CIUDAD PERDIDA
Ortega y las tribus unidas contra Marcelo
Estrategia errada
Apertura mediática de opositores a AMLO
SI SE hubiera hecho caso de la conseja que advierte: andando la carreta, se acomodan las calabazas, no habría sido necesario que los que se oponen a la candidatura de Marcelo Ebrard por la jefatura de Gobierno del Distrito Federal lo acusaran, primero, de ser el candidato de Andrés Manuel López Obrador.
CON EL tiempo, esa percepción ha establecido diferencias. Por eso, buena cantidad de medios de información, consuetudinariamente contrarios a cualquier palabra, obra o acción de López Obrador, abrieron sus puertas de par en par a Jesús Ortega y sus seguidores.
EL SENADOR con licencia, que ya era bien visto por esos medios desde que se pronunció en contra de la ley indígena, ahora ocupa tiempos y espacios para hablar de una propuesta que nadie, o casi nadie, conoce, pero que empieza a etiquetarse como un "cambio" a las políticas públicas que López Obrador dejó en el DF.
DE ESA forma, no era necesario que alguien dijera o quisiera interpretar a López Obrador para señalar a Ebrard como el elegido para sucederlo. Al tiempo, Ortega se ha convertido en el favorito de los contrarios al candidato del PRD a la Presidencia de la República, y si se sacan cuentas, las cosas quedan claras.
ASI ORTEGA, gris en los debates, errático en sus decisiones, ha hecho el milagro de emparejarse, dicen algunos medios, en las encuestas, con los números exhibidos por Ebrard desde el comienzo de la contienda.
DESDE AQUEL tiempo, tres meses cuando más, se levantaron una serie de voces que acusaban a Ebrard de ser el heredero de López Obrador. La mayoría de esas voces provenían de quienes se reivindicaban como sus opositores.
LA ACUSACION tuvo, entre la gente del PRD y la que no, el efecto contrario al que suponían quienes estaban en contra de Ebrard. El ex titular de Desarrollo Social subió en las encuestas. La estrategia estaba errada y tenía que ser modificada.
POR ESO, desde hace algunas semanas, entre los orteguistas, comúnmente conocidos como chuchos, se niega, a la menor provocación, que Ebrard sea el delfín de López Obrador.
ADEMAS, ORTEGA asegura en sus mítines que él será el continuador de la obra del ex jefe de Gobierno, promesa que se cuida de no hacer cuando se halla frente a los micrófonos de ciertos medios.
LO REAL es que pocos le creen. En el cambio de estrategia, Ortega anunció que es él, y no Ebrard, quien seguirá los pasos de López Obrador, pero suena falso y tampoco logra la credibilidad de quienes lo escuchan.
TAL VEZ sea cierto eso de que en las encuestas Ortega, el milagroso, ya está a la par de su contendiente, pero, dicen en el PRD, no es más que la fuerza de las tribus unidas contra Marcelo (tucom) las que actuaron en las últimas semanas y que ese crecimiento resultará efímero.
EL CASO es que para buena parte de la militancia perredista el apoyo de la CID a Ebrard es el punto de la no negociación, porque advierten que Bejarano significó a las puertas del despacho de López Obrador el cancerbero que impidió que el entonces jefe de Gobierno tuviera mucho mayor contacto con algunos grupos de militantes, cosa que hasta hoy resulta imperdonable.
TOTAL, EL caso DF se ha enconado hasta convertirse en un verdadero crucigrama para el elector, pero la contienda apenas empieza y será difícil que al fragor de la batalla los acuerdos de respeto mutuo continúen vigentes. Ya veremos.
Y ya para terminar
¿SERA CIERTO que en el PRI del Distrito Federal se hacen esfuerzos desmedidos para evitar una desbandada que no tiene destino seguro? Hay quienes buscan refugio en el PRD, otros quieren construir su atracadero en Acción Nacional, pero ninguno quiere seguir en el tricolor. Eso sí es seguro.