BAJO LA LUPA
¿Quién se caerá antes: Bush o Cheney?
LA OTRORA SUPERPOTENCIA unipolar se descompone aceleradamente por fuera y por dentro. La fétida inundación de lodo escatológico (en el doble sentido de la palabra) de la Casa Blanca está a punto de convertirla en una Casa Negra.
CON SUS JUSTAS excepciones, la prensa oficiosa de Estados Unidos (EU) ("the mainstream media") que tanto seduce a los ingenuos, totalmente controlada por la cleptocracia plutocrática de la desregulada globalización financiera feudal, es aburridamente desinformativa y ha sido superada por los fascinantes sitios alternos de Internet que han sido puestos en la mira por los afectados, quienes han empezado a perseguirlos con la censura orwelliana, motivada en la fastidiosa "guerra contra el terrorismo global": otro montaje del eje Hollywood-Wall-Street-Casa Blanca.
DESDE SUS PORTALES los valientes autores se adelantan a los eventos delicados que han sacudido los cimientos de la Casa Blanca y que pueden llevar al enjuiciamiento del vicepresidente Dick Cheney y, en un descuido, hasta de Baby Bush, por el fiscal especial Patrick Fitzgerald, quien se encuentra en la fase final, después de dos años, de dictar su sentencia sobre la filtración criminal al periodista Robert Novak (del Chicago Tribune) de la identidad de Valerie Plame como agente diplomática encubierta de la CIA, debido a una muy primitiva venganza tanto de Karl Rove, satánico "asesor estrella" de Baby Bush, como de Cheney, con el fin de liquidar la carrera del excelso embajador Joseph Wilson (esposo de Valerie, puesta en riesgo de perder su vida por la pública develación) por no haber avalado la falsa venta de uranio amarillo por el paupérrimo país africano Níger al régimen de Saddam Hussein, lo cual le hubiera brindado a Baby Bush y a los conservadores straussianos, la coartada perfecta para librar su guerra preprogramada contra Irak.
EN CORTEDAD DE justificaciones racionales, ahora resulta que Dios le "ordenó" (sic) al gran pecador de la Casa Negra librar la guerra contra Irak y el terrorismo global (BBC; 6-X-05). Si "Dios" es aliado de Baby Bush, entonces muchos creyentes estamos dispuestos a volvernos paganos. El "Dios" de Baby Bush no puede ser el Dios misericordioso del Nuevo Testamento.
SE PUEDE TRATAR más bien de un clásico caso clínico que delata severas perturbaciones siquiátricas en la errática conducta presidencial arropada por una depresión mental, como refiere Doug Thompson (The Capitol Hill Blue; 28-IX-05), quien cita a los funcionarios de la Casa Blanca de sentirse confinados "trabajando en un asilo para insanos". No es novedad el caso clínico de Baby Bush. De Defensa, un centro de pensamiento estratégico con sede en Bruselas, se le va a la yugular sin la mínima reverencia a su investidura (lo que demuestra el sentir de una gran parte de los gobiernos europeos): "El Watergate etílico (sic) de G. W. (sic)" (24-IX-05); y pregunta si "regresó a ingerir alcohol", debido esta vez a las dificultades en su puesto, como sucedió a Nixon en el Watergate, quien durante la crisis nuclear del 25 de octubre de 1973 fue incapaz, por su "indisposición", de responder a un ultimátum de los soviéticos.
¿EN MANOS DE qué enfermos se encuentra el botón nuclear, es decir, el destino del género humano? Desde Nixon, pasando por Yeltsin, hasta Baby Bush, ahora sí que Dios, el verdadero, ha salvado a la humanidad de una guerra nuclear aniquilante, precipitada por un "accidente etílico". The National Enquirer (21-IX-05) cita a un siquiatra de Washington (¿cuántos afectados no ha de tratar en ese infierno de la política caníbal?), Justin Frank, quien afirma que el presidente habría "retornado a ingerir alcohol, ya que siempre ha rechazado la terapia apropiada". Tanto su desaparición durante las fases de fuerte estrés como el largo tiempo que pasa en su rancho (nota: Bajo la Lupa conoce el caso similar de otro presidente en Latinoamérica; para no ser tan obscenamente específico) representan indicios de un retorno a su viejo hábito etílico, según el siquiatra Frank, quien se pasa de "franco" y es autor del libro Bush en el diván.
SE NOTA QUE Sidney Blumenthal, asesor de alto nivel del ex presidente Clinton, no estaba enterado del recidivismo etílico de Baby Bush cuando sentenció que "había sido más fácil para Bush abandonar el alcohol a los 40 años que su ideología a los 60" (The Guardian; 16-IX-05). Dicho sea sencillamente: la muy precaria cuan primitiva ideología de Baby Bush es tan adicta como su dipsomanía.
LOS LEGISLADORES DEL mundo no han incluido la salud mental de los mandatarios como requisito indispensable para gobernar. En caso de la posesión del botón nuclear se debe ser aún más estricto con la salud mental de los presidentes, quienes deben exponer a la luz pública su examen siquiátrico actualizado y anualizado para mínima seguridad de sus electores, así como de la comunidad internacional.
HASTA LOS REPUBLICANOS comienzan a desmarcarse del fracaso bushiano en el crepúsculo lúgubre de su presidencia que puede contaminar el futuro político de sus aliados, como Newton Leroy Gingrich, superfanático de la agenda conservadora economicista y anterior líder camaral, quien aceptó el "fracaso total en Irak y con Katrina". Se quedó corto: no dijo ni pío sobre el fétido Cheneygate.
POR LO PRONTO, el texano Tom DeLay, ex líder camaral republicano y estrella del fundamentalismo cristiano, ha sido defenestrado, además de haber sido acusado por "lavado de dinero" (cuyas redes mancillaron a la matriarca del neoliberalismo mafioso, Maggie Thatcher). El juicio contra DeLay, quien llevó la piratería legislativa en colusión con los parásitos cabilderos (lobbying; mejor dicho, coyotaje) a niveles delincuenciales, puede condensar en sí solo la enciclopedia mafiosa del crimen organizado de EU, donde brilla estelarmente el supercapo Jack Abramoff, en cuya trama y tramoya brotan a borbotones nombres de empresas "por encima de toda sospecha", como Bacardí y Sears Roebuck, y hasta el casino-crucero SunCruz. No podía faltar un asesinato, el de Gus Boulis, ni fraudes a los indios. Ahora los cárteles del crimen organizado global han incorporado en su seno al "cártel legislativo" de DeLay, conjugado empresarialmente con la Coalición Cristiana (sic) de Ralph Reed y el evasor de impuestos Grover Norquist.
CUANDO DOS INTIMOS allegados de Bush y Cheney, como Karl Rove y Lewis Scooter Libby, se encuentran implicados criminalmente en el caso de Valerie Plame, cuesta mucho trabajo entender que no lo sean tampoco sus "jefes": respectivamente el presidente y su vicepresidente. Wayne Madsen, anterior investigador de seguridad nacional, desde su explosivo portal (6-X-05) -por cierto, censurado en fechas recientes después haber expuesto los vínculos financieros entre Osama Bin Laden y la familia Bush- asegura que las flamas del asunto Valerie Plame no alcanzarán a Bush ni a Cheney, aunque se encuentren conspicuamente involucrados como "co-conspiradores". Unicamente serán enjuiciados Karl Rove, Lewis Scooter Libby (el jefe de gabinete de Cheney) y Ari Fleischer (secretario de prensa de Bush). A su juicio, el reciente "discurso bélico" de Bush ante el National Endowment for Democracy, así como su referencia a la llegada a Nueva York de "19 operadores" para colocar bombas en el Metro, forman parte de una "jugada de diversión para retirar la atención del juicio a la Casa Blanca". Pareciera que no se desea desmantelar a toda la criminal administración que dejaría sin gobierno a EU.
SEGUN THINK PROGESS (8-X-05), "21 altos funcionarios de la administración", incluidos Bush y Cheney, están a punto de ser enjuiciados. Mientras George Stephanopoulos, anterior jefe de comunicadores de Clinton, dejó caer la bomba, durante el final de un debate en su programa dominical This week, de ABC News, sobre el probable enjuiciamiento de Bush y Cheney (Think Progress; 2-X-05).
EL POLEMICO INVESTIGADOR Sherman H. Skolnick divulgó antes que nadie la inminencia del enjuiciamiento a Bush, y hace casi dos meses, el periodista investigador Tom Flocco aseguró haber recibido información de fuentes de inteligencia (entre quienes se encuentra el corredor bursátil Tom Heneghen, con excelentes contactos) sobre el enjuiciamiento a Bush y a Cheney por "obstrucción de la justicia y perjurio" (Alex Jones; 15-VIII-05). Curiosamente, el sito muy polémico de Alex Jones acaba de ser censurado. Por algo será.
HENEGHEN HA VUELTO a la carga y afirma que Bush-Cheney-Rice serán enjuiciados, mientras otro portal altamente incendiario, Capa y Espada (7-X-05), acusa a la dupla Cheney-Bush de planificar un falso bioataque con el fin de crear la justificación de imponer la ley marcial y así librarse de los juicios. A propósito, Baby Bush ha estado sermoneando sobre la militarización de EU en caso de una epidemia de influenza aviar que requerirá la cuarentena.
EL JUEZ PATRICK Fitzgerald recibió una señal sugestiva a finales de julio, mediante la amenaza de una bomba en el Metro de Chicago, en forma coincidente, debajo de donde se escenifican las audiencias del Gran Jurado bajo la batuta del fiscal especial. Sucede que las averiguaciones de Fitzgerald han penetrado la muralla inexpugnable sobre la verdadera autoría de los atentados terroristas del 11 de septiembre (Greg Zymanski; American Free Press, 15-VIII-05).
PUEDE HABER GRANDES sorpresas sobre la suerte judicial de Bush y Cheney. Solamente así se puede entender la súbita resurrección estos días de Al-Gore (el candidato despojado de su presidencia por Baby Bush), al clamar que la "democracia de EU se encuentra en grave peligro" (AP; 6-X-05), en un discurso que habría que leer entre líneas y contextualizar con la explosiva divulgación de los valientes sitios web que han derrumbado las murallas de la censura erigidos por la acorralada plutocracia mediática. Todo puede suceder ya en EU. Hasta un golpe de Estado para quitar a Bush, antes de que elimine a EU de la faz de la Tierra.