En medio de la desolación, oaxaqueños intentan rescatar pollos, láminas... todo lo que puedan
"En Pueblo Viejo el agua nos dejó muy tristes"
Ampliar la imagen El ferry Tecom�arrib� jueves pasado al puerto de Salina Cruz, Oaxaca, para movilizar 8 mil toneladas de ayuda para los damnificados en Chiapas FOTO Alfredo Dom�uez Foto: Alfredo Dom�uez
San Francisco del Mar, Pueblo Viejo, Oax., 14 de octubre. Juliana Cruz pasa penurias para alimentar a sus ocho hijos debido a que su esposo, Apolinar Gómez Vicente, no puede pescar nada desde hace 15 días, cuando el ciclón Stan impactó en esta región.
El señor Crispín Vargas Gallegos se lamenta no haber tenido para comprar varillas al construir su humilde vivienda, que no soportó el paso del agua y se vino abajo.
Y es que el torrente arrasó con todo en este municipio de indígenas huaves enclavado en la zona lagunar del mar muerto, en la zona oriente del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Eufrosina Gutiérrez Gracia trata de rescatar pedazos de metal debajo de los escombros y el lodo de lo que fue su cocina, al tiempo que cuenta que el agua solamente le dejó cuatro o cinco gallinas de las 50 que tenía, además de que seis chivos se perdieron en la creciente del río Ostuta.
Eufrosina es la imagen de la desolación, del desánimo: "mi vecina me dijo que nos saliéramos, pero en mis cinco años que tengo viviendo aquí, no había visto que se inundara de esta manera".
"Se perdió mi cocina, 50 pollos, seis chivos de mi hijo René Gutiérrez y una mancuernita de becerritos que estaba creciendo para llevar a sembrar y cargar leña". Ella, como la mayoría de los habitantes de la tercera sección de la colonia 12 de Octubre, de San Francisco del Mar, Pueblo Viejo, buscó refugio en el palacio municipal que sirvió como albergue.
El agua también se llevó sus trastes y lo que no, se lo llevó la gente. "El agua nos dejó muy tristes", dice apenas conteniendo el llanto.
Sofía García Solano y Crispín Vargas Gallegos son dos ancianos que viven con su nieto, Miguel Angel Jiménez García, de seis años de edad, que un tanto ajeno a la tragedia que padecen sus familiares por el derrumbe de su domicilio, juega con muñecos de plástico que se salvaron de la corriente.
"Esto es muy doloroso para nosotros, es una tragedia", manifiesta Sofía, quien recuerda que cuando estuvo en el albergue instalado en el palacio municipal, "Marta (Sahagún de Fox) me dijo: no tengas cuidado, a ver, qué cosas perdiste, vamos a ver qué se puede reponer".
Por ahora, lo único que les queda es seguir rescatando pedazos de lámina y unos cuantos tabiques, porque el muro que está en pie representa un peligro para los niños.
José Luis Santiago López es un campesino que por la inundación ahora trabaja de ayudante en un taller mecánico para llevar 50 pesos a su casa y mantener a su familia, "porque en el campo no se puede trabajar".
Ruperto Gómez Jiménez, campesino de 64 años, cosecha cada año unas cinco toneladas de maíz en cinco hectáreas; esta vez lo perdió todo, y con ello el sustento de su familia, que se dedica a hacer y vender tortillas para subsistir.
La desesperación empieza a apoderarse de Juliana Cruz y su esposo Apolinar Gómez Vicente, quienes desde hace 24 años se dedican a pescar para tener qué vender y llevar a su casa para mantener a sus ocho hijos.
César Gómez Martínez, presidente municipal, asegura que al menos 70 por ciento de la población resultó afectada por las lluvias y la creciente del río.
San Francisco del Mar tiene aproximadamente 5 mil 500 habitantes, en su mayoría dedicados a la agricultura y la pesca, la "ayuda, a cuentagotas, pero está llegando", dice el alcalde perredista, y explica que a su pueblo únicamente han llegado 10 palas, 10 zapapicos, tres carretillas y 43 atados de lamina de cartón para afrontar la contingencia, además de 2 mil despensas, "que no alcanzan".
Su esperanza está cifrada en la reunión que celebrarán este sábado en Juchitán todos los presidentes y agentes municipales de la zona afectada del Istmo con el gobernador del estado y funcionarios de distintas dependencias, para evaluar los daños ocasionados por Stan a las viviendas, caminos, agricultura, pesca y ganadería.
A quienes les fue peor, dice, es a los 75 socios de la cooperativa La Santa Rosa de San Francisco, que estaban a punto de cosechar el camarón de sus encierros rústicos: "perdieron como 45 toneladas de camarón grande, al presidente Fox, cuando vino al pueblo, le dieron una prueba y las dos taras que lograron recuperar las dejaron para que se alimentara la gente".
Interpelan al titular de la SRA
Durante una gira de trabajo por Acapulco, Guerrero, el titular de la Secretaría de Reforma Agraria (SRA), Florencio Salazar Adame, fue interpelado por una oaxaqueña que le reclamó que la ayuda a damnificados ha sido discriminatoria hacia las mujeres que han perdido sus cultivos.
El secretario concluía su discurso en el encuentro nacional de campesinas, cuando la tuxtepeña María Larios Cano, le espetó: "disculpen que interrumpa esta reunión... sé que se han hecho levantamientos de todos los daños que ha causado el agua y a las mujeres no se les ha tomado en cuenta. Señor secretario, queremos ver la oportunidad de que se les vuelva a apoyar", expresó.
Con información de Misael Habana