Usted está aquí: lunes 17 de octubre de 2005 Opinión ANDANZAS

ANDANZAS

Colombia Moya

Akira Kasai, poderoso puente hacia el lenguaje del arte

Ampliar la imagen Akira Kasai con su Pollen revolution, danza butoh FOTO Roberto Garc�Ortiz Foto: Roberto Garc�Ortiz

E N 1909 EL espíritu de la danza causó furor con la partida de artistas eslavos que componían el ballet ruso de Diaghilew, prácticamente pulverizando el ballet refinado y tradicional de las grandes escuelas italiana y francesa en franca decadencia, aquellas memorables funciones que dieran en el teatro Chatelet, cargadas de vigor y exotismo, deificaron a Nijinsky, Karsavina, Stravinsky, Fokine Aoerich, etcétera. Fueron en realidad el punto de partida de otra época, formas, concepciones y estilos que el día de hoy quizás viven sus últimos tiempos.

SIN EMBARGO, ALGO prevalece intacto, para quien lo sabe en la propia inteligencia del cuerpo, y eso es, y será siempre, el verdadero espíritu de la danza.

UNA FUERZA INSOSPECHADA que transforma con inaudita proyección rostros, músculos, articulaciones y gestos que en mágico renacimiento evocan las danzas primigenias de imitación. Catársis sagrada del espíritu y la carne en el mundo, el espacio que nos ha dado la vida con señas y distintivos para, en un hipnotismo fantástico, convertirse en lenguaje universal que nos revela lo genuino que despierta nuestra antigua esencia. Y nos convertimos en tigre, lagarto, quetzal o serpiente. Algo provocador e intimidante, que rompe cualquier tipo de norma o regla fincada, porque es inédito explosivo único y fugaz.

AKIRA KASAI, FORMADO en la escuela butoh, también vivió en Europa. Estudió en Alemania en la escuela de Euruthmaya fundada por el filósofo y bailarín Rudolf Steiner un tanto hermanado espiritualmente con Isadora Duncan. Sin embargo, el llamado ángel del butoh en la obra que llevó al 33 Festival Internacional Cervantino, un solo de 70 minutos llamado Pollen revolution, danza butoh, El señor Kasai, bajito, muy delgado nos transportó a la sacralidad de los misterios de Eleusis. En su kimono tradicional de doncella, pero igual a la orgía de la cebada, donde sin ropa en el territorio de paroxismo y muerte, su cara transfigurada hace hablar muertos y vivos de rostros momificados gesticulando en su mundo lenguaje y apabullante movimiento corporal los horrores de la bomba, del hambre, la enfermedad y el dolor totalmente desquiciado. Sobrecogedor, nada lo controla, por eso desnuda y exhibe el trasero al público sin asomo de impudicia o vulgaridad. Son los cuerpos esqueléticos arrojados a las fosas como fardos sin vergüenza ni dolor. Ya es la locura avasallando cualquier posible convencionalismo, hasta que penetra en la borrachera colectiva de la música disco, el rock, el frenético ritual perturbador de hoy. Akira Kasai respira oxígeno de un pequeño tanque y la connotación no es extraña porque también nos falta el oxígeno y ya resulta fatigoso mantener las formas mentirosas e inútiles. Así también se transforma en polen, ave, pluma y viento ligero, amante de la vida fecundando los cuerpos y esperanza porque se sabe en un cuerpo vivo, y su danza se transforma entonces en un poderoso puente hacia la inmensidad de lenguajes infinitos del arte de una danza apabullante que habíamos olvidado innovando el butoh mismo.

POR OTRA PARTE, son Paulina Lavista y Christa Crowe quienes exponen una bellísima colección de fotografías de importantes figuras de la danza butoh, que no hay que perderse, pues permanecerán hasta el final del Cervantino en la Universidad de Guanajuato. Christa Crowe, prácticamente dedicada a la fotografía de danza resume, sintetiza cielos, cuerpos y horizonte mágico con el ángulo pétreo de las pirámides de Teotihuacán y los cuerpos blanquecinos sin cabellera de los artistas japoneses en una combinación de formas y texturas que hablan de una humanidad en tiempo presente eterno y pasado en idéntica grandiosidad. Sólo la profunda sensibilidad de estas grandes fotógrafas ha sido capaz de entender y plasmar la fuerza y belleza de tales elementos.

EL FESTIVAL INTERNACIONAL Cervantino será clausurado el 23 de octubre en esta emisión dedicada a Yucatán y Japón con especial acento en la innovación, en una programación acertada y enriquecedora de Ramiro Osorio, director del festival, y un gran equipo.

 
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