Trece años de dolor continuo
Ampliar la imagen Guadalupe Zambrano Andrade, una de las damnificadas por las explosiones en Guadalajara FOTO Arturo Campos Cedillo Foto: Arturo Campos Cedillo
Guadalajara, Jal., 2 de noviembre. Guadalupe Zambrano Andrade aprendió a vivir con el dolor. Se necesitaron 14 cirugías para salvarle la vida luego de haber sufrido lesiones en cráneo, columna y un tobillo, pero le quedaron dolores permanentes que la han obligado a permanecer casi postrada durante 13 años.
El 22 de abril de 1992 la mitad de su casa le cayó encima. Su esposo la encontró con el ojo izquierdo a punto de estallarle por el aplastamiento en la cabeza. Perdió agudeza visual, casi no tolera el sol y constantemente escucha un zumbido.
''Como que ya no es vida'', lamenta tras enterarse de que su estómago ya no resiste más analgésicos. Sin embargo, agradece estar viva, tener a su familia y poder supervisar una cremería que apenas terminó de pagar. Su mayor anhelo es despertar un día sin dolor. ''Los años lo van destruyendo a uno, pero con tantas secuelas el castigo es doble'', dice.
Nelda Judith Anzar, corresponsal