Usted está aquí: domingo 23 de octubre de 2005 Opinión LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

José Agustín Ortiz Pinchetti

PRI: destino cercano

LA DECLINACION DE Arturo Montiel a la candidatura presidencial del PRI no es signo de autocrítica, sino descomposición. Montiel se ha visto forzado no sólo por el gravísimo costo para su partido, sino por un intento de asegurar su impunidad. Madrazo se ha quedado dueño del campo y no parece tener ni la sabiduría ni la astucia de tolerar un nuevo precandidato que sustituya a Montiel. Todos estos acontecimientos reflejan que el PRI carece de capacidad para transformarse. Creo que al viejo gran partido le espera una derrota en las elecciones de 2006.

PARECE QUE DENTRO del PRI los políticos con experiencia, que son muchos; los inteligentes y los sensatos, que no son pocos, resultan incapaces para encontrar una salida.

LA DECADENCIA DEL PRI se debe a dos hechos señalados hace 40 años por Cosío Villegas: el partido sólo ha podido satisfacer con plenitud las exigencias del 9 por ciento de la ciudadanía. En cuanto al otro 91 por ciento, ha intentado entretenerlo con promesas, "cuya vanidad se ha hecho evidente al paso del tiempo". Esta situación se ha agravado en los 20 años recientes por las políticas priístas vigentes hasta 2000, que siguieron aplicándose por miembros del antiguo régimen en la confusa transición de Fox.

EL SEGUNDO FACTOR ha sido el cambio social. Evidente ya en 1970, abrumador en nuestra época. La gran clientela del PRI, su voto más duro, pasó de 70 por ciento a 20 por ciento. El pueblo de México hoy es tan exigente e informado, que casi no se reconocería con el de la época de Cosío. Sin embargo, ya en ese tiempo sonaba la llamada al juicio final del sistema político.

EJEMPLO DE LA decadencia del PRI es la candidatura de Roberto Madrazo. Sería necesario un candidato de virtudes excelsas para revertir la tendencia a la derrota. Madrazo no lo es: no tiene capacidad para convertirse de pronto en una persona honesta. Su carrera ha estado marcada por la traición, el enriquecimiento inexplicable y por relaciones con la parte más negra de la oligarquía. Ningún político mexicano tiene un voto negativo peor que Madrazo. Hay quien dice que el PRI puede ganar por su maquinaria. Sí, es enorme, pesada, compleja, pero está desbielada, ahogada por la demagogia. Puede tener dinero, pero no hay tiempo ni talentos para transfigurarse y convertirse en triunfadora.

EL PRI CUMPLIO un papel histórico. Sobrevivió más allá de todo cálculo, incluso a su propia muerte. Lo que lo hundió fue la pretensión de ser eterno. La incapacidad de sintonizar con una sociedad que cambiaba y de controlar la extrema voracidad de sus militantes conspicuos.

INTENTAR UN CAMBIO en el escaso tiempo que nos separa de julio de 2006 se antoja imposible, o al menos altamente improbable. Refrendar las mismas tendencias o impulsar los mismos personajes sería la tendencia natural de una organización marcada por la decadencia en su etapa terminal.

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