Usted está aquí: domingo 23 de octubre de 2005 Opinión A LA MITAD DEL FORO

A LA MITAD DEL FORO

León García Soler

Ahogarse en la orilla

"EN TIEMPO REAL", dicen los buhoneros de la electrónica era del poder mediático. Filtra, que algo se hundirá, parafrasearían los nostálgicos del rupestre árbol que daba moras o servía para una tiznada. Los navegantes de la transición se ahogan en la orilla. Ven la tempestad y no se hincan. Los del poder real, esos, como siempre, ven llover y no se mojan.

LA CABEZA DE Arturo Montiel rodó mientras el del Tucom sonreía ante su entrevistador y acudía a la respuesta bíblica: Tú lo has dicho... El resto es inercia. Vicente Fox es un buen hombre que pasa el fin de semana en el rancho de San Cristóbal Potemkin. Roberto Madrazo es el implacable verdugo de sus compañeros de partido, del partido y de sí mismo. Santiago Creel es alma en pena y Felipillo santo ve reverdecer la higuera de la derecha a la sombra del nudo atado y bien atado del franquismo que enlaza a Calderón y Aznar. Andrés Manuel López Obrador teje redes llenas de agujeros y se declara de centro ante analistas del norte que le dan el visto bueno: "No es izquierdista, es un priísta tradicional, él es más bien del estilo de Echeverría" (George W. Grayson, Milenio Diario, sábado 22 de octubre de 2005). Nada para nadie.

QUEDA LA REFORMA del Estado, como la Magnífica, "sin cosa alguna". Salvo la incursión de los grupos de poder real que llenan el alto vacío del poder constituido. Los inquieta la vocación suicida de los sonámbulos que desmantelan instituciones. Nada teman. El de Chapultepec ha vuelto a ser castillo y no por las cenas que permitieron lucir la vajilla de doña Carlotita. Nada teman. El cardenal Rivera llama a la desobediencia civil y atropella a Santo Tomás de Aquino para poner al día las palabras que piden dar a Dios lo que es de Dios y a César lo que es del César: "Siendo la Iglesia la continuadora de Jesús en la historia, podemos concluir que puede y debe meterse en política". De partidos no, aclara el jerarca de torturada lógica.

EDUCACION RELIGIOSA en las escuelas públicas; para los curas que ya votan, el derecho a ser votados, a ocupar cargos de elección popular, aunque el cardenal primado niegue tres veces la intención de hacer política de partidos. Y concesiones de radio y televisión abierta para la santa Iglesia católica, apostólica y romana. Total, "en Roma han vuelto los pasquines a la Plaza de Pasquino, con la escultura simbólicamente amordazada", nos cuenta Manuel Rivas en el diario El País. Y aquí, despachan en Bucareli los herederos del sinarquismo que encapuchó y ensució las esculturas de Benito Juárez. No es simbólica la fusión de Aznar y Fox.

FELIPE CALDERON va a misa hoy domingo y los escasos votos de panistas y adherentes lo llevarán a enfrentarse a Andrés Manuel López Obrador y a Roberto Madrazo en pleno naufragio de la pluralidad democrática, bajo el signo de la extorsión metódica y el escándalo persistente como fórmula político-electoral. Los del árbol que da moras se fueron a trabajar de jardineros al otro lado. Queda la inercia. Porque no cesan los desastres. No hay Goya para pintar el cuadro de los horrores que padecen nuestra tierra y nuestras gentes. "El sueño de la razón crea monstruos". En lugar de versallesca Malmaison, las cabañitas de Los Pinos. "Después de mí, el diluvio", diría el Rey Sol. Aquí el diluvio se adelantó al que voló a Salamanca.

FELIPE GONZALEZ se adelantó dos días a la cumbre salmantina y propuso debatir sin prejuicios el futuro de Iberoamérica: "Se habla del fracaso de la democracia para dar respuesta al desafío económico y social, aunque no fracasa la democracia, sino la política. La democracia no garantiza de por sí el buen gobierno, pero permite que cambiemos los gobiernos que no nos satisfacen en su desempeño". Carlos Slim, su amigo y valedor, ofrece el remedio y el trapito en el castillo de Chapultepec; se reúne con Heladio Ramírez y los campiranos de la CNC; acuña la frase sin desperdicio del "despilfarro" de los excedentes del petróleo. Guillermo Ortiz sabe de grupos de poder real. Y de lo que permite la autonomía. Se deslindó a tiempo del despilfarro del ingreso mayor habido en décadas, quizá siglos.

FRANCISCO GIL RECUPERO el poder de la bolsa para la vieja Secretaría de Hacienda: vuelven gobernadores y funcionarios con el sombrero en la mano. Asustó a la Conago, pero se le pasó la mano con los diputados federales. Emilio Chuayffet se levantó de la mesa de negociaciones. Carlos Abascal se encomendó a San Judas Tadeo y esta semana comieron al fresco los tres de la vida airada. Lo demás es inercia. Luis Ramírez Corzo festeja el nuevo régimen fiscal de Pemex y recuerda que falta la autonomía de gestión. A Gil lo que es del César. Para Chuayffet la fortuna de conocer la importancia de los tiempos en la política.

RODO LA CABEZA de Arturo Montiel. El estilo de sus paisanos, el instinto del clan hace valedor a Enrique Peña Nieto, al tiempo que pone sobre sus hombros el compromiso de la conducción política en la entidad con mayor número de votantes registrados. Ahí puede definirse la elección presidencial entre los sobrevivientes del naufragio, entre los tres candidatos de tres partidos atados a la rueda de la noria. Hoy mandan a Calderón a la segunda vuelta. López Obrador ha puesto sus redes a remojar. La caída de Montiel arrastró a Madrazo y al PRI. Nada para nadie. Por eso creen los de la ingenuidad a toda prueba que corren parejo los del trío. Que la democracia es fin y no medio para cambiar "los gobiernos que no nos satisfacen".

O PARA LLEVAR AL gobierno a quien sea capaz de proponer cómo enfrentar el diluvio socioeconómico que viene y señalar objetivos, metas precisas para salir de la parálisis inducida por el miedo y el dogmatismo de los epígonos de la nueva ortodoxia. Para crecer, para encaminarnos al desarrollo, para ofrecer equidad aunque tiemble la mano invisible del mercado: salud, educación, empleo, seguridad pública y justicia, seguridad nacional y absoluto respeto a la soberanía de la nación. No todo está en cambiar gobiernos. El de la alternancia sacó al PRI de Los Pinos y se ahoga al avistar la otra orilla.

LOS POCOS CABALES de la pluralidad y los muchos tránsfugas del cambio de ideologías viejas por chaquetas nuevas hacen como que combaten entre sí. Pero han suplido los viejos hábitos cortesanos del cesarismo sexenal con el pragmatismo servil ante los grupos de poder real, los dueños del dinero, los de la clerigalla, los de las armas, los del proconsulado al servicio del capital del imperio y del implacable fundamentalismo de míster Bush. Ah, desde luego, ante el altar de la televisión y la radio, oráculos del tiempo en pantalla y el moderno recurso del método: "No pago para que me peguen", dijo alguna vez la arrogancia criolla del presidencialismo ilustrado. Los de la transición pagan diezmos y primicias por el privilegio de sentarse en el banquillo de los acusados y ser sentenciados sumariamente por El Príncipe electrónico.

LOS PATETICOS NAUFRAGOS del desastre deambulan de valedor a valedor, de partido a partido en busca del compromiso personal que se perdió en el diluvio. Hoy que han vuelto a atribuir poderes sobrenaturales a Carlos Salinas, malignos, desde luego, hay que recordar las trágicas consecuencias del súbito desdén por el quehacer político en 1994, la recaída de la economía, el voto del miedo, el error de diciembre y el miedo cerval del sexenio en el que se gobernó con los ojos en la nuca. Vaga por los cafés el Savonarola de Chihuahua que encendió la hoguera del Pemexgate. Y se aproxima la diáspora de los del PRI divididos por los miedos de quien despreciaba la política y a los políticos. No es el desgajamiento iniciado por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, provocado por el rechazo de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas a todo género de disidencia.

NO HACE FALTA un improvisado líder que hable de caballos de Troya. Las facciones huyen de su propio miedo, encuentran refugio bajo banderías políticas ajenas, se ofrecen como mozos de estribo a los señores del poder real, a los dueños del dinero, a los que apostaron al cambio y lograron la alternancia en el Poder Ejecutivo de la Unión: el gobierno de gerentes, para empresarios. Hacía falta algo más que sacar al PRI de Los Pinos: gobernar. Y mal pudieron hacerlo quienes llegaron con la certeza de que todo lo que hacía el gobierno lo haría mejor cualquier empleado menor de la iniciativa privada, que la corrupción era pecado onanista de los políticos. Se necesitan dos para bailar ese tango.

NO SUPIERON APLICAR el dictum porfirista de "poca política y mucha administración". Se les enredaron las pitas. El fenómeno Fox predica mesura, disciplina fiscal y confianza absoluta en los poderes milagrosos de las cifras macroeconómicas. Y un gobernador bajo sospecha, juzgado y condenado por el Congreso local del estado libre y soberano de Morelos, pasea su inconciencia al amparo de una Corte de corte ultraconservador, decidida a no interpretar las normas constitucionales, sino a legislar. Tamañito así, Sergio Estrada Cajigal habló ante un grupo de jóvenes y paladinamente admitió: "Me falló un poquito la política".

FRACASO EL ENSAYO. Pero prosperó el ánimo demoledor de la extrema derecha, enemiga del Estado laico, del gobierno republicano, del sindicalismo, de la reforma agraria, del nacionalismo revolucionario que expropió y nacionalizó el petróleo. Vino el diluvio y los de Chipinque se pusieron al día. Practicantes del cálculo no están dispuestos a confiar en la suerte.

EN OAXACA HUBO flujo y reflujo de la diáspora del priato. Gabino Cue, converso al perredismo, acudió en busca del respaldo de Alfredo Harp, avecindado en Oaxaca, generoso promotor de rescates y restauraciones, de obras notables y acciones filantrópicas. Lo invitó a apoyar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Alfredo Harp agradeció el convite, pero negó el óbolo, porque ya tiene candidato: Felipe Calderón.

DICEN QUE TODOS están al centro en la topografía política del nuevo orden. Pero los dueños del dinero confían en la extrema derecha de la victoria cultural, aunque hagan resonar el yunque los de la revolución como la cristera.

 
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