Vuelos espaciales privados
¿Tiene usted 100 mdd? Entonces una empresa puede llevarlo a la Luna
Ampliar la imagen Recreaci�rt�ica de un veh�lo de exploraci�royectado por la NASA, que podr�transportar pasajeros hasta la Estaci�spacial Internacional en 2012 y regresar de la Luna en 2018 FOTO Reuters Foto: Reuters
Suspiros de alivio por todas partes saludaron el aterrizaje de la misión STS 114, como los expertos llaman al último vuelo del trasbordador espacial. En verdad fue la misión más mimada en la historia de la NASA, así que si algo grave le hubiese pasado, la agencia probablemente no habría emergido intacta de sus ruinas. En la actualidad, a pesar de que hay dudas de que llegue a haber una misión STS 115, el espectáculo puede continuar. Y el próximo acto, que se espera dentro de unos días -o semanas, cuando mucho-, será la revelación de los detalles sobre el plan de un regreso a la Luna.
Pero a la NASA le han robado la escena. Esta semana, Space Adventures (Aventuras Espaciales), empresa con sede en Arlington, ofreció un vuelo privado a la Luna para dos pasajeros. El problema es el precio del pasaje: la pequeña suma de 100 millones de dólares el boleto.
Aunque parece inverosímil que una pequeña compañía pueda ofrecer tal viaje, Space Adventures ya ha organizado viajes a la Estación Espacial Internacional (EEI) para dos pasajeros con boleto pagado, y se supone que un tercero volará en octubre, así que sus ofertas de turismo lunar deben verse con seriedad. En realidad, la empresa no ofrece vacaciones en la Luna: sería imposible con las actuales naves espaciales. Los turistas seguirían una trayectoria en forma de ocho que los llevaría a volar muy bajo sobre la cara oculta del satélite y de regreso a la Tierra.
Es evidente que Space Adventures no podría transportar a los turistas lunares en una flota propia. Las naves y los pilotos podrían ser proporcionados, como los viajes a la estación espacial, por RSC Energía, principal fabricante ruso de naves espaciales, y por la Agencia Rusa del Espacio. No obstante, a diferencia de los vuelos cortos a la estación espacial, un viaje alrededor de la Luna no sería una mera repetición comercial de las misiones que hasta ahora se han llevado a cabo.
Soyuz, la nave tripulada rusa, es un diseño probado y experimentado, pero nunca ha estado en la Luna. Para que eso pase, habría que poner en órbita una cápsula Soyuz con un cohete propulsor y luego acoplarse con un segundo cohete, el cual sería lanzado desde la Tierra como una carga independiente por un tercer proyectil. El segundo cohete proporcionaría la energía para llegar a la Luna y regresar. De manera alterna y para completar la experiencia extraterrestre, la Soyuz debería acoplarse con la estación espacial, lo cual permitiría a los pasajeros pasar unos días en órbita alrededor de la Tierra antes de viajar a la Luna.
Eric Anderson, presidente de Space Adventures, dice que uno de los aspectos que hacen apropiada la Soyuz para esta misión es que durante la carrera espacial de la guerra fría los rusos desarrollaron una versión de esa cápsula para viajar a la Luna. Sin embargo, será necesario realizar investigación y desarrollo adicionales, así como modificar el sistema de navegación y ampliar la ventanilla. Esto último tendrá el doble beneficio de dar a los pasajeros una mejor vista y permitirles tomar fotografías de alta resolución. Aunque parezca increíble, esas instantáneas de vacaciones serían los primeros acercamientos de alta resolución de la superficie lunar, lo cual añadiría un lustre de respetabilidad científica a toda la empresa.
De acuerdo con Anderson, los 200 mdd de cuota de la misión cubrirían el costo de un lanzamiento de prueba no tripulado de la Soyuz, así como los costos de las modificaciones. Y si alguien suelta el dinero ahora, la misión podría estar lista para volar en cinco años. La gran pregunta es: ¿quien pagaría 100 mdd por un boleto? La investigación de mercado de Space Adventures sugiere que al menos mil personas podrían permitirse ese lujo. Está por verse si algunos de esos multimillonarios son tan osados como para aventurarse en el espacio profundo hacia la cara oculta de la Luna.
FUENTE: EIU