Por David Pieribone
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A menudo, vivir con VIH implica lidiar con la depresión y la angustia.
Algunos expertos estiman que hasta 30 por ciento de las personas seropositivas
al VIH padecen depresión seria durante el curso de su infección.
La depresión y la ansiedad son condiciones médicas severas
si no se les trata de manera adecuada, pues afectan las habilidades para
funcionar en la vida diaria. Vivir con VIH y padecer depresión incide
en la capacidad para el cuidado personal; las personas deprimidas suelen
tener dificultades para tomar su medicación correctamente o, incluso,
perder citas médicas importantes.
La depresión también predispone a las personas tomar riesgos
de otra forma inaceptables, por ejemplo, tener prácticas sexuales
sin protección, y, en el peor de los casos, desarrollar conductas
suicidas. Es muy importante consultar a un especialista si se piensa que
se podría estar deprimido o presentar un cuadro de ansiedad. Entre
80 y 90 por ciento de las personas con depresión severa responden
de manera adecuada al tratamiento: se sienten bien y reanudan sus actividades
cotidianas.
De tristezas a tristezas
El comienzo de la depresión podría pasar desapercibido, visto
como un episodio común de tristeza, si se da en forma gradual; pero
si algunos de los síntomas enlistados abajo están presentes
cada día durante al menos dos semanas o interfieren con actividades
cotidianas, como el trabajo, el cuidado personal o la vida social, es necesario
consultar a un especialista para establecer un diagnóstico:
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Ansiedad,
tristeza persistente o un mal estado de ánimo. |
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Sentimiento
de impotencia y pesimismo. |
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Sentimiento
de culpa, desvalorización, desamparo. |
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Pérdida
del interés o placer por un pasatiempo o actividades que
alguna vez disfrutó, incluido el sexo. |
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Disminución
de la energía, fatiga, movimientos físicos
lentos. |
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Dificultad
para concentrarse, recordar y tomar decisiones. |
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Insomnio,
despertar durante la madrugada o dormir más de lo habitual. |
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Cambios
en el apetito y/o en el peso. |
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Pensamientos
de muerte o suicidio. |
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Irritabilidad
e inquietud. |
La depresión
y la ansiedad tienen muchas causas, por tanto es difícil
identificar la razón exacta. La búsqueda de un profesional
de salud mental ayudará a comprender algunas de las cosas que
podrían
estar provocando el problema. El recibir un diagnóstico de VIH
causará,
naturalmente, cierto estrés emocional; se trata de una sensación
transitoria en la mayoría de las personas y no es lo mismo que
la depresión clínica. El estrés y la ansiedad a
corto plazo pueden ser tratadas con apoyo terapéutico y otros
tipos de psicoterapia, mientras que depresiones más graves ya
requieren psicoterapia, medicamentos antidepresivos, o ambos.
En el caso de los varones, se ha documentado la influencia de la testosterona
en la depresión. Los hombres que tienen la testosterona baja pueden
padecer disminución de la energía, pérdida del apetito,
pérdida del deseo sexual y sentimientos depresivos. Para determinar
el nivel de testosterona basta con una simple prueba de laboratorio;
en caso de presentar un nivel bajo es recomendable recibir un tratamiento
de reemplazo de la hormona.
Ciertos medicamentos anti VIH provocan efectos secundarios que causan
o empeoran la depresión y otros síntomas psicológicos.
De igual forma, el uso de drogas recreativas, como alcohol, anfetaminas,
cocaína y éxtasis, desencadena depresión y ansiedad.
No es recomendable el uso de drogas recreativas para paliar los efectos
de una depresión ya existente.
Solo o con ayuda
Es posible actuar en lo personal contra la depresión a través
de hábitos como el ejercicio. La experiencia clínica y algunos
estudios muestran que la ejercitación, particularmente aeróbica,
mejora algunos síntomas. El realizar o incrementar la actividad
física es una manera simple, saludable y efectiva de reducir los
efectos de la depresión. Asimismo, es recomendable dormir adecuadamente,
comer una dieta saludable y no ceder a la tentación de aislarse.
Es importante procurar pasar el tiempo con amigos y en lugares sociales.
También se sugiere posponer la toma de decisiones importantes hasta
que se perciba una mejoría en el estado de ánimo.
Algunas personas usan remedios herbales para tratar la depresión.
Si bien estas medicinas alivian los síntomas, usualmente interactúan
con otros medicamentos que se estuvieran tomando. Nunca deben tomarse remedios
herbales sin consultarlo con un médico.
Es importante señalar que la depresión es una condición
tratable que se puede presentar en adición a cualquier otra enfermedad
que se padezca, incluyendo la infección por VIH. Por tanto, lo más
recomendable es pedir ayuda.*
Tomado del “Proyecto Head”, esfuerzo
de prevención patrocinado por la ciudad de West Hollywood
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