Marruecos exige a la ONU dejar de colaborar con el Frente Polisario en el rescate
Aún quedan muchos migrantes subsaharianos perdidos en el desierto
Rabat concluyó la expulsión de 970 indocumentados de cinco nacionalidades
Ampliar la imagen En el campo de refugiados de Bir Lahlu, al sureste de Argelia, inmigrantes celebran bajo la bandera saharawi. El Frente Polisario ha rescatado a decenas de indocumentados abandonados en el desierto por Marruecos FOTO Reuters Foto: Reuters
Madrid, 18 de octubre. El drama de los subsaharianos que Marruecos abandonó en el Sahara sigue igual, pues quedan muchos errantes entre dunas, sedientos, hambrientos, con los pies destrozados de caminar sin rumbo y la piel calcinada por el sol.
Periodistas españoles desplazados junto con tropas del contingente de la Organización de Naciones Unidas en zonas cercanas a Argelia narran la odisea de algunos de esos inmigrantes. Marruecos exigió a la ONU que dejara de colaborar con el Frente Polisario en el peinado del desierto.
Pero los militares internacionales continúan su misión. Salen por la mañana y por la tarde acompañados de un saharaui con autos todoterreno, ya que los helicópteros no pueden volar desde el sábado por las tormentas de arena, para buscar sobrevivientes o cadáveres.
Los reportes muestran a los saharauis brindando atención a los inmigrantes. De hecho, patrullas del Polisario buscan a mujeres que posiblemente estén muertas. En Bir Lehlu ya hay 95 inmigrantes. A 250 kilómetros, en Mhairiz, otra base militar del frente rescató a otros 22 en la semana.
Los inmigrantes indocumentados recibieron ayer la ayuda de la ONU y de la Media Luna Roja saharaui, cuentan los periodistas. Poco a poco, los militares van contactando con las familias para avisar que los africanos no han muerto en el desierto.
Los reporteros comprobaron que la zona donde fueron encontrados los africanos es un desierto, donde no hay nada más que algún camello suelto, restos de la guerra del Polisario y Marruecos, y muchas minas.
Los que han sobrevivido narran que los charcos dejados por las pocas horas de lluvia de la semana pasada les salvaron la vida.
Hoy se confirmó que Rabat concluyó ayer la expulsión de 970 extranjeros desde Guleimin, una ciudad en las puertas del desierto. Siete vuelos especiales de Royal Air Maroc (el último despegó ayer con rumbo a Douala, Camerún) evacuaron desde el aeropuerto militar a inmigrantes de cinco nacionalidades.
La semana pasada Rabat repatrió a sus expensas desde Oujda (noreste) a otros mil 600 migrantes, exclusivamente senegaleses y malienses.