El ensamble japonés y los jóvenes asistentes devuelven a Guanajuato su espíritu festivo
Gocco+GoRo cimbra la Alhóndiga
Ampliar la imagen El estilo taiko que interpreta Gocco+GoRo tiene gran influencia de la m� antigua japonesa. En la Alh�ga de Granaditas se present�mo espect�lo de rock con luces y pantalla gigante FOTO Roberto Garc�Ort� Foto: Roberto Garc�Ort�
Guanajuato, Gto., 22 de octubre. La noche del viernes, el ensamble japonés Gocco, acompañado de GoRo, devolvió el espíritu cervantino a la ciudad de Guanajuato. Los jóvenes invadieron las gradas de la explanada de la Alhóndiga de Granaditas para escuchar y bailar al ritmo de los tambores y el arpa judía.
La agrupación, integrada por siete mujeres y cuatro hombres, hizo su aparición en la versión 33 del Festival Internacional Cervantino. La multitud ansiosa por escuchar los sonidos que emanan los tambores japoneses comenzó a gritar, aunque no entendiera bien el significado del estilo taiko, que tiene gran influencia de la antigua música japonesa pero que fue montado como espectáculo de rock con luces neón y pantalla gigante.
Con un público fundamentalmente joven se llenó la Alhóndiga; la gente buscaba un pequeño espacio para observar aunque fuera de lejos a la directora del ensamble, Kaoly Asano, y su peculiar manera de tocar el tambor, pues ella no sólo toca con sus manos, sino que utiliza todo el cuerpo. Este concierto también fue de gritos para el grupo, para los amigos que se habían perdido y para los vendedores que ofrecían refrescos, chicharrones y uno que otro antojito mexicano.
Al principio nadie se animaba a bailar, pero en cuestión de segundos cuatro jovencitas ya estaban de pie moviéndose al ritmo del taiko. Entre cada interpretación de las japonesas había gente gritando nombres y en medio de la muchedumbre, otra persona contestaba.
Entre luces rojas y moradas, los integrantes de Gocco bailaban y brincaban con los tamborazos, al tiempo que sus labios dejaban escapar sonidos que evocaban al dios del trueno. El público trataba de seguir los movimientos de las japonesas, quería sentir también en su interior esa voz del dragón que proporciona el taiko.
Kaoly animaba a la gente con alguna que otra palabra o frase en español como "gracias", "los quiero" y "vamos a bailar". La gente respondía con aplausos. Fue fascinante la velada con Gocco y GoRo, gran exponente de la arpa judía.
A mitad del concierto todo era fiesta en la Alhóndiga, así como en el área colindante. Como en los viejos tiempos, los jóvenes tomaron las calles de Guanajuato para hacer del FIC una verdadera fiesta multicultural.
La explosión musical de Gocco traslado la música tradicional japonesa a la ciudad cervantina, mientras GoRo añadió al espectáculo el sonido del didjeridú australiano para crear otros paisajes musicales.
Entre el público se encontraban policías municipales tratando de ubicar a jóvenes que supuestamente se encontraban ingiriendo bebidas alcohólicas, pero al final no detuvieron a nadie, pues dudaban en llevarse a dos jóvenes a quienes su sola apariencia -caballo largo, con rastas y un morral en la mano- los convertía en "sospechosos".
Los tambores de Gocco cimbraron la explanada de la Alhóndiga, el público no dejó de aplaudir y pedir a gritos ¡otra, otra, otra! Así que Kaoly, la acupunturista que prefirió dedicar su vida al taiko, regresó al escenario para ejecutar una pieza más. Lo mismo hizo GoRo. La gente estaba entusiasmada.
Gocco+GoRo concluyó su presentación en Guanajuato con un público de pie que lo ovacionó por varios minutos, hasta que encendieron las luces del escenario. El ensamble japonés también se presentará este domingo a las 19 horas en la plaza Fundadores de León.