Pide ex titular de Aserca blindaje a maíz y frijol
Amenaza apertura de 2008 a 18 millones de labriegos
El problema explotará al próximo gobierno, advierte
Si el gobierno no toma medidas drásticas para proteger el maíz y el frijol ante la apertura en 2008, unos 18 millones de productores quedarán desempleados y sin alternativas de sobrevivencia en el campo, advirtió Héctor Fanghanel Hernández, ex coordinador de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca).
Hizo un llamado urgente a los gobiernos federal y estatales, así como a legisladores y dirigentes de organizaciones campesinas para construir un nuevo proyecto agrario y un blindaje para los granos y oleaginosas, porque de lo contrario habrá gran inestabilidad social y política en las zonas rurales por la apertura. Recordó que el sistema de las importaciones de frijol, maíz, azúcar, leche en polvo y jugo de naranja desaparecerá en enero de 2008.
Esa fecha está cerca, y durante 11 años, tras de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), no se ha actuado para proteger cultivos tan importantes como los de maíz y frijol, que ocupan 60 por ciento del área registrada en el Procampo, y dos terceras partes de quienes están incluidos en el padrón respectivo dedican sus parcelas a esa producción.
"Las estructuras agrícolas del país son las mismas desde la entrada en vigor del TLCAN; la agricultura es ineficiente, está basada en el minifundio, que no tiene posibilidades de competir con las técnicas modernas del mundo. Así, 75 por ciento de los campesinos que se dedican a la siembra de granos básicos tienen menos de cinco hectáreas, y 90 por ciento tiene menos de 10", asentó.
Fanghanel Hernández consideró que corresponde a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) inducir y promover con intensidad cultivos más rentables, empleos alternativos en las zonas rurales y reducción de asimetrías con los productores estadunidenses.
"Sin una política defensiva de los granos y oleaginosas se estarán creando más comunidades fantasma", abundó el también consultor de Plus Mercantil, empresa especializada en asesorías en mercados agropecuarios. Destacó que desde la entrada en vigor del TLCAN, las exportaciones de maíz de Estados Unidos a México han excedido la cuota establecida casi en todos los años, y sus niveles se han triplicado en relación con los que prevalecían antes del tratado.
En el caso del frijol, abundó, las importaciones procedentes de Estados Unidos se triplicaron y las de Canadá se multiplicaron 15 veces, además de que no se han sujetado a los aranceles pactados, a pesar de que se dejó de sembrar un millón de hectáreas de maíz y el índice de productividad pasó de 2.2 a 2.75 toneladas por hectárea.
Aclaró que no importa que se traiga maíz amarillo de Estados Unidos, por la repercusión que tiene en el mercado nacional la variedad blanco, así como el sorgo, trigo, cebada y centeno, que son también utilizados como granos forrajeros.
Empero, dijo, el tiempo para atender el problema de la liberación de las importaciones de maíz y frijol en el contexto del TLCAN se agota rápido y se dificulta por la coyuntura política.
Asimismo, descartó que el actual gobierno actúe para atender el problema, que explotará en la próxima administración. "En este contexto, quizá la única opción viable es que la actual legislación promueva las modificaciones necesarias para crear un blindaje que proteja a la mayoría de los campesinos", propuso.