La falta de mejora económica, entre las causas, admite el consejero Arturo Sánchez
Una desvalorización de la democracia propicia que el IFE sea cuestionado
El organizador del los festejos defiende los logros de institución, como el voto de migrantes
Ampliar la imagen El consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, y el presidente del TEPJF, Leonel Castillo, ayer en la sede del Instituto Federal Electoral, en Viaducto Tlalpan y Perif�co FOTO Jes�llaseca Foto: Jes�llaseca
A quince años de haber sido fundado como institución central para la transición democrática del país, el Instituto Federal Electoral (IFE) se apresta a la organización del sexto proceso electoral bajo su conducción con problemas diametralmente diferentes a los que le dieron origen. "Creo que hoy la sociedad sabe que la democracia es algo más que una elección limpia; tendría que ver con el mejoramiento de sus bolsillos, con mayores satisfactores y mejores liderazgos. Como la sociedad no los percibe, existe una desvalorización de la democracia, donde todos sus actores, incluido el IFE son cuestionados", admite el consejero electoral, Arturo Sánchez.
En medio de un polarizado proceso político y las turbulencias internas derivadas de la inestabilidad de sus cuadros directivos, el IFE ha cosechado crecientes críticas por su debilidad y la falta de liderazgo interno, por las disputas entre consejeros y los vaivenes en las decisiones que adopta. Con 14 cambios en el área ejecutiva, el organismo acumula críticas que no han cesado desde su origen, cuando se eligieron los consejeros electorales sin el consenso de las fuerzas políticas, consenso que en su momento fue factor central para apuntalar la institución con el reconocimiento de su autoridad por todos los actores.
Sánchez, el consejero con mayor tiempo en la institución, en la que se desempeñó como director ejecutivo de Prerrogativas y Partidos Políticos, sostiene: "es cierto que este consejo ya no tiene el voto de confianza ciego que tuvo el anterior, pero hay un hecho claro: el pasado consejo tuvo la oportunidad de acreditar prácticamente de inmediato que la institución avanzaba, pues a escasos meses de que tomaron posesión les correspondió organizar las elecciones de 1997. Nosotros apenas vamos a entrar en ese proceso y creo que será entonces cuando se acredite plenamente la capacidad de la institución".
A diferencia de entonces, este consejo ha tenido más de dos años antes de verse inmerso en la organización de sus primeros comicios, lapso en el cual el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha devuelto una mayor cantidad de expedientes y los partidos políticos han cuestionado su eficacia en materia de fiscalización, tema recurrente en los últimos cinco años en el IFE.
"Creo -dice el coordinador de Asuntos Internacionales, Manuel Carrillo Poblano, con 13 años en la institución y responsable de la organización de los festejos- que no se le han reconocido los méritos que ha tenido: le entraron al tema del voto de los mexicanos en el extranjero y con su posición salvaron al país de una aventura en las elecciones de 2006; participaron en la capacitación de los funcionarios electorales en Irak y en Europa central; se han adoptado otros convenios importantes."
De cualquier modo, subraya Carrillo, si se analiza la evolución institucional, "es claro que hoy ya no discutimos temas de organización, muy lejos se está ahora de debatir horas y horas sobre el padrón electoral o la tinta indeleble. Hoy se habla de otras cosas, del dinero, de las condiciones de la competencia, de la transparencia". En cualquier caso, las herramientas con que cuenta el IFE para enfrentar el proceso en sus temas más polémicos -el dinero en las campañas- es algo que en el fondo está en el ámbito de la corresponsabilidad de los partidos y el IFE.
-¿Es el IFE ahora una autoridad débil?
-No me gusta hablar de fortalezas o debilidades -responde Sánchez-. Cuando llegó aquí José Woldenberg, no era el mismo que el que salió de aquí. Sin duda había descalificaciones a priori, se le tachaba de ex perredista, de izquierdista que podría inclinar hacia ese lado la institución. Nunca fue así. Años después se demostró cuando el PRI perdió el Congreso y la capital, cuando Fox triunfó en la Presidencia y fue motivo de gran reconocimiento a la institución.
Se pregunta: "¿vamos débiles a la elección de 2006? En 96 días hemos instrumentado las acciones para organizar el voto de los mexicanos en el extranjero; apenas acaba de empezar el proceso y ya tenemos el formato de las boletas; ya está aprobado todo el material electoral".
Sin duda -asume Sánchez- la crítica proviene "de la forma en que fuimos designados y también tiene que ver con las percepciones que se tienen de nosotros; hay una imagen de división entre nosotros, de grupos de consejeros, que no nos podemos poner de acuerdo y esto nos hace cometer errores y bandazos; tiene ver con el estilo personal de (Luis Carlos) Ugalde, que es diferente al de Woldenberg".
Mas allá de eso, reivindica, hay una autoridad "echada para adelante" que ha efectuado acciones que no han tenido plena difusión: el acuerdo con Televisa habla de un punto central en esta campaña donde el IFE habrá de incidir, la relación partidos, medios de comunicación y sociedad. Esto habrá de transparentar aún mas origen y destino de los recursos.
"Si se revisa el entorno de la contienda, creo que hay una desvalorización de la política y sus actores en general, pero hay que pensar que costó mucho trabajo construir la democracia y no podemos quedar ahora inmersos, todos los que le echamos ganas a la democracia, en esta desvalorización, o el juicio de fortaleza y debilidad. Es un proceso en marcha, donde las etapas se están cumpliendo, otra vez, en el IFE."