Ni dirigentes ni gobernadores llegaron a la fiesta; Peña sí
Desaira la elite priísta a Montiel en su cumpleaños
Cuando era mandatario invitaba a 3 mil; ahora fueron 100
Atlacomulco, Méx., 15 de octubre. Las celebraciones de más de 3 mil invitados a que estaba acostumbrado Arturo Montiel Rojas como gobernador quedaron en el pasado. El precandidato del PRI a la Presidencia de la República festejó hoy su cumpleaños 62 en compañía de sus familiares, amigos y colaboradores más cercanos.
El político mexiquense, quien acostumbraba abrir las puertas de su casa para recibir las felicitaciones del pueblo, ahora únicamente admitió una gala exclusiva en su rancho de al menos 10 hectáreas en su natal Atlacomulco.
A pesar de ser convocados, no llegaron los ex mandatarios del estado, tampoco los gobernadores priístas ni sus aliados de Unidad Democrática, salvo Manuel Angel Núñez Soto, ex Ejecutivo de Hidalgo.
Ni por asomo acudieron Roberto Madrazo, el otro precandidato del PRI a la Presidencia, o Mariano Palacios Alcocer, dirigente nacional de su partido, mucho menos Elba Esther Gordillo, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
No se pudo observar a Juan Pablo y Arturo Montiel Yáñez, hijos del ex gobernador con su primera esposa, quienes están involucrados en depósitos millonarios a cuentas bancarias personales y en adquisición de terrenos en condiciones no muy claras.
Quienes sí llegaron fueron los alcaldes de Ecatepec, Eruviel Avila, y de Huixquilucan, David Korenfield; el coordinador de los diputados locales priístas, Gustavo Cárdenas, y el secretario de la Contraloría estatal, Eduardo Segovia, quien recientemente confesó que nunca pudo revisar las declaraciones patrimoniales de Arturo Montiel y su esposa, Maude Versini, por falta de personal en la dependencia a su cargo.
La celebración empezó después de las 2 de la tarde, cuando arribó Arturo Montiel en compañía de Maude Versini y los hijos de ambos, al rancho Misión del Fresno (calle Roberto Barrios 13, fraccionamiento Atlavillas de Atlacomulco).
Minutos después, en un helicóptero oficial que descendió en la unidad deportiva del municipio, a 100 metros de la puerta principal del rancho, llegó el gobernador Enrique Peña Nieto, mientras el desfile de camionetas de lujo y autos deportivos ingresaba a la finca. De otro aparato, un Bell 206, matrícula XA TRV, supuestamente bajaron un empresario y su esposa.
Todos estaban incluidos en una lista que los vigilantes seguían con rigor para brindar el acceso. El perímetro de la mansión era patrullado por policías estatales y municipales.
Uno de los meseros del servicio de banquetes que contrató el ex mandatario reveló que asistieron a la fiesta menos de 100 personas. Hubo un festín de pastas, quesos y vino tinto, filete de res, salmón y otros entremeses, comentó el trabajador.
La barra ofreció coñac, tequila y brandy de importación. Amenizaron la celebración el Mariachi Aguila y un trío que llegó pasadas las 4 de la tarde.
Los invitados empezaron a abandonar el lugar después de las 7 de la noche sin hacer declaraciones.