Usted está aquí: domingo 16 de octubre de 2005 Opinión LA FIESTA EN PAZ

LA FIESTA EN PAZ

Leornado Páez

Carteles

Novillos, el negrito en el arroz

QUE NO ES lo mismo que cárteles, aunque a juzgar por los discretos resultados económicos y artísticos que el sobajado espectáculo de los toros ha obtenido en la pasada década, en contraste con la inexplicable perseverancia de sus promotores, hace que la llamada fiesta brava resulte un giro empresarial por lo menos sospechoso, susceptible de ser investigado por instancias más formales que la crónica, la crítica o el reportaje.

QUIZA POR ELLO, porque una iniciativa privada taurina y autorregulada como nunca en la historia del toreo ha sido incapaz de presentar ofertas imaginativas de espectáculo que hagan regresar a la gente a los cosos -propios o arrendados-, es que la delegación Azcapotzalco vuelve a promover, en el lienzo charro El Hormiguero, la cuasi perdida tradición taurina de la ciudad de México con dos carteles por demás interesantes.

PARA EL SABADO 22 de octubre anuncia un festejo mixto con los matadores Enrique Delgado, José Luis Paredes Carbonel, Edgar Palacios, Guillermo Veloz, El Pausado, y Víctor Martínez, así como el novillero Carlos Serrano El Voluntario, con cinco toros de Pilar Labastida y un novillo de Santo Domingo. La segunda corrida se llevará a cabo el sábado 5 de noviembre, con los matadores Jorge de Jesús, El Glison, Jacobo Hernández y Ricardo Rosas, con seis astados del hierro de Gómez Valle.

GARANTIA DE ESPECTACULO taurino, es decir, de emoción sin adjetivos en el ruedo y delante del toro, lo han sido en sus actuaciones recientes en cosos cercanos a la capital Carbonel, Víctor Martínez, El Voluntario, El Glison y Ricardo Rosas, por lo que el lienzo charro, con cupo para 2 mil 500 localidades, seguramente se verá repleto de aficionados y espectadores.

Y COMO CIERRE de una temporada novilleril que pudiendo haber sido triunfal por las personalidades en cierne que fueron apareciendo, apenas se movió entre altibajos, gracias a los menguados criterios para combinar novillos y novilleros, la Plaza México anuncia este domingo la vigésima y última novillada, con algunos de los triunfadores del serial.

HARAN EL PASEILLO Juan Luis Silis, que tan buena impresión dejara en el festejo anterior; Paul Cortés, que en seis actuaciones, tres de ellas consecutivas, obtuvo dos orejas y logró que le fuera indultado un noble novillo de Rancho Seco; José Mauricio, probablemente uno de los novilleros más interesantes que se hayan presentado en la Plaza México en los años recientes, y que a su estilo sobrio y enterado agrega un insólito valor sereno y un gusto por estar en la cara del toro.

FERMIN RIVERA, NIETO del maestro del mismo nombre y sobrino de Curro, que si bien fue bajando de tono, más por lo impropio del ganado que por falta de voluntad, exhibió un privilegiado sentido del temple; Rodrigo Muñoz, Gitanillo de Tlalpan, gravemente herido en su segunda tarde, que atesora un sello de altos vuelos artísticos; Juan Chávez, más en la línea técnica pero empeñoso, y el joven español Juan José Vian, El Palentino, que la tarde de su presentación armara la escandalera por su estilo espectacular y un estoicismo fuera de época.

LOS NOVILLOS SERAN, negrito en el arroz, de la ganadería de Marco Garfias, apellido por el que siente verdadera debilidad el promotor, independientemente de los pobres resultados de aquél y de éste en los pasados 12 años.

 
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