Aportación de jóvenes del Faro a la ofrenda monumental
Los esqueletos tomaron por asalto el Zócalo
Ampliar la imagen
Representaci�e la muerte ayer durante los festejos en el Z�o de la ciudad de M�co FOTO Jos�arlo Gonz�z
Foto: Jos�arlo Gonz�z
Una calaca de más de 10 metros de altura y entre 300 y 400 kilogramos de peso parece a punto de caer en el Zócalo. Parece que el colosal esqueleto perderá el equilibrio al tropezar con una calavera cuando se dirige al tzompantli (muro de cráneos). Esta es la escena que el Colectivo Uruborus, del taller de cartonería de la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) de Oriente, capturó en la ofrenda monumental que por octavo año consecutivo organizó el Gobierno del Distrito Federal en la Plaza de la Constitución, y que este año tiene como invitado al estado de Guerrero, con altares de Muertos representativos de las siete regiones de la entidad.
Se trata de mantener una de las tradiciones más importantes del país, que en 2003 fue proclamada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, señaló el jefe de Gobierno capitalino, Alejandro Encinas.
Hugo Peláez, coordinador del colectivo Uroborus, afirmó que el Faro de Oriente cumplió lo prometido y "tomó por asalto" el Zócalo capitalino al instalar dos calaveras de más de 10 metros de altura cada una, acompañadas de otros 16 cráneos de 1.20 metros con distintas representaciones sobre la muerte, que comenzaron a elaborar hace tres meses.
Peláez invitó a los jóvenes a incursionar en la creación, pues "todos somos artistas hasta que se demuestre lo contrario". La secretaria de Cultura, Raquel Sosa, confirmó que ello se constata en la "creatividad inmensa de todos los jóvenes que trabajan en el Faro", y es a la juventud creativa a la que se debe apoyar.