Usted está aquí: viernes 14 de octubre de 2005 Opinión Errónea, errática y pobre

Gustavo Iruegas

Errónea, errática y pobre

El secretario de Relaciones Exteriores ha iniciado una campaña ante medios, legisladores y académicos para explicar y defender la política exterior del régimen y su propio desempeño. Ello porque hay una opinión muy extendida de que dicha política ha sido errónea, errática y pobre.

Ante la segunda comisión de Relaciones Exteriores de la Comisión Permanente dijo: "Asisto con el conocimiento de que en las últimas semanas se ha afirmado que la política exterior de la administración del presidente Fox ha sido errática, sin rumbo ni estrategia. Nada más fuera de la verdad. El trabajo que hemos llevado a cabo ha obedecido a los objetivos propuestos; lo cual da fe de que, en conjunto, nuestra política exterior no ha sido errática".

La percepción del canciller de que hay una mala opinión sobre su desempeño es correcta. Es, además, generalizada. Esto se puede demostrar citando el segundo párrafo de las consideraciones que hacen los empresarios de México en su reciente Acuerdo Nacional, donde dicen: "Necesitamos fortalecer el respeto a México en el concierto de las naciones, consolidando el papel distinguido que la diplomacia mexicana ha tenido históricamente y con una activa defensa de los intereses del país".

No obstante su empeño, las explicaciones del canciller han sido regularmente nebulosas y algunas de sus respuestas especialmente oscuras. Los siguientes son meros ejemplos de una actuación consistentemente inferior a lo mediocre.

El senador Ramón Mota Sánchez lo cuestionó como sigue: "Quiero señalar que la política internacional de México ha sido tradicionalmente la de mantener un bajo perfil en las relaciones militares entre México y Estados Unidos. A ese respecto me llaman mucho la atención las declaraciones del secretario de Marina hechas hace unos días sobre la cooperación que la Armada de México está dispuesta a tener con el Pentágono de ahora en adelante para una mayor integración militar entre los dos países. [...] No sé a qué atribuir estas declaraciones del secretario de Marina, pero me parece que no hay coordinación, que cada quien jala por su lado, como se dice vulgarmente en el gabinete del presidente Fox, y cada quien hace lo que quiere. ¿Cuál es la posición de la Secretaría de Relaciones Exteriores al respecto, o es que ya cambió radicalmente la política militar de México en relación con Estados Unidos?"

Responde el secretario: "Una aclaración, senador. Existe dentro del gabinete legal una subdivisión también para formas operacionales y reuniones mucho más frecuentes de diferentes gabinetes; la Secretaría de Relaciones Exteriores, por su área de actividad, que es prácticamente multifacética en términos de todos los temas, pertenece a todos y cada uno de ellos: el gabinete legal, obviamente, pero también dentro de los subgabinetes que se han compuesto por el señor Presidente de la República, y somos miembros del gabinete de seguridad, o sea, participo como parte del gabinete de seguridad en el cual está el señor secretario de Marina, el señor secretario de Defensa Nacional, Procuraduría, etcétera"... (y así hasta acumular 480 palabras).

Algo semejante ocurrió al dar respuesta a una pregunta del periodista Leonardo Curzio en un programa de radio: "Canciller... debemos estar decepcionados de la Cumbre de la ONU, no se llegaron a acuerdos, las ansiadas reformas parece que quedaron en el aire... en fin, ¿cuál es su lectura sobre lo que sucedió en Nueva York?" Respuesta del canciller de México : "Bueno, mire, siempre hay una impresión, cuando uno levanta la altura de la barra muy alto, de que el salto que da la persona cuando queda un poco por abajo no es lo que se hubiera deseado y así, efectivamente, nosotros hubiéramos deseado que la barra hubiera estado mucho más alta, sin embargo hay que reconocer que lo que México impulsó, que era la necesidad de que se consideraran todas las reformas, que se incluyera la reforma a la parte económico social, todo el Consejo Económico Social, que se hiciera una nueva estructura para el análisis y la evaluación de derechos humanos en el mundo, y que además el Consejo de Seguridad fuera una reforma planteada sobre la base regional, finalmente se obtuvo de manera mucho más ligera de lo que hubiéramos deseado, pero ahí están los tres temas"... (y así hasta contar 636 palabras)

Por su parte, la joven senadora Gloria Lavara Mejía -en algo que no está lejos del sentir nacional- dirigió al canciller una verdadera catilinaria que en su parte final dice: "La credibilidad es lo que nos permite sacar adelante o defender puntos de vista en cualquier foro, es ahí donde las cosas no han ido bien. Es preciso repensar con serenidad y larga visión nuestra política exterior, comenzando con un diagnóstico objetivo de la misma, y definiendo después con la mayor claridad posible. [...] La nueva política exterior es sin duda un error del presente; busquemos juntos, señor secretario, la manera de restaurar ese prestigio hoy mermado. Tenemos la obligación de dejarle a los que vienen un mejor panorama. Es necesaria una reflexión colectiva sobre el proyecto de política exterior que dejaremos para el futuro. El momento más importante de su gestión, señor canciller, se aproxima a un punto culminante, la inevitable rendición de cuentas que le espera a nuestra diplomacia".

Colofón: Cantinflear: hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada [DRAE].

 
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