El silencio de Jacques Chirac agrava la crisis
Estallan nuevos focos de violencia en barrios periféricos de París
París, 1º de noviembre. Nuevos focos de violencia estallaron esta noche en otros barrios populares de la periferia parisiense, donde alrededor de 70 vehículos fueron incendiados, informaron las autoridades francesas.
Los disturbios que desde hace cinco días sacuden un suburbio norteño de París -a raíz de la muerte accidental de dos adolescentes- empezaban hoy a generar malestar en el gobierno, abrumado por las críticas.
El primer ministro Dominique de Villepin prometió hoy a esclarecer la muerte de los dos jóvenes electrocutados la semana pasada en el barrio Clichy-sous-Bois.
Oficialmente, se dijo que la muerte fue accidental porque ambos se ocultaron en un transformador cuando los perseguía la policía. Familiares de las víctimas atribuyen las muertes a la brutalidad policial.
Nuevos actos de vandalismo estallaron en los sectores de Aulnay-sous-Bois y Sevran, al tiempo que unos 60 vehículos eran incendiados en Seine-Saint-Denis, indicaron fuentes policiales y de la prefectura.
Incidentes similares ocurrieron en Nanterre, Villiers-le-Bel, Chelles y Mantes-la-Jolie, donde un número aún indeterminado de vehículos también fueron incendiados.
Según la policía, los incidentes, esporádicos, fueron obra de grupos móviles.
La policía seguía movilizada en Clichy-sous-Bois, donde el jueves murieron dos jóvenes de 15 y 19 años electrocutados en una subestación eléctrica en que se escondieron porque pensaban que las fuerzas de seguridad los estaban persiguiendo. Las autoridades niegan tal persecución.
El principal blanco de las acusaciones, tanto de la oposición como de algunos miembros del gobierno, es el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, conocido por sus ambiciones presidenciales y su política de "tolerancia cero" con la delincuencia.
De Villepin, quien guardaba silencio, se vio obligado a pasar a la acción para acallar críticas. Lo hizo, flanqueado por Sarkozy, en una reunión con familiares de los adolescentes. Dijo que las circunstancias del accidente serán aclaradas y anunció una reunión "para abrir un diálogo" porque es necesario volver a la normalidad.
La ola de violencia ha suscitado una polémica entre Sarkozy y la oposición de izquierda, y discrepancias en el gobierno sobre la gestión de la crisis. Además, el silencio del presidente Jacques Chirac y del primer ministro De Villepin, lejos de arreglar las cosas ha irritado tanto a partidarios de Sarkozy como a la oposición socialista.