiento ferrocarrilero, sólo que ahora inventé la historia a mi gusto.

''Para mí es mucho mejor escribir ficción porque en el periodismo si te equivocas te llegan cien mil cartas mentándote la madre. Hacer novelas es más fácil, más gozoso, me gratifica más porque me permite estar más tiempo en mi casa.

''Al periodismo siempre le encuentro peros, pero con la novela tengo otro ritmo que me pertenece más, no es el del jefe de información. Tacho, quito la página, desaparezco capítulos enteros. Siempre digo que el año que entra me voy a dedicar nada más a hacer novela, pero, creo por mi edad, me piden un titipuchal de cosas, prólogos, presentaciones de libros, entrevistas y no les puedo decir que no."

Hombre difícil y macho

-¿En su relato inventa al líder sindical perfecto?

-No, no, no. Trinidad Pineda Chiñas, mi personaje, es completamente imperfecto. No quiero hacer seres perfectos porque si no tendrían una vida de santos. Y mira que tengo tendencia a idealizar a la gente, soy alguien que siempre está en la contemplación admirativa de los demás, aunque después me den de palos y cachetadas.

''Demetrio me decía que un líder sindical no tiene vida personal, que no se puede hablar de sus mujeres, de sus amores o de su manera de ser, simplemente de su retórica de izquierda, que era soporífera. Pero dije: 'no'.

''Inventé un personaje normal, como toda la gente, no nada más dedicado a la política o a organizar una huelga. Trinidad tiene muchos otros problemas, desarrollo muchos aspectos de su carácter, hablo hasta de lo que come, describo cómo se baña o se rasura. No fui nada condescendiente con él, lo pinto tal cual, no es un ser heroico. Es un hombre difícil, malo con las mujeres, macho, limitado en sus relaciones afectivas con sus hijos. No es Dios.

''También recreo la época del presidente Adolfo López Mateos, inclusive pongo su nombre, al igual que el de Fidel Velázquez, David Alfaro Siqueiros, el del papá de Ana Bertha Lepe: El Timón Lepe. Esos personajes sí son reales.

''López Mateos se portó de la patada con los trabajadores, horriblemente mal con Rubén Jaramillo. Fue un presidente que tuvo su lado oscuro y siniestro."

Mecidita durante la travesía

-¿Un líder sindical es buen personaje de novela?

-Uno con las características de Trinidad sí, pues es un héroe popular, un hombre que se enfrenta al poder. El demuestra lo que es ser un verdadero líder, que primero defiende a sus trabajadores y no se alía al patrón como sucede con los líderes charros.

''Líderes así ya no existen, ahora casi todos son corruptos, están vendidos a la empresa y lo que hacen es sostener sindicatos blancos. El movimiento ferrocarrilero de Demetrio Vallejo atrapó a toda la gente durante 1959, todos leían los periódicos y opinaban. Vallejo tenía el carisma que posee Andrés Manuel López Obrador.

''Esta también es una novela en la que hay muchísimas historias de amor, muchos acostones. Es una novela jugosa. Hablo de lo bello que es un compartimento de tren, los asientos cubiertos de terciopelo color vino, las cortinas, el carro comedor, la cama tan bien hecha, con sus sábanas estiradas.

''Describo lo que significa dormir en un tren. Hay un personaje, Silvestre Roldán, que es un gran amante porque justamente hace el amor durante la travesía y a las mujeres les encanta la mecidita. Siempre escribo novelas de amor, porque el amor es lo que más me importa en la vida."

 
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